Por: Dra. Grizel María Donéstevez Sánchez

Presidenta Cátedra Investigación desarrollo “Dr. Víctor Manuel Figueroa Albelo”

Cuando el 27 de abril del año en curso, en el cumpleaños 78 de Víctor, pensaba en las conmemoraciones habituales en la Cátedra que lleva su nombre en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), en los talleres y los encuentros acostumbrados.

En ese entonces, no podía pensar que la situación epidemiológica de la provincia y el país se pondría fea de verdad y tendríamos que esperar algún tiempo para volver hacer nuestra vida de Cátedras. Quiso la casualidad histórica que, coincidiera en octubre el XV Aniversario de su desaparición física con los Aniversarios luctuosos de Camilo Cienfuegos y de Ernesto Guevara de la Serna, a quiénes siempre rendimos homenaje.

Entonces, enunciaba los temas pendientes de discusión, un poco como reto para aquellos que cotidianamente, debatíamos junto a una taza de té o café, muy temprano en la mañana y a la espera del timbre de la Facultad de Economía.

En medio de esa espontaneidad, Víctor se las arreglaba para tener lo último en respuestas, o preguntas si el área del saber no era la de su ámbito; así, los temas más peliagudos eran analizados y si no tenían la debida respuesta quedaban pendientes para otra oportunidad. Fue así que aprendimos bajo su tutela cotidiana.

Entre los temas enunciados en abril destacan: el reordenamiento monetario, la marcha de la actualización del modelo económico, la crisis sanitaria mundial, el aumento de las desigualdades, su repercusión en la economía cubana y el recrudecimiento de la guerra económica impuesta al país por EEUU.

Y a ellos, se le adicionan otros no menos importantes que van entrelazados indefectiblemente a los precursores, a saber: el ordenamiento jurídico del país, la aprobación y discusión de Decretos Leyes que profundizan la Reforma Económica y oficializan las “novedosas” formas de gestión privadas, las transformaciones empresariales en el ministerio de la agricultura y AzCuba, las medidas para alcanzar la eficiencia en la llamada “Empresa Estatal Socialista”, los cambios en las concepciones sobre el desarrollo local, la participación popular en los destinos territoriales, la innovación social y los programas de soberanía alimentaria y nutricional, entre otras.

Por último, el problema de los precios de los productos agropecuarios y su comercialización, que afecta cotidianamente y no encuentra solución por muchas medidas tomadas (246) en pos de la elevación de la producción agropecuaria, al desconocer las particularidades de la acción de la ley del valor y los precios en las circunstancias del comercio agrícola, por lo tanto, su dinámica y la inflación son temas irresolutos y pendientes de análisis y respuesta válidas.

Es tremendo reto el que tenemos por delante, no nos queda otra que bregar en campos minados, porque, en medio de las transformaciones, la ciencia ha sido llamada a poner en claro soluciones y respuestas, para ello tenemos que prepararnos.

Hay muchas cosas que discutir y de golpe creo que ahora no puede ser, pero urgen algunas reflexiones en las que Víctor, al calor de su pensamiento, pudiera darnos luz.

Hace unos meses, colegas en comisiones decisoras me pidieron opiniones sobre algunos de los temas que les comenté y que faltan acertadas soluciones; entonces recordé que al menos en dos de los trabajos de Víctor, uno inédito y otro publicado, se pudiera encontrar alguna que otra solución viable.

El primero, sobre “la formación de las empresas agropecuarias en reestructuración azucarera” y el segundo, en “la Crítica al Anteproyecto de Ley de cooperativas agropecuarias”, escrito por un colectivo de autores con él al frente en los años 2002-05, acabé recomendándolos para el posible entendimiento y aplicación por su vigencia.

El presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, decía que había que esclarecer o descubrir las contradicciones sociales para poder buscarle las soluciones a éstas; pensaba al escucharlo que es algo más complejo que eso, no es tan simple. Hace falta una sólida concepción y conocimiento de la Economía Política.

Las contradicciones sociales son expresión de los intereses económicos de los grupos sociales o clases existentes, y para descubrirlos hay que acudir a la Economía Política. Esa que nos descubre el sistema de relaciones de producción en toda su compleja estructura, capaz de dilucidar sobre la acción de las leyes económicas en su contexto histórico y desentrañar el sistema de contradicciones que se generan a partir de las formas de propiedad y monopolio de explotación en que éstas se desenvuelven.

De esa ciencia estamos carentes; durante más de 30 años no se forman economistas políticos y, por si fuera poco, los programas de todas las carreras universitarias, incluida las nuestras, reducen al mínimo los programas de esta ciencia.

Cuando se habla de innovación social y ciencias sociales, no creo que la Economía política tenga el espacio que se requiere para entender hasta lo más cotidiano y por ello en parte los fiascos de la actual Reforma, más allá del bloqueo y la pandemia. Nada, en esto parece que, nos ganó el exceso de pragmatismo de la “Nueva Economía”.

“El sólido sistema teórico de economía política de Víctor Figueroa que, -al decir de Roberto Muñoz-, se sustenta en lo mejor del pensamiento marxista, cubano y latinoamericano, basado en la práctica revolucionaria”, hace parte de la escuela cubana del desarrollo a la vez que se inscribe en la enseñanza de la Economía Política como un excelso profesor.

Víctor, era gran conocedor de las obras de los clásicos del marxismo, sentía pasión por el Capital desde luego, decía que no bastaba con conocerlo, había que apropiarse del método usado para la investigación del modo de producción capitalista, de su dialéctica se aprendería para el análisis de la economía en transición socialista. Por ello, puso su mayor empeño en el estudio y análisis de esta obra a todos los que cursamos en los años 80 el servicio social en el entonces Departamento de Economía Política en la Facultad de Economía.

Durante meses, estuvimos viajando de noche desde Santa Clara, para escuchar sus conferencias y evaluar nuestro desempeño en las secciones y capítulos que nos indicaba en cada encuentro. Recuerdo las largas discusiones, sobre uno u otro tema de dicha obra y la necesidad de aprehenderla si nos íbamos a dedicar a la economía.

Al mismo tiempo, iniciamos las investigaciones empíricas, dondequiera que el gobierno, el MINAZ, a veces el MINAGRI, necesitaba de explicación y soluciones a los complejos procesos que se sucedían, estaba él con el grupo de noveles profesores muchos de los cuales graduados en la antigua Unión Soviética entonces, sostenía el criterio de que había que ser conocedores de nuestra realidad un tanto diferente y que había que contribuir con ciencia a su transformación.

Casi sin darnos cuenta, comenzamos los estudios cooperativos, que luego ya en los años 90 se consolidaron como el Grupo de desarrollo rural y cooperativismo. Muchos fueron sus esfuerzos para perfeccionar la enseñanza del marxismo, incansable su accionar en la dirección para que la Economía Política de la transición socialista fuera creíble y no abdicara frente a las tendencias de dejación o minimización de su enseñanza.

Tal y como refería antes, hoy más que nunca se merece que lo honremos, haciendo lo que nos toca, sobre todo ahora que parece en breve pasaremos a la “normalidad”.