El negativo impacto del bloqueo económico, militar y financiero impuesto por los Estados Unidos de América a Cuba, resulta más que evidente en todas las esferas de la vida del país.

La ciencia y la investigación se cuentan entre las áreas que mayores dificultades enfrentan en el desarrollo de sus funciones. El Centro de Bioactivos Químicos (CBQ) de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, destinado a la producción y comercialización de nuevos ingredientes farmacéuticos activos con acción biológica altamente competitiva para la medicina humana, veterinaria y uso agrícola, no escapa de las limitaciones extraterritoriales legisladas por el mal llamado “embargo”.

Según el Dr. C. Sergio Sifontes Rodríguez, director de investigaciones del CBQ, una muestra sencilla de la funesta influencia del bloqueo radica en la sobrecarga de los precios de los productos o equipamientos que Cuba tiene que comparar a terceros países. “Así, un producto cuyo precio normal en el mercado asciende a 20 dólares, a Cuba puede costarle hasta 200”.

Sifontes Rodríguez resume en tres los problemas enfrentados por el CBQ para la realización de su trabajo: retardo en la firma de contratos, aumento del precio de los productos e imposibilidad de pago a las revistas científicas de mayor prestigio (norteamericanas) para publicar material cubano.

No obstante al bloqueo, los productos creados en el centro poseen reconocido prestigio por su alta calidad, protección del medio ambiente y una amplia protección de la propiedad intelectual. Entre ellos se encuentra el Dermofural, con propiedades antibacterianas y antifúngicas de alto espectro; el Vitrofural, esterilizante químico de medios de cultivo para vitroplantas; y el Queratofural, ungüento oftálmico de uso veterinario.

Por: Alejandro Gavilanes Pérez