Palabras de René Abreu Ledón durante las exequias fúnebres del Dr. C. Javier Alfonso Asencio García, quien fuera profesor de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, fallecido recientemente
Queridas Irsa Teresa y Bibiana, queridos familiares, colegas, amigos, estudiantes. Para mí es un honor y una gran responsabilidad pronunciar estas palabras; es muy difícil hablar en este momento y hacerlo sobre alguien muy conocido, con historias muy conocidas en la Universidad.
Para hablar de Javier debemos pensar en el profesional, en el Dr. Asencio, pero también en el amigo, el ocurrente contador de historias, “el Gordo”.
Javier fue siempre un profesional excelente, muy vinculado a la docencia. Antes de graduarse en 1976 de Ingeniero Industrial con calificación de sobresaliente y mención de honor, ya impartía clases desde 4to año de la carrera, como Alumno Ayudante. Una vez graduado, y después de seis meses en una empresa en Cienfuegos, se incorpora a esta su Universidad, donde estuvo 45 años de su vida. Se vincula, fundamentalmente, a las asignaturas de Investigación de Operaciones y Modelos Económicos Matemáticos, aunque también incursionó en otras asignaturas como Mantenimiento, Economía Industrial, Algebra Lineal, Planificación y Control de la Producción, y Óptica Multicriterio. Fue un profesor excelente, muy querido y admirado por sus estudiantes, por todos aquellos que tuvimos la dicha de estar en su aula y apreciar su capacidad para conducir la clase y mantenernos atentos. También recordamos su liderazgo al frente del Departamento durante 10 años y como Vicedecano docente desde 2006 al 2011.
Fue tutor de varias tesis de maestría y de doctorado; autor y coautor de diversas investigaciones, publicaciones y trabajos presentados en eventos científicos. Fue miembro del Tribunal Nacional Permanente de Ingeniería Industrial y de otras organizaciones como la UNAICC y la ANEC. Entre los reconocimiento más destacados obtuvo la distinción por la Educación Cubana, la de Profesional de Alto Nivel de la UNAICC, la Medalla José Tey y las órdenes Frank País de I y II grado.
Javier se integró a la UJC desde 1975 y al PCC desde 1986 ocupando responsabilidades en ambas organizaciones. Participó en diversas tareas que implicaban separarse por varios días de la comodidad de su hogar: recogida de café, recogida de tomate, siembra de caña, etc.
El Gordo tenía una capacidad increíble para contar historias; era muy conocido por su imaginación y creatividad. Cada vez que el momento lo permitía nos acercábamos para escucharlo, para sonreír con sus ocurrencias. De esas historias solo podíamos decir que estaban basadas en hechos reales, pero nadie sabía dónde terminaba la realidad y dónde comenzaba la ficción. Pudiéramos estar toda una mañana contando anécdotas. La vez que unos delincuentes molestaron en su casa e incluso agredieron a su familia y él salió envuelto en una sábana blanca y los vecinos dijeron ahí viene Shogun. Dice que no golpeó a nadie, solamente logró sentarse encima de uno de los vándalos y eso fue suficiente.
O sus historias sobre la pelota; era fanático del equipo de Industriales, quizás para realzar el amor por su profesión como Ingeniero Industrial. Una vez en un juego nocturno Malleta dio un jonrón que decidió el juego. A la mañana siguiente se apareció en un aula llena de estudiantes y lanzó una pelota a rodar. Los estudiantes se quedaron sorprendidos y el Gordo les dijo: ustedes ven, ese es el jonrón que dio Malleta anoche; la pelota no había caído y acaba de hacerlo aquí. Todos comenzaron a reír a carcajadas.
Esas y muchas historias más nos quedan del Gordo, como también algunas de sus frases famosas: club de los monstruos, vaporosa, magnificencia, entre otras.
Javier es una de esas personas que trasciende, que por muchos, muchos años será recordado ya sea por los buenos momentos, con una sonrisa en su rostro o también por aquellos, no tan buenos, cuando tenía un mal día y le cantaba las cuarenta a cualquiera.
Es muy triste su partida y saber que ya no está, pero prefiero quedarme con la alegría y la dicha de haberlo conocido y de compartir con él tantos momentos en esta su Universidad, a la que dedicó gran parte de su vida.
En nombre de los familiares quisiera agradecer a todos su presencia en esta ceremonia.