El próximo 14 de marzo comienzan en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas los Festivales de Artistas Aficionados, la mayor fiesta cultural que vive la institución. La Facultad de Construcciones será la encargada de comenzar las jornadas con su propuesta, Blanco y Negro, NO.

Este tema abordará los colores como representación de la vida real, otorgándole sentimientos, acciones y cualidades a cada uno de ellos. El término blanco y negro, no; se expresa dejando ver que no existen nada bueno o malo en lo absoluto, ni nada tan contrastante como los colores anteriormente mencionados, dándole lugar a detalles y diferencias como la amplia gama de colores, donde el blanco y el negro solo son valores.

Relacionar colores a determinados momentos de la vida, conlleva a encasillar los sentimientos y circunstancias a una sola definición. Así, el rojo se asocia al amor y la alegría al amarillo, o el verde a la esperanza, el gris a la tristeza y el negro a la maldad.

Ubicarse en una de estas posiciones es una determinación extrema, pues los sentimientos son enfrentados de forma peculiar en cada persona. Así como una gama de azules puede ser tan intensa como el añil, o suavizarse como el azul del cielo, cada uno se enfrenta a la vida desde sus propias experiencias y a través de las diferentes posiciones asumidas a lo largo del tiempo.

Para muchos es muy difícil ver más allá de un problema o circunstancia, debido a que su espectro visual no alcanza ver más, así como algunos no pueden percibir los diferentes matices de la gama de un color. Pero, por qué aferrase a un color determinado cuando el espectro es tan rico. La propia naturaleza demuestra la pluralidad que existe a nuestro alrededor, y cada uno de ellos se relaciona a otro, para conformar un todo que genera vida, salud y existencia.

La solución a los problemas no es el optimismo, pero realmente es necesario aprender a mirar no solo el blanco, el negro, o el azul. Encontrar los diferentes matices y colores de la vida, hace que cada paso que demos sea un poco más seguro para nosotros mismos, y a la vez satisfactorio para nuestra autoestima. Al final, lo más importante es sentirse bien con uno mismo y ver en nuestras diferencias el elemento conector que genera la diversidad, tal como en la naturaleza.