Amigos:

Nos reúne un momento muy triste. La partida física de José Luis nos sorprendió a todos y nos impactó muy profundamente. Otras veces la muerte le había rondado y la había vencido. Esta vez no anunció su presencia.

Como extraordinario trabajador que era, laboró hasta el último momento. Ayer trabajo todo el día en el Ministerio de Educación Superior y solo unas horas después la muerte le aprisionó en su hogar.

Durísimo golpe. Para su familia algo indescriptible, a lo que no pongo otros adjetivos; para sus amigos la sensación de un enorme vacío que dudo logre llenarse y para la Educación Superior Cubana una irreparable pérdida.

José Luis fue un extraordinario amigo de muchos y en momentos como estos es lo íntimo que nos relacionó lo que viene a nuestras memorias. A mí se me aparecieron dos imágenes.

La primera fue mi período de decano de la Facultad de Ingeniería Mecánica durante diez años, la carrera tenia resultados docentes muy deficientes, como ocurría con todos los alumnos de ingeniería mecánica en todo el país, pero en nuestra universidad esto nunca ha sido una explicación aceptada para no tener mejores resultados. Mis evaluaciones anuales nunca eran buenas, y siempre la rectoría universitaria encargaba a José Luis, vicerrector en aquellos años, la tarea de comunicármela. Nunca comprendí como se las arreglaba para hacerme entender aquello y para comprometerme a continuar luchando por mejores resultados. Solo José Luis era capaz de hacerlo.

La segunda imagen que vino a mi mente fue su capacidad como conversador y polemizador. El día de su mudada para La Habana, varios amigos, temprano en la mañana, llegamos a su casa para ayudar a montar las cosas en el camión, pero la conversación no se hizo esperar. Allí se habló de ciencia, de política, de desarrollo y hasta de amor. A media mañana el camión estaba tan vacío como cuando había llegado y alguien de pronto dijo: José Luis, o nos ponemos para la mudada o te quedas en Santa Clara. Creo en el fondo de su ser le dolía irse.

José Luis fue un excelente cuadro, pero fue su período de rector lo que lo elevó a planos superiores en la dirección. Su visión de futuro, sobre todo en la ciencia, su estrecha vinculación con la comunidad universitaria, la pasión que ponía en todo lo que hacía y la forma en que afrontó el Período Especial le caracterizaron para siempre.

Amigos:

Nuestra Universidad ha tenido excelentes rectores, pero me atrevo a decir, sin temor a equivocarme, que José Luis ha sido el rector más querido por la comunidad universitaria; los que aquí hoy la representamos, muy bien lo sabemos.

José Luis no solo fue rector, José Luis fue un verdadero líder. Eso, que tanto se dice en los cursos de dirección que de lo que se trata no es de ser un buen jefe, sino un buen líder, él lo cumplió con creces. José Luis después de ser promovido al MES se mantuvo siempre muy unido a nuestra universidad, su universidad, y sus consejos y comentarios siempre fueron muy tenidos en cuenta por todos, seguía siendo un líder.

José Luis extrañaremos tus acertados comentarios, tus señalamientos oportunos, tus reclamos de avances científicos y tus propuestas de metas superiores, y parafraseando palabras de nuestro Presidente Díaz-Canel te decimos:

Te cumpliremos.

Dr. C. Angel Manuel Rubio González