Con motivo de celebrarse este 13 de marzo el Día del Arquitecto, la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas felicita a todos los Arquitectos cubanos, especialmente los arquitectos dedicados a la labor docente en esta casa de altos estudios.

La arquitectura cubana ha tenido un sello muy particular de identidad. Siempre ha sido auténtica y legítima. En la medida en que se ha ido modelando a través del tiempo, ha tenido en cuenta diversos factores. En Cuba el 13 de marzo es el Día del arquitecto, por acuerdo adoptado en 1936 por la Asamblea Nacional de Arquitectos, debido a que en igual fecha, tres años antes, comenzó a funcionar legalmente en el país el Colegio Nacional que los representaba.

Antecedentes

En los primeros siglos de la colonia, la mayor parte de los profesionales que venían a la Isla, formaban parte del cuerpo de ingenieros de la administración de aquella época. No existía instrucción técnica sobre esta temática, por lo que la mayoría de los constructores tenían como formación solo la experiencia acumulada en el trabajo práctico.

El 7 de febrero de 1855 se decreta la creación de Escuelas Generales Preparatorias en La Habana y Santiago de Cuba, que permitía a aquellos que seleccionaban la especialidad de Maestros de Obras, cursar dos años más en la Escuela Especial de Maestro de Obras y Agrimensor. Desde 1871 hasta 1899 surge y se desarrolla la Escuela Profesional de Maestros de Obras, Agrimensores y Aparejadores, con altas y bajas en las graduaciones, muy limitadas debido a las guerras. Los estudios superiores de arquitectura solo podían realizarse en España.

El 13 de marzo de 1916 aparecería la primera organización en Cuba integrada exclusivamente por arquitectos y maestros de obras: El Colegio de Arquitectos de La Habana, el que, como su nombre indica, tenía un carácter local. La labor de este Colegio concluyó después que se estableciera por una legislación, la colegiatura obligatoria de estos profesionales y se fundaran los Colegios Provinciales de Arquitectos, que constituyeron la organización llamada Colegio Nacional de Arquitectos de Cuba, en 1933. Así se instituyó el 13 de marzo como el Día del Arquitecto Cubano.

Estas celebraciones variaron a partir del 13 de Marzo de 1957, cuando la fecha adquiere una nueva significación histórica al coincidir ese día con el asalto al Palacio Presidencial contra el tirano Fulgencio Batista, acción que protagonizó el líder estudiantil José Antonio Echeverría, para aquel entonces estudiante de arquitectura de la Universidad de La Habana.

El carácter patriótico y revolucionario de los sucesos acaecidos en esa fecha cobró con el tiempo una mayor trascendencia nacional que la celebración del Día del Arquitecto, de modo tal que pasó al olvido. Fue entonces cuando se asimiló, de cierta manera, al día 5 de diciembre, Día del Constructor. Paralelamente, se fueron sucediendo hechos significativos para los profesionales vinculados a la esfera de la construcción, como lo fue el surgimiento de la UNAICC en 1983.

Desde entonces se ha mantenido revitalizada la celebración, convirtiéndose en toda una jornada de eventos interesantes que incentivan la comunicación entre los arquitectos y todos los que se relacionan con esta actividad profesional, se entregan reconocimientos y se desarrollan talleres, jornadas técnicas y conferencias.

Son muchos los desafíos para la arquitectura cubana, no solo la necesidad de resolver los problemas habitacionales y la rehabilitación y conservación del patrimonio edificado en las ciudades. Está la cuestión de la identidad del país: proyectar la ciudad de hoy y del mañana, esencialmente nacional, con soluciones creadoras, conectadas con las mejores pautas del mundo, pero que rompan con la globalización de los poderosos.

No es una empresa fácil porque donde muchas veces vemos signos de contemporaneidad, se trata de clichés ampliamente publicitados por el mundo colonizante y hegemónico.

Por: Arq. Yanier Madroñal Alfonso