Recordando cuánto ha hecho enfoca hoy la mirada optimista hacia el futuro. Su trayectoria le queda grande a tan pocos años de vida en los que ha asumido los roles de estudiante, profesor, investigador, joven comunista, dirigente, artista, deportista, amigo. Solo le falta desempeñarse como profesional al amparo de un título universitario que ha sabido ganarse a la altura de su quinto año de estudio, con el mismo sacrificio con el que continuará el camino hacia nuevas metas y triunfos.

«Reportando para ustedes» fueron sus primeras palabras al inicio del encuentro que de forma apretada resumió el quehacer de Adrián Espinosa Antón. Y es que este joven tiene la versatilidad suficiente para demostrar que se puede ser un verdadero estudiante integral en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, institución que celebra su 65 cumpleaños.

Han pasado cinco años desde que ingresó a esta institución de excelencia y confiesa haber encontrado su realización como educando, justo cuando quedan pocos días para celebrar el Día del Estudiante, sobre todo, porque logró concretar dentro de las muchas aspiraciones representar a su país y a su universidad en el recién finalizado Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

«Esa experiencia dejó una marca en mí. Cuando estaba en primaria fui precandidato al Festival Mundial que se hizo en Venezuela y más o menos conocía sobre los festivales, solo que del lado de acá de la pantalla, no como miembro activo de esta actividad. Fue mi primera vez en un avión, mi primera vez en el Mar Negro, mi primera vez en comer comida rusa, mi primera vez intentando hablar en un idioma diferente al mío, incluso, desarrollando en ocasiones el lenguaje de señas. Pero sobre todo, fue la primera vez que tuve la misión de resaltar a mi país, mi provincia y mi UCLV en un escenario internacional, de demostrar cuán activa es la juventud cubana; la primera vez que sentí la sensación de añoranza y amor por mi pedacito de tierra sin deslumbrarme por las bellezas de Sochi. Es la necesidad de regresar a Cuba porque fui un extraño del lado de allá del mar. Igualmente esta oportunidad caló en mí por el hecho de haber conocido a muchos jóvenes dentro y fuera del país e iniciar una amistad».

Adrián no fue propuesto en su brigada sino que fueron los estudiantes de segundo año de Veterinaria los que se vieron representados en su figura. Ahí comenzó el periplo rumbo al festival hasta que una comisión a nivel universitario decidió llevar a boleta a dos estudiantes y un profesor para realizar la elección a precandidato de la Universidad a esta cita.

«Por las votaciones fui seleccionado finalmente, hecho que podía haber sido inimaginable para mí y en cuestiones de unos quince días se hizo realidad. Participé entonces en el festival provincial, que incluyó trabajos productivos, interacción con la comunidad, intercambios con personalidades de la provincia. Justo en ese espacio me eligieron como uno de los delegados de Villa Clara y del país.

Durante el Festival Provincial de la Juventud y los Estudiantes (Foto tomada de Internet).

Saber que fui escogido fue una reflexión en torno a lo que he hecho y a lo que me queda por hacer, porque definitivamente es una oportunidad poder interactuar con personas de todas las latitudes sin importar las diferencias y unidos por el pensamiento de luchar por la paz y contra el imperialismo, defender los derechos de los jóvenes y proyectarnos en función de una sociedad más justa y equilibrada en la que todos podamos vivir sin miedos.

Quiero decirle a todos los que se han proyectado alguna vez en la vida para este tipo de actividades que no pierdan las esperanzas, mírenme a mí».

Cursaste tus estudios preuniversitarios en el IPVCE Máximo Gómez Báez en Camagüey y, aunque para las pruebas de ingreso la matemática fue la materia menos favorecida en los resultados, integraste la rama de las ciencias exactas porque aspirabas a estudiar Diseño Industrial. ¿Por qué entonces te decides por la Biología para ingresar en la UCLV?

En el primer año del pre asumí la función de presidente de la FEEM e hice mi solicitud para incorporarme a alguna línea de investigación científica. Ya en segundo año me incorporé al Centro Provincial de entrenamiento del IPVCE como concursante de Biología, y mi profesora, egresada de Biología de esta universidad fue la que me introdujo el bichito por estudiar la carrera.

Después que terminé el IPVCE y felizmente obtuve mi carrera, por problemas médicos cumplí un año de servicio militar incorporado a ese centro de enseñanza como profesor e impartí la asignatura de Biología en 10mo grado.  De una forma u otra me estaba preparando no solo para estudiar la carrera, sino también para impartir la materia.

Cuéntame de tus experiencias como dirigente de la FEU

Mi experiencia viene de mucho antes de llegar a la Universidad. Desde la secundaria básica me desempeñé como Jefe de Colectivo. Luego en el Preuniversitario asumí la responsabilidad de Presidente de la FEEM y una vez que entré a la UCLV no dejé perder ese espíritu de los que hemos sido dirigentes alguna vez en los gremios estudiantiles comencé a dirigir a mis compañeros de brigada y ya en tercer año como tal me incorporo al secretariado de la FEU de mi Facultad como Vicepresidente. Ya en el cuarto año me desempeñé como Presidente de la FEU. Ahora estoy en mi quinto año y aunque no tengo ningún cargo directo en el secretariado sigo muy apegado al quehacer de la organización porque me siento muy identificado y siento que siempre puede hacerse mucho más por ella.

…¿Y la UJC?

Hice mi ingreso a las filas en la secundaria, como reconocimiento a toda la trayectoria en esa enseñanza. En el preuniversitario ocupé el cargo de secretario del comité de base al igual que en la universidad. Actualmente soy el presidente de uno de los movimientos de la UJC, el Movimiento Juvenil Martiano, en el que con mi trabajo hemos potenciado la figura del Apóstol a través de diferentes acciones dentro y fuera de la UCLV. Resulté ¨Militante Destacado¨ por contribuir con esmero al trabajo de la organización de vanguardia de la Juventud Cubana en el marco de su 55 aniversario.

Hablaste de tu labor como contingentista, … ¿por qué además de tanta carga docente sumaste como tarea la incorporación al contingente pedagógico?

Siempre he llevado interno un maestro y vi la convocatoria del Vicerrectorado Docente que salió en la Intranet. Ante ese llamado de suplir las necesidades de Santa Clara di una respuesta positiva y ya hace dos años me mantengo activo. Ahora me encuentro impartiendo una asignatura optativa en el IPVCE de la provincia, que tiene el objetivo de orientar profesionalmente a los estudiantes hacia determinadas carreras y en mi caso hacia las Ciencias Biológicas, tarea que considero muy importante para tomar un buen camino.

Pero ya pertenecías al movimiento de alumnos ayudantes…

Así es. Ingreso en segundo año de la carrera como alumno ayudante de la asignatura Algas y Hongos, que fue la que más impacto me causó en el primer año. Hablé entonces con la profesora principal para desempeñarme en el curso que comenzaba y asumí esa función por dos años consecutivos, inclusive, me incorporé con los estudiantes en mi segundo año de ayudantía a confeccionar la Colección de Algas y Hongos de la carrera, inexistente hasta el momento.

Ser alumno ayudante me ayudó a superarme desde el punto de vista docente, porque cuando me paro frente al aula y enfrento a personas que son de mi edad y que hablamos en el mismo idioma, tengo que saber delimitar muy bien mis roles como profesor y como estudiante. De todos modos ese hecho no te aleja de entender cómo actúan los jóvenes en las aulas, porque soy joven. Partiendo de eso estoy constantemente gestionándome mi propio conocimiento para estar preparado para cualquier pregunta.

Adrian se destaca por su participación en diferentes procesos de la FEU en UCLV (Foto tomada de Internet).

Adrián como estudiante…

Yo siempre defiendo la máxima de que si vas a hacer algo en la vida hay que hacerlo lo mejor posible y por eso desde primer año siempre me esforcé por obtener la máxima calificación en todas las evaluaciones. Lamentablemente durante los cinco años hay altas y bajas, a veces por problemas personales o por la lejanía con la familia.

Pero entre tantas cosas siempre intento sacar buenos resultados académicos y emplear mi tiempo en algo productivo. Tengo muy buena relación con mis profes, que más que profesores los considero amigos, porque a todos de una u otra forma nos apoyan y nos ayudan a crecernos ante las adversidades propias de la vida. Y es que el proceso docente no solamente va dirigido a la educación como profesional sino también como persona.

Mi objetivo con ser insistente y quisquilloso en el estudio, incluso, con el estudio independiente, va dirigido a ser un mejor profesional en el espacio donde me desarrolle como trabajador.

Como todo evoluciona en la vida, incluso, es un fenómeno biológico, como estudiante universitario evolucioné en la forma de pensar, en la forma de hacer, en la forma de decir. Todos nos vamos moldeando. Dentro de esa evolución que he sufrido ha variado también la forma de aprovechar el tiempo libre. Por ejemplo, en mi primer año los lugares y la gente eran para mí una novedad y salía a compartir, intercambiar, conocer diferentes espacios.

Ya hoy prefiero leerme un buen libro relacionado a mi perfil, o un libro de literatura, novelas, cuentos. Veo series y películas, fundamentalmente los fines de semana que me quedo solo en la beca. La universidad de lunes a viernes es muy activa pero cuando llega el fin de semana se vuelve monótona hasta el domingo que recobra el ambiente de bullicio juvenil.

Entonces, ¿consideras que esta etapa universitaria te ha ayudado a crecer?

Por supuesto. He crecido en tamaño, no es mentira (Risas). Medía 1.70 y  ahora mido 1.75. Pero lo importante es que he crecido como persona porque a pesar de que tenía mis valores inculcados desde el propio seno familiar fortalecí muchos de ellos en la práctica e incorporé otros al código ético de la persona. He crecido a la hora de tomar decisiones, a la hora de discernir sin tener la voz de mi madre, he sabido crecerme de forma independiente ante los obstáculos de la vida.

También he crecido porque a veces he tenido que asumir roles que conllevan a afectar o no a otras personas. Me refiero a cuando eres dirigente estudiantil, que hay que saber representar una masa de estudiantes, no es guiarte por tus propios intereses, es saber diferenciar la amistad de la responsabilidad. Pero, sobre todo, he aprendido a valorar la amistad porque los amigos que uno hace en esta casa de altos estudios los lleva para toda la vida.

Los profesores, ¿qué papel han jugado dentro de ese crecimiento?

Mi claustro tiene una peculiaridad. La mayoría son profesores jóvenes, muy cercanos a nuestra edad y saben las principales limitaciones y dificultades a la vez que fortalezas porque pasaron por esa etapa hace poco tiempo. Saben bien las principales dificultades que presentamos los jóvenes a la hora de estudiar, de aprender, de crear los métodos de estudio. Ellos nos dan consejos para aplicarlos y nos hablan en el mismo código que hablan los jóvenes.

Hablemos un poco de tu labor investigativa

Los profesores siempre se preguntaban cómo yo podía organizar el tiempo para participar en todo, ya fuera en investigación, en concursos, en todas las actividades que existieran. Ese espíritu lo extrapolé a la universidad a pesar de estar lejos de mi casa, me planifiqué y desde primer año me involucré con la investigación. Mi primer evento fue el Taller Patriótico Militar e Internacionalista en Sancti Spíritus, en el que obtuve Relevante. Es decir, que a partir de ahí el bichito de la investigación, del intercambio con jóvenes de otras universidades, de conocer más comenzó  a aumentar. Tanto así que llevo cuatro años participando en ese evento y voy para el quinto, y en todos los años he obtenido alguno de los premios.

Así, he participado en varios espacios investigativos hasta nivel nacional: los fórums de Historia, los Talleres Científicos Estudiantiles. También he estado vinculado a actividades investigativas de mi propia rama, las Ciencias Biológicas, participando en eventos nacionales e internacionales como el caso del Encuentro “Conservación de la Diversidad Biológica”, que se desarrolla anualmente en el Jardín Botánico Nacional. Recientemente participé en el evento UTOWANA, del Jardín Botánico de Cienfuegos, el Festival Nacional de la Clase del 2016 en Cienfuegos, en el que participé como alumno ayudante y contingentista y obtuve Mención a nivel de país.

La investigación siempre me ha gustado. De hecho lejos de dedicarme puramente a la docencia me gustaría transmitir lo que prendo pero anexado a la investigación que es la fuente de todo conocimiento. En segundo año me incorporé al Grupo Científico de Biología Molecular del Departamento de Biología como invitado. A los dos años me hice miembro oficial. También pertenezco al grupo científico del IBP, ya que desarrollo mi tesis de pregrado en ese centro de investigación. Y así sucesivamente me he vinculado a otros eventos y actividades que han enriquecido mi trayectoria en la UCLV.

Quisiera una vez que trabaje como profesional poder mezclar ambos componentes para sentirme cien por ciento feliz. Desde el punto de vista investigativo he evolucionado también. No es lo mismo lo que podía hacer en primero y segundo año que lo que puedo hacer en mi quinto año, pues muchas materias de las que damos en la carrera nos perfilan para detectar problemas y encontrar las soluciones.

Adrian ha participado en diferentes eventos investigativos y científicos que le han posibilitado su formación integral (Foto tomada de Interrnet).

Además de estudiar e investigar has sido artista…

Desde que entré a la Universidad me vinculé al movimiento de artistas aficionados de la facultad. Rompí con los propios estereotipos que tenía de presentarme ante un público y más si era el universitario. Pero me decidí a pesar de saber que los espectadores abuchean y aplauden si no les gusta lo que están viendo. Pues me enfrenté a mi primer festival cultural,  lo abrí y lo cerré como bailarín con el tema Maldito Amor. A partir de ahí la facultad comenzó a tener buenos resultados y ascender en la escala de posiciones hacia el sexto lugar en ese año y en lo adelante hemos seguido mejorando.

Hasta hoy puedo decirte que he participado en todos los festivales, ya sea directamente como aficionado o como Director artístico, como ocurrió el pasado año. Siempre me han gustado mucho las manifestaciones artísticas porque creo que son una forma sana de ocupar el tiempo libre en la universidad, de relajar y desconectar un poco ese cable de la docencia y que aun así sigue aportando valores. Cuando no puedo estar activo personalmente incito a los que entran a que lo hagan.

Pero el deporte no lo has dejado a un lado

A los Criollos me vinculé inicialmente como parte de la comisión de embullo para animar a los equipos de mi facultad. Luego me he mantenido vinculado al ajedrez y al atletismo y este año anuncio que voy a participar en la gimnasia musical aerobia para romper los estereotipos y disfrutar ese deporte como los demás.

¿También tu labor se ha extendido hacia fuera de la UCLV?

Desde primer año integro un proyecto nacional denominado Planta, una iniciativa de la Sociedad Cubana de Botánica, dirigido a incentivar y motivar a todos los cubanos a cuidar y proteger la flora, sobre todo aquellas que tienen categoría de amenaza. En ese sentido los jóvenes nos volcamos hacia las comunidades para hacer actividades en función de resaltar la importancia de las plantas, muchas de las cuales ofrecen servicios al hombre y no sabemos identificarlas ni reconocer su papel.

Hemos llegado hasta la escuela primaria cercana a la universidad, hemos realizado festivales del Monte, concursos de fotonaturaleza, rutas vinculadas con la oficina del historiador en la ciudad de La Habana, que mezclan lo arquitectónico e histórico con lo natural.

En la facultad he estado vinculado a muchos proyectos comunitarios como la desparasitación de animales en las comunidades aledañas a la UCLV, el impuso de la clínica veterinaria docente con la que contamos hace tres años. Como biólogo tuve que realizar un diagnóstico de la marihuana en todos los alrededores de la universidad para detectar la presencia de esa planta alucinógena.

Como parte de la asignatura de Pedagogía también trabajamos para crear en los niños la conciencia ambiental en el entorno social y escolar.

Esta semana participas en el FULL…

Sí, desde la propia apertura este lunes tuve la tarea de compartir mis experiencias del Festival. De forma general pienso que el desarrollo del FULL servirá para que los jóvenes recurran al pasatiempo de muchos, al conocimiento y al material impreso que con esta era tecnológica se ha perdido un poco. Debemos potenciar y mantener este espacio por la importancia que tiene el libro en la formación del conocimiento.

¿Pudieras contarnos algunos detalles desde tu período de preparación en La Habana para el Festival Mundial hasta el desempeño de la delegación cubana en Sochi?

En La Habana fueron cinco días de ardua preparación, casi todos los ministros del país nos prepararon en los diferentes aspectos que podían ser preguntas de jóvenes de otras nacionalidades.

La Ministra de Educación, por ejemplo, nos puso al tanto del sistema educacional cubano con cifras estadísticas que muestran a Cuba como una de las principales naciones del mundo que ha tenido logros en esta esfera social. Nos actualizaron con respecto a la situación actual de cada continente, incluso, qué posición asume Cuba. La idea era tener siempre una respuesta ante los 168 países participantes.

Desde antes de llegar al avión que nos llevó rumbo a Sochi se vivía ambiente de festival. Desde que llegamos a la Terminal 5 José Martí se vivió alegría, entusiasmo, emoción. Desde ahí ya estábamos compartiendo con jóvenes de otras nacionalidades, porque Cuba le ofreció a Haití, República Dominicana, Nicaragua, entre otros, que no podían pagarse el pasaje, la posibilidad de viajar con nuestra delegación.

Una vez en el avión tuve el temor de estar literalmente en el aire. El despegue me impresionó, pero después de tanto susto se estabilizó el vuelo y doce horas después estaba en Sochi sin escala en un avión de 500 capacidades y de las cuales suplimos 250. Llegué cansado, con frío y bajo agua. Sin embargo, esto no fue limitante para la delegación cubana. Nos crecimos y salimos dispuestos a hacer ese festival en el que Cuba estuvo aproximadamente en 25 espacios.

Cada país llevó un plan de actividades y a veces era imposible coincidir con algunos países. No obstante, teníamos intereses particulares como Puerto Rico, Venezuela y Viet Nam, aunque siempre nos insertamos en otros espacios.

¿Por qué Cuba tenía que ser activa?

Porque debíamos representar el ideal de una persona que ya no se encuentra físicamente con nosotros pero que fie uno de los mayores impulsores de estos festivales, Fidel Castro. Gracias a él los cubanos podemos participar en ese evento y, por tanto, gracias a su esfuerzo pudimos estar en esta ocasión.

Igualmente agradezco a Raúl porque a pesar de haber sido devastados por Irma y tener movilizados muchos recursos económicos, siempre el estado y el gobierno mantuvieron la posición de que los jóvenes cubaos tenían que estar representados. Por eso debíamos retribuir de alguna manera con nuestra actuación en Sochi.

Todas las noches realizábamos actividades culturales después del regreso de los foros, los talleres, los seminarios. Llegábamos extenuados, pero teníamos la tarea de mantener activo ese sentimiento que se le impregnaba a otros jóvenes del mundo a través de la música que hacían nuestros artistas, de nuestras consignas, de la vadera cubana que portábamos en el pecho o en la gorra. Esa tricromía de colores extendía la rebeldía del cubano, las figuras del Che y Fidel.

Tuvimos intervenciones precisas y determinantes en muchos espacios, siempre recalcando los logros de nuestro país y cómo los jóvenes se privilegian con el derecho de estudiar gratis, de recibir una ubicación laboral después de graduados. Tuvimos la tarea de recalcar cómo los jóvenes cubanos en medio de todas las dificultades se crecen ante las necesidades y cómo somos capaces de sacar lo mejor de cada día para formarnos como personas gracias a nuestra Revolución.

¿Sientes a la altura de tu quinto año que hiciste todo en la UCLV?

De por sí el ser humano es inconforme, aun cuando logre las metas que se apuntan en un papel, se cuelgan en el refrigerador, en el cuarto, uno se muestra insatisfecho.

En parte estoy muy contento porque he transitado por una universidad en la cual he sido deportista, artista, investigador, estudiante y, por qué no decirlo, he cogido mi 2 también. Pero me queda mucho por hacer. Quisiera mantenerme activo en la FEU y la extensión universitaria.

¿Qué importancia le concedes a la confluencia entre el Día del estudiante, el aniversario de la muerte de Fidel y el 65 aniversario de la UCLV?

Las coincidencias históricas tienen un simbolismo. Nosotros, los estudiantes tenemos que reconocer y estar conscientes de la tarea que tenemos con la historia, el pensamiento de Fidel y la Revolución Cubana, más cuando nos aproximamos a las elecciones generales en las que se definirá el futuro de Cuba, y hacerlo a un año de la desaparición física de Fidel es realmente de suma importancia. Pero importante es también ser un joven que estudia en esta Universidad, la cual orgullosamente cumple 65 años de fundada y que ha formado muchas generaciones que necesitan volver a estos muros alguna vez. Han sido 65 años de oportunidades para aprender, para encontrar un perfil laboral, para hacer amistades.

Por eso hago un llamado a que se sientan identificados con lo que hacen en su comunidad, centro de estudio, en su círculo de amigos, que no pierdan nunca la noción de agradecer lo que tienen y lo que hará en un futuro y eso se lo debemos a Fidel y a la Revolución y a todos los que lucharon por el proceso que hoy disfrutamos y en el que podemos ser estudiantes sin discriminación y sin posibilidades económicas.

A la altura de este 65 aniversario y de la excelencia se imponen nuevas tareas y retos. Quisiera quedarme como profesor de la universidad porque así pudiera incentivar a mis alumnos a que vean en esta institución un espacio en el que todo el mundo puede sentirse realizado si se lo proponen. Quisiera quedarme porque siempre llevaré al Adrián universitario dentro y este va a ser el mejor contexto para sentirme realizado con la docencia y la investigación.

Adrián, sin dejar de avanzar y adelantarse a su tiempo, mira hacia atrás y ve esos cinco años transitados como el poder de sobreponerse a todos los obstáculos, insistir en su meta de formarse como profesional y no desistir del empeño hasta lograrlo, con esa responsabilidad y sensibilidad que lo hace único e irrepetible.

«Concluiré mis estudios universitarios con la dicha de haber vivido, sentido y disfrutado la FEU»

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