Los doctores en Ciencia José Luis García Cuevas y sus hijos Dagmar y Daniel García Rivera, fueron invitados al programa de la televisión cubana Mesa Redonda, para contar desde sus experiencias de estudio y profesionales, la historia de una familia de educadores cubanos que han dedicado sus vidas a la enseñanza y la investigación científica.

El Dr.C. José Luis García Cuevas, Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Rector de la institución entre 1990 y 1995.

Orgullo de la Universidad

José Luis García Cuevas: «La UCLV es una universidad fuerte, desarrollada, con un claustro de excelencia, muy comprometida con la sociedad, muy revolucionaria, muy vinculada el territorio, y te atrapa.

»Yo no estudié en la Universidad Central de Las Villas. Yo llegué allí en diciembre de 1970, 20 años después era Rector. Algunos amigos me decían en broma que tenía “la deficiencia ideológica de no haber estudiado allí”. Pero, a los dos o tres meses de estar en la UCLV yo era uno más de la facultad.

»La UCLV se distingue por su vinculación con la práctica, la investigación y lo que hoy llamamos innovación. Cuando llegué en el año 70 a la Universidad me encontré un centro de investigaciones agropecuarias muy fuerte, una universidad muy azucarera, donde se sabía mucho de azúcar, desde la caña hasta el folklor de los bateyes. También viví los resultados del IBP (Instituto de Biotecnología de las Plantas) fundado a principios de los 90 por indicación de Fidel.

»La Universidad tiene una vinculación con la práctica, una investigación amplia, toda una ciudad universitaria muy linda, y una vinculación entre todas las áreas que es apasionante.

»Al mismo tiempo, cuando llegué me encontré una revista Islas muy prestigiosa, un departamento de investigaciones folklóricas de primer nivel, un centro de estudios latinoamericanos, además de la gran fortaleza de las investigaciones agropecuarias y técnicas, y las ciencias básicas muy vinculadas a esos dos sectores».

El período especial

José Luis García Cuevas: «Fue una etapa muy dura, pero la consigna de Fidel de sobrevivir, resistir y desarrollarnos allí tuvo una expresión concreta, aunque venía de finales de los 80.

»Yo entré a la rectoría en el 90 heredando la tradición de los cuatro Rectores anteriores, de las décadas de los 70 y ochenta, que se caracterizaron por escuchar atender y tener sensibilidad por los grupos de investigación. En ese momento, se hizo lo que había que hacer».

La Dr.C. Dagmar García Rivera, Directora de Investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), egresada de la UCLV.

Dagmar García Rivera: «Entré a la Universidad en el año 1993, en pleno período especial. Llegué a la etapa con madurez suficiente como para entender que la condición de ser la hija del Rector no significaba ni más ni menos para mí. Para mis compañeros de curso y para mis profesores yo era una estudiante más.

»Traté de vincularme a todas las actividades, fui dirigente de la FEU, de la UJC, participé en los Juegos Criollos. Yo crecí y me crié en la Universidad y la sentía como mi casa. Después de haberme graduado estuve cuatro años como profesora en la UCLV, en el Departamento de Farmacia.

»Cuando mi padre vino para La Habana a trabajar me quedé en la UCLV, porque quería terminar mi carrera y graduarme allí. Me siento santaclareña, me identifico con Villa Clara, aunque vinimos a vivir para la capital».

El Dr.C. Daniel García Rivera, Jefe de Laboratorio de Síntesis Química y Biomolecular de la Universidad de La Habana.

Daniel García Rivera: «Yo soy graduado de la Universidad de La Habana. Tuve la suerte de quedarme en la Universidad de La Habana a trabajar después de graduarme, le he dedicado mi vida científica, vivo por ella y para ella, y me siento orgulloso de esta institución».

José Luis junto a parte de su familia y amigos

La innovación y la ciencia como pilares del gobierno

José Luis García Cuevas: «Miguel Díaz-Canel fue un estudiante talento. Su proyecto de vida en ese momento era ser profesor de la UCLV. Tiene un origen en el mundo universitario muy arraigado, muy entusiasta de la ciencia. Y eso nunca se desprendió de él. Ya más tarde, como ministro y como líder del gobierno ha tratado de impulsar eso.

»Se está llamando a un sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia y en la innovación. Detrás de esto está utilizar el conocimiento de expertos; que funcionen los consejos técnicos asesores; que existe un nexo ganar-ganar entre las universidades y los centros de investigación con el sector productivo y los gobiernos territoriales. Esta fue la tesis doctoral de Miguel Díaz-Canel. Y se está trabajando en un sistema de gestión de gobierno en ese sentido. Es difícil de lograr, pero, no tenemos alternativa, hay que hacerlo y hay que hacerlo bien.

»Esto se imbrica con la idea de Fidel sobre la ciencia, incluyendo, el sistema de promoción de talento de la escuela cubana. El movimiento del tratamiento del talento que se desarrolla en los IPVCE (Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas) es fundamental. Los IPVCE son una idea genial de Fidel. Lo que Fidel dijo un día “un país de hombres de ciencia”, se acompañaba de otra idea no menos importante “le estamos creando oportunidades a la inteligencia”.

»Esto es algo integral que parte de la promoción del talento, de cultivar la inteligencia, de lo que Fidel siempre quiso, aprovechar la oportunidades que da la Revolución a todos y ponerlas en función del desarrollo de la economía que necesitamos en condiciones en extremo difíciles».

Sobre la biotecnología cubana

Daniel García Rivera: «El desarrollo de la biotecnología cubana no es una cuestión de suerte. Es la idea más genial, más atrevida y triunfadora y de alguien precisamente genial, atrevido y triunfador.

»El desarrollo de la biotecnología nos costó mucho, hubo que invertir mucho. Mi llamado es a cuidar nuestra industria de alta tecnología. Hay que trabajar para que nuestros científicos se sigan formando».

La familia a través del amor

José Luis García Cuevas: «Nos reunimos los domingos, mis hijos le llaman “la misa” a los encuentros de los domingos a las 5 de la tarde; también nos reunimos en las fiestas de cumpleaños, en casa de Dagmar que tiene un patio grande. Somos una familia muy unida. Ambos tienen dos hijos, Dagmar tiene dos varones, Daniel tiene dos hembras, y los primos se adoran».

La búsqueda de las vacunas

Daniel García Rivera: «Pienso que la relación de la UH con el IFV y con BioCubaFarma es una historia de amor muy bonita. Es una historia de amor que hubo que construir, BioCubaFarma como empresa y la UH como institución educacional tuvieron que acercarse mucho, y esto no fue casualidad, fue una estrategia del IFV.

»En la primera mesa redonda que ellos hicieron, ellos definieron que buscarían los mejores, y en Cuba los hay, para lograr las vacunas. Llevábamos años colaborando. Lo que hay que saber es que las universidades no pueden ser importantes para las empresas, tienen que volverse imprescindibles, que las empresas sientan que no pueden resolver los problemas sin acudir a las universidades.

«Soberana es el ejemplo de colaboración científica más importante que ha tenido Cuba, involucra como desarrolladores a tres instituciones centrales el IFV —fue idea de ellos—, el Centro de Biología Molecular de la UH, el IPK (Instituto Pedro Kourí de Medicina Tropical), pero, también están el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, los hospitales donde se hicieron los ensayos, el Centro de la Defensa Civil, el BioCen (Centro Nacional de Biopreprados), el Centro de Inmunoensayo y el Centro de Inmunología Molecular y eso solo se logra con voluntad».

Dagmar García Rivera: «Detrás de la historia de Soberna hay tantas personas. Lo que hemos hecho con las vacunas es una obra de infinito amor. No solo Soberana, también Abdala. Hemos logrado un gran equipo de trabajo muy grande. Las enfermeras en los vacunatorios, los trabajadores que distribuyen las vacunas en las madrugadas, todos son parte del equipo.

»Soberana ha sido un sueño para todos y que Soberana haya llegado a los niños es la realización más grande que puede tener un científico como ser humano. No nos vean como héroes, nosotros hemos hecho lo que sabemos hacer, sabemos hacer vacunas y hemos hecho vacunas.

»A cada cual le ha tocado en esta pandemia estar en la trinchera, de hacer lo que sabe por el bien de los demás. Y eso es lo que hemos hecho al desarrollar las vacunas que el país ha necesitado».