Motivados por el 153 aniversario del natalicio de Blanche Zacharie de Baralt, escritora norteamericana que conoció de primera mano a nuestro José Martí, nos adentramos en un singular cuestionamiento: ¿Pudo José Martí escuchar alguno de sus poemas?

El interés surge por una caricatura que leí hace algunas semanas atrás en la siempre querida revista Zunzún, en la cual se narraba a través de dibujos una pequeña historia y donde el Apóstol celebraba la declamación de su famoso poema “Los zapaticos de rosa” por parte de una niña.

Este hecho es verídico, pues según cuenta Blanche Zacharie de Baralt en su famoso texto El Martí que yo conocí, la historia se la contó Ubaldina Guerra de Pujol protagonista de esta tan agradable declamación:

Martí era muy amigo de su padre, Benjamín Guerra, tesorero de la Junta Revolucionaria en Nueva York, y a las chicas de la casa les habían enseñado los versos de La Edad de Oro casi al nacer. El caso es que, a los tres años de edad, ya Ubita sabía de memoria “Los zapaticos de rosa” y un día que fue Martí, se los recitó sentada en las rodillas del Maestro.

Este hecho ocurrió entre septiembre de 1889, fecha de publicación del número 3 de la revista La Edad de Oro (número en que aparece el referido poema) y abril de 1895, momento en que Martí llega a Cuba junto a Gómez por Playitas de Cajobabo.

Si usted duda de la veracidad de este relato, el propio José Martí se encargó de dejar memoria escrita sobre este hecho que lo colmó de felicidad. Sobre este particular apunta Zacharie de Baralt:

Para demostrar su complacencia, Martí le mandó al siguiente día, junto con un precioso juguete (un quitrín cubano y dentro una muñequita con zapatos rosados) estos versos:

A Ubaldina la hechicera

le manda por generosa

esta memoria ligera,

Pilar, la niña sincera

de los zapatos de  rosa.

 Y ya que el sol da calor,

si en un jardín hay dos flores,

por igual a cada flor,

le va a Panchita

un señor

con su carrito de flores.

Este poema ha quedado antologado en uno de los tomos de poesía perteneciente a las Ediciones Completas de la obra martiana. Actualmente hay una nota que lo acompaña en la Edición Crítica de estas obras, específicamente en el tomo 15.

Martí sigue siendo nuestro desconocido, tan cargado de preocupaciones nunca dejó de disfrutar del palcer de los niños, para quienes escribió durante su vida, y pudo, gracias a una niña muy especial, escuchar la declamación de uno de sus más famosos poemas.

Por: Luis Ramón Campo Yumar