Ciento cincuenta y tres años es mucho tiempo, pero quizás no tanto para una Revolución que recoge las mejores tradiciones patrióticas y las ansias de independencia de toda una nación.

La Revolución cubana es anterior al triunfo de 1959, pues constituye el resultado de muchos años de lucha, casi un siglo antes para ser exactos.

Los cubanos se preocuparon desde muy temprano por el tema de la independencia nacional. El asunto estuvo en la conciencia de los llamados criollos antes de 1868, en diferentes corrientes más o menos conservadoras. Incluso en la toma de La Habana por los ingleses se mostraron sentimientos de amor a la Patria chica, como visión primaria de lo que sería el sentimiento nacional por la Isla.

No obstante, no fue hasta el 10 de octubre de 1868 que, gracias a condiciones objetivas en la Isla y la maduración del pensamiento independentista en un grupo de terratenientes cubanos, se gesta el inicio de las luchas por la independencia y el comienzo de un largo proceso histórico, el cual Fidel definió en 1968 como la Revolución Cubana, proceso único, unitario y continuante.

Céspedes nunca pensó que, con la liberación a sus esclavos y el grito de independencia del 10 de octubre, marcaría un antes y un después en la historia de Cuba. Pero sí lo fue, y a él se sumaron Agramonte, Maceo, Gómez, Vicente García, Salvador Cisneros, entre otros.

La Guerra de los Diez Años se extendió a casi todo el territorio nacional y hechos como la toma de Bayamo y su posterior incendio y la Asamblea de Guáimaro, siguieron y maduraron la idea inicial de independencia. Sin embargo, esta Guerra terminaría con un punto negro, pues la desunión y otros factores contribuyeron a la finalización de la gesta sin alcanzarse sus objetivos, a través de la firma del bochornoso Pacto del Zanjón, al que Maceo se opuso en la Protesta de Baraguá.

Cuba buscaba la libertad a toda costa y por ello recién culminada la contienda de 1868, varios patriotas se lanzan en una nueva gesta por la libertad, conocida como la Guerra Chiquita, la que fracasó y no perduró mucho en el tiempo.

Parecía que después de más de 10 años de cruenta lucha había quedado aplastada la independencia cubana, pero el germen ya estaba sembrado en los cubanos. Solo que ahora vendría un proceso de ordenamiento de las fuerzas revolucionarias, en lo que Martí llamó Tregua Fecunda o Reposo Turbulento.

En este período se organizan magistralmente todos los patriotas bajo la guía de Martí y el Partido Revolucionario Cubano y se prepara durante años, en un gran silencio, la Guerra Necesaria, bajo el concepto martiano de desarrollar una guerra breve y generosa.

Tres años de intensa lucha constituyeron el tercer intento armado por lograr la independencia nacional. La contienda ordenada a partir de los errores de la Guerra Grande sobresale por sus momentos de radicalización como el levantamiento en Las Villas, la campaña de Antonio Maceo en Oriente, la Invasión a Occidente, entre otros.

Mas, no por gusto Martí lo había anunciado ya, vivió en el monstruo y lo conocía sus entrañas, en 1898, en nombre de su seguridad y la de los cubanos los E.E.U.U. intervino en la Guerra y frustró los objetivos de la gesta, pues a la postre los yanquis ocuparon la Isla y solo cambiamos de metrópolis.

Poco más de medio siglo de seudorepública esperaban a los cubanos, quienes no se quedaron de brazos cruzados y desde el inicio se opusieron a la Enmienda Platt, así como a los gobiernos títeres y protagonizaron hechos como la Revolución de los Independentistas de Color, la Protesta de los Trece y la Guerrita de la Chambelona.

Veteranos de las contiendas anteriores y nuevos revolucionarios de la talla de Villena, Mella y Guiteras protagonizaron las luchas sociales de esos años. Luchas que alcanzaron su cúspide cuando se gestó la llamada Revolución del 30 que, liderada por los estudiantes, intelectuales y trabajadores, organizados por la FEU y el primer Partido Comunista de la Isla, lograron derrocar al tirano Gerardo Machado, no obstante, el objetivo supremo seguía sin cumplirse.

Por ello llegarían más años de resistencia a la neocolonia imperialista, donde líderes populares como Aracelio Iglesias, Sabino Pupo, Jesús Menéndez y otros patriotas también se enfrentaron al régimen imperante.

Pese a la resistencia y a las luchas sociales existentes en el país no es hasta 1953, que un grupo de jóvenes denominados la Generación del Centenario desarrollaron la Marcha de las Antorchas, en homenaje al aniversario 100 del natalicio del Apóstol.

Estos jóvenes organizados por Fidel, entre los que se encontraban Abel, Haydée, Melba y Raúl. Guiados por las concepciones martianas de independencia e igualdad, atacan los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, como una forma de echar a andar el motor pequeño que impulsaría el motor grande: la gesta definitiva por la independencia de Cuba.

Muchos de estos jóvenes fueron asesinados, otros sobrevivieron y luego de cumplir algunos años de prisión, en el exilio se reorganizaron, incorporaron a otros y se lanzaron en travesía marítima bajo el precepto de que, si salían llegaban, si llegaban entraban y si entraban vencían.

Ya rebeldes en la Sierra Fidel, Camilo, el Che, Raúl, Ramiro y otros tantos compañeros concientes de aquella expresión histórica de Juan Almeida: «Aquí no se rinde nadie…» lucharon en cada paraje de la Sierra Maestra., pero también en la clandestinidad en las ciudades los acompañaban las acciones de Frank, Vilma, José Antonio Echeverría y muchos que también portaban el distintivo rojo y negro del M-26-Julio.

La lucha comenzó a radicalizarse y esta vez los rebeldes sí entraron victoriosos a Santiago, al tiempo que columnas guerrilleras encabezaban la Invasión a Occidente. Se tomaron numerosos poblados y se aniquilaron las fuerzas enemigas. Se venció en Yaguajay, Santa Clara y se asestó el golpe final a un régimen de oprobio e injusticia. Al fin los cubanos tomaron las riendas de su país y la libertad recorrió la Isla en una caravana victoriosa.

Cuba había logrado su independencia, pero a partir de ahora no sería una empresa fácil, todo lo contrario. Profundos cambios en todos los ámbitos comenzaron a producirse: la reforma agraria, la urbanística, la educacional, las nacionalizaciones, la Campaña de Alfabetización.

El enemigo no se quedó de manos cruzadas y diversos ataques a la Isla tuvieron lugar, a los que el pueblo respondió con la lucha contra bandidos, la victoria de playa Girón, las Milicias Nacionales Revolucionarias y la declaración del carácter socialista de la Revolución.

Cuba continuó su camino de cambios con la conformación de su Partido Comunista (PCC), vanguardia de la nación, la institucionalización del país, el desarrollo económico y social, la solidaridad internacional con otros países con ayuda a los movimientos de liberación nacional.

En ese desarrollo llegó el momento de 1986 de rectificar errores y conductas negativas y luego en 1990, el momento de apretarse el cinturón por el derrumbe del socialismo en Europa del Este. El país se sumergió en una crisis económica, a la cual sobrevivió gracias a las fuerzas y la resistencia del pueblo cubano y su unidad en torno a Fidel y al Partido.

Iniciando el Tercer Milenio los cubanos en cuadro apretado en plena batalla de ideas, exigimos el regreso del niño cubano Elián González a su patria, así como el de los Cinco cubanos presos en cárceles estadounidenses por combatir el terrorismo.

Desde 2010 los cubanos, en un nuevo escenario para el país, hemos trazado las bases de la actualización del modelo económico y social cubano. En la actualidad Cuba ha vivido muchos cambios como Revolución al fin.

En la actualidad una nueva generación de cubanos continúa el legado de la generación histórica de nuestro proyecto de país. Hoy los cubanos conocedores de su historia salen día a día a construir una nación justa, libre, soberana, independiente, socialista, próspera y sostenible.

Cuando este 10 de octubre celebramos el aniversario 153 del inicio de las luchas por la independencia de Cuba y, por tanto, el comienzo de la Revolución, los cubanos, herederos de nuestras mejores tradiciones patrióticas, sentimos el orgullo de sabernos continuadores de esta gloriosa señora de 153 años.