Si la memoria no me falla, tenía trece o catorce años cuando escuché por primera vez el nombre de Gilberto Herrera. Fue en una transmisión de la liga mundial de voleibol. Por algún motivo lo mencionaron. Pero, no fue hasta tiempo después que conocí la trayectoria de uno de los mejores entrenadores de voleibol cubano de todos los tiempos.

El Venado, como le decían en su época de jugador, llevó las riendas del equipo Cuba masculino ganador de la medalla de bronce en las Olimpiadas de Montreal ´76. Herrera logró como estratega preseas en torneos olímpicos, mundiales y regionales. Recibió en 1977 la distinción de mejor entrenador del planeta. También, entrenó a las selecciones de España, Grecia, Turquía y Venezuela. Por estos días es usual verlo en la sala Eduardo García Delgado de Santa Clara, sede de las competencias de voleibol de la XIV Universiada Nacional que acoge la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.

El Doctor en Ciencias y profesor Titular Gilberto Herrera Delgado comanda la selección masculina de voleibol de la Universidad de las Ciencias la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo (UCCFD). Al concluir su partido de turno, sube hasta la última sección de las gradas y observa expectante otros de los partidos. Me acerco a él presto a conversar sobre las Universiadas y por supuesto, sobre voleibol.

¿Viene a Villa Clara con el imperativo de ganar el torneo masculino de voleibol?

“No, vinimos a la Universiada con el imperativo de jugar voleibol, no de ganar. Si viene la victoria bienvenido sea. Jugar voleibol es lo principal. La liga aquí está muy pareja. Están los mejores exponentes del nivel Universitario. Hay jugadores que han participado en la primera categoría. Junto a los fuertes elencos de Guantánamo, Pinar del Río y Camagüey creo que podemos regalar un buen espectáculo”.

¿Cuán difícil es preparar a muchachos tan jóvenes? ¿Cuál es su filosofía como entrenador?

“Es muy difícil porque no son profesionales. Poseen las mismas deficiencias de otros muchachos. Tienen que trabajar, estudiar y no hay muchas condiciones para entrenar el voleibol. Por ejemplo, en La Habana, donde había cientos de lugares para jugar este deporte, solo se entrena en la EIDE y yo con este grupito en el Fajardo, se acabó”.

“Por eso, para mí esto es una gran guerra y para la guerra uno tiene que prepararse, porque el contrario viene a acabar contigo. Yo se lo digo a los muchachos, una vez entren al terreno es a morir en el terreno. Es una filosofía de entrenamiento muy dura y cruda. El contario del que se enfrenta a los equipos cubanos dicen: ahora vamos a golpearlos que están en el suelo”.

“Sí porque la situación del voleibol actual ya no es la misma de antes. Nosotros ganábamos partidos contra equipos grandes. Hoy día perdemos contra cualquier equipo del área caribeña de poca tradición en el voleibol”.

Entonces, ¿está mal de salud el voleibol cubano?

“Sí, está enfermo. Incluso, en algunos momentos parece que al nivel de enfermedad lo alcanzara la muerte. Pero soy optimista, algunas cosas podremos solucionar. Hoy el equipo masculino tiene muy buenos muchachos, en su mayoría demasiado jóvenes. Y la dificultad con ellos es que les cuesta trabajo hacer grandes cosas, por supuesto debido la inexperiencia”, – aclara Herrera.

“No tenemos la posibilidad en Cuba de mezclar jóvenes con veteranos. Hay que pensar a largo plazo cómo levantar el nivel nacional, porque no son muchos los jugadores que tenemos en la escuela de voleibol. Son los mismos los que juegan sub 19, sub 21, sub 23 y en el equipo nacional”.

¿Por qué sucede esto?

“El trabajo en la base es muy débil. Tenemos muchas carencias en la enseñanza. No hay tantos entrenadores dedicados a enseñar al muchacho. Hemos perdido jugadores por diferentes motivos. Por lo tanto, si no hay un buen proceso en la base. Solamente con los de la escuela nacional no se hace un equipo Cuba. El problema es que el sistema quebró, ese sistema de desarrollo de jugadores, al menos en el voleibol colapsó”.

“Antes teníamos hasta 93 jugadores en una categoría. Ahora solo hay 20 o 25. Con esa cantidad no se hace equipo de campeonato del mundo en ningún lugar. Así es muy difícil. Lo otro que falta es más ciencia en el deporte cubano”.

Desde las gradas, luego de concluir su partido de turno, Gilberto Herrera analiza los restantes enfrentamientos de la jornada.

¿Una de las soluciones inmediatas está en la contratación de nuestros atletas por ligas foráneas?

“Sí claro, porque ese es el desarrollo. Durante muchos años dijimos que no. Yo no sé si los que plantearon la necesidad de insertarse en ligas foráneas tenían razón. El agravante es que no lo hicimos. Y ahora lo hacemos cuando casi no tenemos jugadores. No hay voleibol femenino, las morenas se acabaron. Andan por el mundo”.

“El femenino ganó más que los nombres. Era un equipo que en el 2008 fue cuarto lugar en los juegos olímpicos. Hoy día ocupa el octavo lugar en los juegos centroamericanos. La bomba es grande. Ahí tuvo que haber pasado cosas muy malas. No es que lo diga yo, lo dicen los números. En once años desaparecimos. ¿Qué pasó? Eso debe de preguntárselo mucha gente. ¿Cómo lo perdimos todo en tan poco tiempo con los años que nos costó llegar allí? No usamos en tiempo otros caminos para resolver esos inconvenientes. No hay entrenadores de experiencia, los que existen, no están en los principales niveles del voleibol cubano”.

“La medida llegó, bienvenida, pero entonces yo me pregunto: ¿no habrá sido un poquito tarde? porque no somos ni campeones centroamericanos. Por tanto, vuelvo a cuestionarme: ¿cuáles son nuestras aspiraciones? ¿Seremos Campeones del mundo y no centroamericanos? Eso está muy raro, pero muy raro”.

¿Y si lo llamaran para dirigir nuevamente el equipo nacional?

“Ya voy a cumplir 75 años. Estoy aquí porque me gusta. Pero creo que han perdido mucho tiempo. Ahora yo no podría. Sin embargo, el voleibol es mi vida, pero yo no tengo casi relación con el voleibol de alto rendimiento. Los que tienen que verlo a lo mejor no lo ven. Estoy en la Universidad, tengo la posibilidad de entrenar a este grupo de muchachos y dar clases en 5to año de la especialidad. Ahí en la UCCFD me siento bien”.

Montreal ´76…

“Cuantos recuerdos, aquello fue tremendo. Todavía lloro cuando veo las imágenes. Cada vez que veo ese voleibol lloro por dentro. Porque en ocho años tuvimos medallistas olímpicos y mundiales. Obtuvimos medallas en copas del mundo y panamericanos. Es triste a la vez revivir aquellos recuerdos ante la realidad actual. Sigo preguntándome una y otra vez lo mismo: ¿Dónde está todo lo que hicimos?”

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