Son las 5 de la tarde y un paso inequívoco rompe el silencio entre los edificios del campus universitario. A esta hora no son muchos los que quedan en la UCLV en tiempos de la Covid-19; pero el guía de estas líneas decidió, hace muchos años, cambiar el reloj por el machete para desbrozar malezas y fundar.
Para Rolando Fundora La Rosa no hay imposibles, y no lo dice él, ser modestísimo que no es capaz de decir tres palabras sobre una obra que se ejecute en la UCLV si antes no espeta que “Dopico, Maykel y Machito también tienen que hablar de esto”; lo dicen cada uno de los edificios de la Residencia Estudiantil en cuyas paredes sobrevive un poco de su sudor y desvelos.
Así sucederá con el Ala A del Edificio U-3, inversión que en fase de demolición pretende devolver valor de uso al 50 % de las 364 capacidades del inmueble que durante aproximadamente hace tres años ha estado cerrado por problemas en la instalación hidrosanitaria.
«Aquí en este momento se ejecuta la demolición de baños y carpintería por una Brigada de la Empresa de Construcción y Montaje de Villa Clara. La rehabilitación incluye la tubería hidrosanitaria, el acondicionamiento de los baños, carpintería, instalación eléctrica, pintura, intervención en áreas exteriores y jardinería».
Aunque corren tiempos difíciles para la economía y la adquisición de recursos para cualquier obra deviene muy compleja, el MS. C. Rolando Fundora La Rosa no deja de mirar el U-3 con la esperanza salvadora que ha hecho renacer muchas edificaciones en el campus universitario.
«Este va a quedar bueno porque es un edificio muy agradecido, en un área muy céntrica de la universidad que va a renacer y cambiar su entorno con el edificio».
Caminando de espaldas al U-3 y con la sobriedad de quien está listo para comenzar una nueva jornada, Fundora, dispara de memoria algo sobre esos otros hijos que va empinando para bien de todos:
«se está terminando de pintar y se trabaja en abasto de agua del C-2, se está pintando el U-1 y ya se pintó el U-5».
Son las 6 de la tarde. Los mismos pasos inequívocos se desdibujan otra vez entre los edificios de la UCLV. Respiración agitada. Suspiro. Camisa abierta al cuello. Manga al codo y sin tiempo para el descanso. Mañana será otro día a pie de obra con Rolando Fundora.