Los amigos
Autora: María Elena Walsh

La vida canta, el tiempo vuela,
la dicha florece temprano.
Vamos al circo y la escuela.
Mis amigos me dan la mano.

Seré su espejo verdadero,
su sombra fresquita, su hermano.
Yo los ayudo, yo los quiero.
Mis amigos me dan la mano.

Juguemos al amor profundo.
La voz leal, el ojo sano.
Vamos a visitar el mundo.
Mis amigos me dan la mano.

Vamos a todo lo que existe
–ronda de hoy, luego lejano–
sin quedar solo ni estar triste.
Mis amigos me dan la mano.

Amigos como tú y yo
Autor: Amaury Pérez

Amigos como tú y yo
volverán a encontrarse
por cualquier inventado rincón
que el instante desande.
Tal vez otra mañana de sol
cierta o imaginada
con muy poco brillo en la voz
y añeja la mirada;
pero amigos como tú y yo
conocen la llamada.

Amigos como tú y yo
volverán a acercarse,
subirán al celeste escalón
sin apenas tocarse.
Despertarán al duende patrón
de las cosas perdidas
reclamándole olvido y adiós
para las despedidas;
porque amigos como tú y yo
desbordan lejanías.

Amigos como tú y yo
volverán a juntarse,
la distancia propicia, un olor
que ni el tiempo deshace.
Compartirán más tarde el sabor
a domingo y nostalgia
y mantendrán a punto el vapor
para las añoranzas:
es que amigos como tú y yo
son milagros del alma.

Amigos tengo por ciento
Autora: Violeta Parra

Amigos tengo por ciento
para toda mi delicia;
yo lo digo sin malicia,
con verdadero contento.
Yo soy amiga del viento
que rige por las alturas,
amiga de las honduras
con vueltas y torbellinos,
amiga del aire fino
con toda su travesura.

Yo soy amiga del fuego
del astro más relumbrante,
porque en el cielo arrogante
camina como su dueño.
Amiga soy del ruiseñó’,
relámpago de la luna,
con to’a su donosura
alumbra la mar furiosa,
y amiga de las frondosas
oscuridades nocturnas.

Amiga del solitario
lucero de la mañana
y de la brisa temprana
que brilla como rosario,
amiga del jardinario
del arco de las alianzas.
Amiga soy de confianza
de nubes y nubarrones,
también de los arreboles
en todas las circunstancias.

Amiga soy de la lluvia
porque es un arpa cantora
de alambres y de bordonas
que tuntunean con furia,
amiga de la centuria
de los espacios tesoros
y de los ecos sonoros
que guardan los granizales,
amiga de los raudales
que entonan su lindo coro.

Amiga de la nieblina
que ronda los horizontes
cordillerales y montes
con su presencia tan fina;
la nieve, por blanquecina,
poblados y soledades,
bonanzas y tempestades
son mis amigos sinceros;
pero mi canto, el primero
de todas mis amistades.