El pasado lunes 27 de junio se celebró el Día Internacional de las Personas Sordociegas, con la finalidad de darle un mayor alcance y visibilidad a la no tan conocida discapacidad. Pero, ¿Por qué se elige este día­?

Esta fecha se establece en conmemoración al nacimiento de Helen Keller, la primera persona sorda y ciega en graduarse de una universidad. A pesar de su difícil condición física fue escritora, oradora y activista política. Su formación constituyó un avance fundamental en la educación especial, es considerada un ejemplo de superación y de lucha por los derechos de las personas con discapacidad.

La sordoceguera se caracteriza por la pérdida total o parcial de las capacidades relativas a la visión y audición. Por lo general estas personas conforman un grupo muy heterogéneo, pues mientras algunos presentan una sordera y ceguera total, otros pueden presentar una escasa visón u audición.

Las causas son disímiles, pero se reconoce como una de las principales al síndrome de Usher, una enfermedad hereditaria que afecta al oído, la vista y también puede afectar al equilibrio. Está asociada a la retinosis o retinitis pigmentaria que suele manifestarse entre los ocho y los doce años.

En un mundo predominantemente visual y auditivo estas personas tienen grandes dificultades de integración o corren el riesgo de caer en el aislamiento social. La imposibilidad al acceso de la información a través de las vías más comunes es uno de los grandes retos que enfrentan, por lo que se trabaja cada día en lograr una inclusividad real tanto en los medios como en la sociedad.

Por Melissa. B. Valdivia Ferrer, estudiante de tercer año de Licenciatura en Letras