La Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas se convirtió hoy en la primera universidad cubana que recibió el espacio de debate de la AHS Dialogar, dialogar, para conversar con los jóvenes sobre la utilización de los símbolos y la guerra cultural aplicada por los Estados Unidos hacia Cuba.

«La historia de la Revolución es la historia de una fábrica de símbolos. Fidel de por sí es una fábrica de signos», afirmó Iroel Sánchez, editor del blog “La Pupila Insomne” y director del programa televisivo “La pupila Asombrada”, quien llamó a poner el talento a funcionar en aras de potenciar la identidad y los valores culturales en el país en función de hacer frente a la pseudocultura.

Se refirió a la importancia de movilizar a las personas con soluciones, así como fomentar iniciativas desde la familia y las instituciones escolares que eviten la opción de que las banderas sean colocadas en las tiendas como mercancía. «Esa es la solución de los yanquis, la de nosotros debe ser hacerlas».

Elier Ramírez Cañedo, historiador y coordinador del espacio, y Fernando Arias Gastón, miembro de la Asociación de Historiadores de la capital cubana, explicaron su intención de llegar a los jóvenes para conocer sus criterios y debatir el documental “Donde basta con una”, sobre el tema y con vistas a lograr el pensamiento crítico y una retroalimentación.

«La Asociación de Historiadores, la UNEAC, la AHS están librando una fuerte batalla para llenar los vacíos de los cuales se aprovecha el imperialismo para sembrar las dudas, tergiversar y manipular en el campo de la historia como arma predilecta», manifestó el investigador Ramírez Cañedo.

Los estudiantes recibieron elementos de acuerdo a sus propias inquietudes y opiniones, en torno a las estrategias que deben seguirse para dotar a los jóvenes de herramientas que combatan la guerra no convencional declarada por el país norteño y la necesidad de crear patrones a seguir para la formación de valores en los medios de comunicación.

Dialogar, dialogar surgió en 2013, luego del fallecimiento del Alfredo Guevara, y tiene frecuencia habitual en el Pabellón Cuba, como homenaje permanente a este intelectual, quien recibió el Título de Doctor Honoris Causa en la misma institución que hoy acoge este espacio.