El envejecimiento demográfico mundial ha sido una realidad del actual siglo. Los adultos mayores constituyen el 8% de la población latinoamericana,  el 22.3% de los cubanos y el 24.6% de los villaclareños tienen 60 años o más, siendo la provincia más envejecida del territorio cubano. Ante tal contexto, constituye un imperativo garantizar un envejecimiento exitoso y mejor calidad de vida para los adultos mayores. Esto demanda la adaptación a las nuevas condiciones, físicas, psicológicas y sociales, que la mayor edad trae consigo.

Entre los principales cambios que experimentan los adultos mayores se encuentran:

  • limitaciones auditivas y visuales,
  • limitaciones sensoperceptuales que afectan otros procesos como la atención, memoria, pensamiento y lenguaje,
  • cambios en la concentración de la atención y aumento de su carácter selectivo,
  • dificultades en la memoria a corto plazo,
  • aparición del pensamiento postformal,
  • dificultades para nombrar de forma correcta y rápida objetos y fenómenos del medio,
  • disminución de la capacidad para comprender el lenguaje verbal.
  • disminución de la intensidad de las vivencias afectivas, las que se tornan más realistas y sinceras,
  • cambio del estatus laboral luego de la jubilación,
  • cambios en la estructura familiar a partir de la salida de los hijos del hogar por el casamiento (nido vacío) y de la muerte del cónyuge (viudez),

Todos estos cambios, unidos a la historia personal y su efecto en la personalidad de cada individuo, determinan la vivencia de envejecer. Por tanto, si se pretende el logro de un envejecimiento saludable y exitoso es necesario tener en cuenta cómo los hábitos, las actitudes y las redes de apoyo influyen en el proceso de envejecimiento y en el riesgo de padecer determinadas enfermedades.

Garantizar el bienestar emocional en los adultos mayores resulta esencial dada la necesidad de combatir la sensación de soledad, el aislamiento y la incomprensión. Entre las actividades que tributan a tales fines se encuentran las siguientes:

  • Practicar meditación en compañía
  • Realizar ejercicios físicos según las condiciones de salud
  • Establecer rutinas diarias acorde a sus gustos y preferencias
  • Mantener la comunicación con amistades y seres queridos ya sea por teléfono o a través de visitas.
  • Realizar actividades que le proporcionen placer y ejerciten sus aprendizajes como cocinar, hacer manualidades
  • Expresar sus sentimientos con frecuencia así como sus insatisfacciones de manera que no guarden emociones negativas que puedan afectar su salud física y mental.
  • Compartir sus experiencias y sabiduría con familiares, vecinos, amistades

De este modo se garantiza que nuestros adultos mayores vivencien la última etapa de la vida con la ausencia de enfermedad y/o discapacidad, logren el mantenimiento de la capacidad cognitiva y física, así como el establecimiento en ellos de un mayor compromiso con la vida, factores estos que al decir de Hoyer y Roodin, 2003 constituyen las claves fundamentales para un envejecimiento exitoso.

Por: Msc. Marlien de la Caridad Rodríguez Figueredo, Profesora Titular del Departamento de Psicología.