Este 22 de enero el pueblo de Cuba y en especial los trabajadores del sector azucarero rinden tributo a Jesús Menéndez. Este día se conmemora un aniversario más de la muerte de quien fuera inmortalizado para siempre por Nicolás Guillén, como el ”General de las Cañas”.

Jesús Menéndez, nació el 14 de diciembre de 1911, en Encrucijada, en el seno de una familia pobre y de raíces mambisas. Entre las décadas del ´30 y el ´40, del pasado siglo, se erigió como uno de los más  reconocidos líderes obreros de nuestro país.

Apenas era un niño cuando su madre muere y tiene que trabajar a causa de la difícil situación económica que aquejaba a su familia. Ya a los 14 años ejerece el trabajo de machetero en el central Nazabal.  En 1928, con solo 17 años, comienza como purgador de azúcar en el central Constancia.

Desde joven, se observan  destellos en él como líder obrero por antonomasia. En 1929, con 18 años, es elegido Secretario General de los trabajadores del central Constancia. En los siguientes años y hasta el día de su muerte, mantendría una lucha inagotable en favor de la clase obrera cubana.

Muchas páginas tomarían hablar de todo lo que hizo Jesús Menéndez en favor del proletariado cubano y en detrimento de la burguesía imperialista. Someramente, puede decirse, que militó en el Partido Unión Revolucionaria Comunista fundado en Encrucijada. En 1932, crea el Sindicato Nacional Obrero de la Industria Azucarera (SNOIA). Entre otras cosas, se vinculó a la CNOC, participó en el IV Congreso Obrero. Fundó junto a Lázaro Peña la CTC, organización que mantiene plena vigencia en nuestros días.

En 1939, fundó la Federación Nacional de Obreros Azucareros, de la cual fue líder entre 1940 y 1947. En 1942, creó junto a otros compañeros la revista ”Azúcar”. Durante estos años al frente de la Federación fue importantísimo en el proceso unificador de los trabajadores del sector azucarero, así como en su toma de conciencia.

El esfuerzo constante de Jesús Menéndez al frente de los trabajadores azucareros se tradujo en beneficios para los mismos. Con su voluntad logró, por ejemplo, que se les pagaran las vacaciones y que se creara la Caja de Retiro y Asistencia Social de los trabajadores del sector azucarero. Otras de sus conquistas más significativas fue el pago del Diferencial Azucarero, el pago de horas extras y el aumento del salario a los obreros de dicho sector.

Con semejante historial en favor de los desfavorecidos, y obviamente con el total apoyo del pueblo, el ”General de las Cañas” constituía un estorbo para los oligarcas azucareros y para el gobierno auténtico de Grau San Martín, quienes ordenaron su asesinato.

El siniestro crimen ocurrió en Manzanillo hace ya 72 años, sin embargo, el legado de Jesús Menéndez pervive en las páginas de nuestra historia y en el ideal de nuestro pueblo.