La invasión de Playa Girón en abril de 1961, organizada por la CIA bajo el nombre “Operación Pluto”, contó con una participación activa de asesores y pilotos estadounidenses, cuyo rol ha sido confirmado por documentos desclasificados y testimonios históricos.
PILOTOS
La CIA reclutó a oficiales estadounidenses para entrenar a la Brigada 2506, compuesta por exiliados cubanos. Entre ellos destacó el coronel Jack Hawkins, miembro del Cuerpo de Marines, quien diseñó la estrategia anfibia inspirada en operaciones como el desembarco de Iwo Jima . Hawkins, bajo el seudónimo «Frank», dirigió los entrenamientos en la Base Trax , ubicada en Guatemala, donde se priorizó la formación convencional para un ataque frontal, ignorando advertencias sobre las complejidades del terreno pantanoso de Playa Girón. Por su parte, Richard Bissell, director de planes de la CIA, supervisó la logística desde el Pentágono, incluyendo el uso de una «Sala de Guerra» con mapas y sistemas de comunicación específicos. Documentos internos, desclasificados por la Agencia, revelan que la CIA coordinó con el Estado Mayor Conjunto de EE.UU. integrando asesores en inteligencia y estrategia. De modo que la participación del gobierno de los Estados Unidos en la operación está, en el día de hoy, fuera de toda duda. Sin embargo, no bastó con el despliegue de acciones encubiertas para entrenar a una brigada paramilitar de mercenarios cubanos: la invasión de Playa Girón incluyó la participación directa de pilotos norteamericanos en las acciones de combate.

El 18 de abril de 1961, Bissell autorizó a que aviadores como Billy Goodwin, apodado «Seig Simpson» y otro piloto identificado como «Peter» realizaran misiones de bombardeo con napalm y cohetes contra fuerzas cubanas cerca de Playa Larga. Estos pilotos, junto a otros contratistas, operaron aviones B-26 y C-46 desde Nicaragua, apoyando el desembarco y el lanzamiento de paracaidistas.
Un caso emblemático fue el de Thomas Willard Ray, piloto de un B-26 derribado el 19 de abril. Su cuerpo, conservado en Cuba por 18 años, fue entregado a EE.UU. en 1979, confirmándose su vínculo con la CIA tras décadas de negativas oficiales del gobierno norteamericano y de la propia Agencia.
Informes desclasificados de la CIA, como el “Inspector General’s Survey of the Cuban Operation” (1961), admiten que la Agencia ocultó fallas críticas, incluyendo la dependencia de personal estadounidense. Por ejemplo, se reconoce que aviones Mustang P-51 facilitados por el dictador nicaragüense Somoza no llegaron a tiempo para intervenir. Además, cables internos revelan que la CIA manipuló información para presentar los ataques aéreos del 15 de abril como una «rebelión interna», usando aviones con insignias falsas de la Fuerza Aérea Cubana.
La participación de militares estadounidenses en Playa Girón fue un componente estructurado y decisivo, desde el entrenamiento hasta las operaciones aéreas. Los documentos desclasificados no solo confirman su rol, sino que ilustran cómo la CIA priorizó el secretismo sobre la viabilidad estratégica, culminando en la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América.
UBICACIÓN DE LOS MANDOS
La invasión de Playa Girón fue un momento crítico para la Revolución Cubana, y su exitosa defensa se debió a una combinación de preparación estratégica, movilización popular y liderazgo táctico. ¿Cómo se organizaron las incipientes fuerzas armadas para defender el país ante la posibilidad de una invasión a gran escala? ¿Cómo se distribuyeron las responsabilidades entre los principales líderes de la Revolución?
El Gobierno Revolucionario desplegó una fuerza combinada compuesta por efectivos del Ejército Rebelde, las Milicias Nacionales Revolucionarias y la Policía Nacional. Esta fuerza estaba integrada por poco más de 250 mil efectivos movilizados.
El Comandante en Jefe Fidel Castro dirigió personalmente las operaciones desde el campo de batalla en Playa Girón y estuvo en primera línea, coordinando los ataques y animando a las tropas. Su presencia física resultó decisiva en el fortalecimiento del liderazgo de la Revolución y simbolizó el enfrentamiento victorioso a la invasión.

En la previsión de que se produciría una invasión del país a gran escala y que la Isla sería atacada por diversos puntos, el mando de la Revolución se desconcentró. El Che Guevara fue designado por Fidel para asegurar la defensa de la región occidental de Cuba, ante la posibilidad de un segundo desembarco invasor. Supervisó la defensa en esta zona estratégica, coordinando milicias y tropas regulares para prevenir cualquier avance enemigo desde el mar o infiltraciones internas. Además, como Ministro de Industrias, cargo que había asumido en febrero de 1961, realizó inspecciones en unidades productivas para garantizar que la economía no se viera afectada por la movilización militar.
Raúl Castro, por su parte, coordinó la defensa en la región oriental de Cuba, especialmente en zonas cercanas a la Base Naval de Guantánamo, donde se temían provocaciones o ataques. También supervisó el entrenamiento de milicias en la Sierra Maestra, reforzando la retaguardia para evitar que simpatizantes de la Dictadura o elementos contrarrevolucionarios aprovecharan el caos.
La defensa de Cuba combinó la resistencia militar con la cohesión ideológica. La estrategia defensiva diseñada por Fidel en la ubicación de los mandos, reflejó la naturaleza integral de la estrategia para neutralizar una agresión que se vio venir con anticipación previsora.
Por Dr.C Yury Fernández Viciedo