Hace más de 1 año que la actual pandemia de Covid-19 ha impuesto medidas de confinamiento y de prevención epidemiológica, donde la convivencia en los hogares se ha convertido en reto para que las familias cubanas logren cumplir con sus funciones.

Es importante reflexionar que cada familia es única y no existen recetas rígidas que definan cómo lograr una convivencia armónica y saludable. De lo que se trata es que cada familia sepa realizar las mejores estrategias posibles para ayudarse a no enfermar, a contribuir al bienestar de todos sus miembros, crear espacios dentro del hogar que faciliten la realización personal conjunta, y contribuir al bienestar de las demás familias cercanas.

A continuación, proponemos un grupo de recursos y recomendaciones a las familias para gestionar la salud física y mental durante esta crisis, compartidos por especialistas en el tema de salud familiar:

  • Mantenerse informados, seleccionar una fuente de noticias confiable, sin sobredosis de ideas sobre el mismo tema.
  • Identificar personas vulnerables y de mayor riesgo dentro de la propia familia y establecer rutinas y acuerdos para su protección.
  • Tratar de mantener una alimentación adecuada, algún ejercicio físico y horas de sueño en el que se descanse bien.
  • Establecer horarios, organizar una agenda diaria y/o semanal que incluya actividades de diverso tipo con tiempos no excesivos para ninguna de ellas.
  • Destinar tiempos para sí y para compartir en colectivo. Respetar características y preferencias de cada cual.
  • Realizar actividades placenteras.
  • Planificar actividades conjuntas como las comidas, juegos/distracciones y también donde se converse sobre lo que se está viviendo, las necesidades y sus prioridades, las opiniones de cada persona y las decisiones consensuadas sobre las posibles soluciones a problemáticas concretas, sobre roles y obligaciones de cada cual para contribuir al beneficio del colectivo. Involucrar a infantes, adolescentes y jóvenes.
  • Contribuir a una comunicación familiar sana en la que se respeten las opiniones, se escuche a cada cual y se busquen consensos. Buscar lo mejor de cada cual. Darse un tiempo para conflictos anteriores que no pueden solucionarse en el aquí y ahora.
  • Organizar espacios y horarios para permitir el trabajo en casa de modo favorable.
  • No sobrecargar/se ni sobreexigir/se. Es preferible la estabilidad emocional que el rendimiento académico o el éxito profesional.
  • Aprender algo.
  • Mantener un sentido del humor positivo y despertar la creatividad estimulando pensamientos positivos.
  • Mantener contactos con otras personas de la familia con los que no se convive, amistades y vecinos a través de teléfonos, redes sociales, etc. Aislamiento sanitario no es aislamiento social.
  • Solidaridad hacia adentro y hacia afuera, una prolongación de la familia son las personas vecinas.
  • Pedir ayuda especializada si se considera necesario.

Por MSc. Reinier Martín González, Centro de Bienestar Universitario