¿Qué haría un joven de estos tiempos, si le dicen que solo vivirá 30 años? Quizás, Manuel Fajardo Rivero nunca se planteó esa pregunta; pero la respondió de forma tan contundente, que su vida parece una carrera contra el tiempo.

“Piti”, como se le conocía cariñosamente, nació en Manzanillo, el 8 de noviembre de 1930. Hijo de la primera mujer negra que recibió el título de Medicina en Cuba, heredó de su madre, Francisca Rivero Arocha, la vocación para salvar vidas y la voluntad de cambiar el futuro de la Isla por la vía revolucionaria.

En 1955 se graduó en La Habana de Doctor en Medicina. Tras una breve estancia en la capital, trabajó como cirujano en la clínica “La Caridad”, al servicio de los pobres de su natal Manzanillo y de los heridos en la lucha contra la dictadura de Batista.

Doctor de verde olivo

El 24 de marzo de 1958 se incorporó a la Sierra Maestra. Su labor como médico, no le impidió llegar a la primera línea de fuego en los combates de Santo Domingo, Providencia, Cuatro Caminos, Las Mercedes, El Jigüe, Cerro Pelado, Veguitas, El Meriño y El Salto, lo que le mereció el grado de capitán.

«Era un combatiente con el bisturí en una mano y el fusil en la otra».

Juan Almeida Bosque.

Se sumó a la Columna 12 “Simón Bolívar” y, bajo las órdenes de Eduardo “Lalo” Sardiñas, contribuyó a impedir el cerco de las tropas batistianas a las columnas invasoras de Camilo y Che en su avance hacia Las Villas. Luego, dirigió un grupo guerrillero en la zona de Las Tunas, Puerto Padre, Jobabo y Holguín.

Días después del triunfo de la Revolución, con los grados de comandante, formó parte de la metamorfosis económica, política y social en la Cuba recién liberada del yugo imperialista. Dirigió el hospital civil de Manzanillo y el militar de Santiago de Cuba. Por orden del Comandante en Jefe, asumió la construcción de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, cuya primera unidad inauguró el 26 de julio de 1960, con 500 Camilitos.

«Fajardo cumplió su deber, lo cumplió en la guerra como médico y soldado, lo cumplió en la paz y en el corazón de los primeros 500 niños de la Ciudad Escolar “Camilo Cienfuegos”. El nombre de Manuel “Piti” Fajardo Rivero será siempre recordado como lo que fue: médico, maestro y soldado, un revolucionario consecuente con su profesión y sus ideas políticas»

Fidel Castro Ruz.

Fuente: Periódico La Demajagua

En noviembre del mismo año se trasladó al macizo montañoso del Escambray, para eliminar las bandas contrarrevolucionarias financiadas por el gobierno norteamericano, una de las batallas más peligrosas y desgastantes en los inicios de la Revolución Cubana.

Fuente: ACN

La noche del 29 de noviembre lo sorprendió la muerte, lejos de su amada Nidia, de su hija pequeña, de su madre, de los amigos con quienes compartió las interminables horas de cirugía; pero irremediablemente cerca de su pueblo y de la convicción revolucionaria que lo hizo dejar un pedacito de sí en cada región de la Isla.

«Descansa en paz, te ganaste el derecho al cariño eterno de tu pueblo, de la generación presente y de las generaciones venideras. Nos consuela poder decirte que la Patria seguirá adelante, cueste lo que cueste. Que los enemigos contrarrevolucionarios, los vendepatrias, seguirán encontrando delante hombres como tú, soldados como tú, combatientes como tú, de la primera línea, capaces de morir como has muerto tú, por ir tú mismo al frente de tus hombres a cumplir con el deber».

Fidel Castro Ruz.

Llegue, a este joven eterno, el homenaje de los estudiantes, atletas y profesores de la Facultad de Cultura Física de la UCLV que, orgullosamente, lleva su nombre.

Fuentes:

Amaro Cano, M. C. (2010). Comandante Manuel (Piti) Fajardo Rivero. Medio siglo después de su muerte, continúa entre nosotros.

Pérez Medina, N. (2014). Gran historia de una corta vida. Somos Jóvenes (3 de julio de 2014).