Sus casi ocho años no contrarrestan la madurez que necesitan estos tiempos después de Irma. Una niña mujer, más que mujer, heroína, llegó a la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas acompañada de su madre Anabel Díaz, para sumarse al equipo de trabajo que laboró intensas jornadas y devolver la normalidad a la institución.

«Todo lo que hice me gustó porque esta es mi universidad y para la que vendré cuando sea grande a estudiar», expresó Nair Camila Benacho Díaz con la timidez de la pequeña niña que es y la determinación de una persona mayor.

Ella, apenas comienza a cursar su tercer grado y ya recibió la Medalla de la Confianza por parte del Consejo de Dirección de la UCLV. Con su diminuto cuerpo, desde el martes pasado y hasta el viernes recogió hojas, limpió azoteas pese a su temor por las alturas, cargó libros para preparar el punto de préstamo, confeccionó el listado de guardia de los profesores y recepcionó llamadas telefónicas para orientar a los estudiantes sobre el reinicio de las clases.

Además de apoyar en la UCLV junto a su madre, su esfuerzo se extendió hacia la escuela primaria que la educa, donde participó en las actividades recuperativas para reiniciar el curso escolar sin más contratiempos.

Ante la pregunta de qué le había ocurrido después del ciclón se escuchó espontáneamente «me dejó sin matas de plátano», una respuesta inocente de quien a pesar de su corta edad vive consciente de su realidad y es capaz de cooperar en los lugares que la necesitan, aunque su propio patio haya quedado devastado. Nair Camila demostró ser una niña de confianza.