Tan solo 27 años tenía Camilo Cienfuegos cuando su sonrisa se apagó de un soplo, en tortuoso viaje en avioneta aquel 28 de octubre de 1959. Desde entonces, su nombre dejó de pertenecer solo a una generación, para fundirse con la historia viva de Cuba.
Su imagen, como bien se referencia, quedó grabada en la memoria del pueblo y también en el imaginario de la comunidad universitaria del centro del país; sobre todo por su presencia en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, meses antes de su desaparición física.
Se documenta la visita del Comandante Camilo a esta «alma mater», junto al Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, el 2 de mayo de 1959, durante el baile de recaudación de fondos para la Reforma Agraria. En ese escenario, el Señor de la Vanguardia habló a estudiantes de la Facultad de Educación y Humanidades, desde el segundo piso del edificio fundacional que hoy acoge a las facultades de Humanidades y de Ciencias Sociales.


La historia de nuestra institución igualmente guarda la impronta de Camilo como principal gestor en la creación de las Milicias Estudiantiles Universitarias «Ramón Pando Ferrer», un batallón propio de combatientes, integrado por estudiantes de esta casa de altos estudios.
Las milicias surgieron bajo la orientación de Camilo el 24 de octubre de 1959, y constituyeron un homenaje al joven de la eterna sonrisa, cuando se conoció del trágico accidente de aviación en días posteriores, tras su regreso a La Habana desde Camagüey.
En el contexto de aquel viaje sin retorno, y tras intensos días de búsqueda por parte de todo el pueblo —sin perder la esperanza del encuentro—, se comunicó la amarga noticia de la desaparición física del intrépido guerrillero y revolucionario.
Desde entonces, cada año, el pueblo vuelve a lanzar flores al mar y a los ríos, como quien busca entre las aguas la risa franca y el sombrero al viento del Héroe de Yaguajay.
Y así se le recuerda, justamente, desde la UCLV, en peregrinación que trasciende hasta nuestros días. Una marcha que, cada 28 de octubre, abre las puertas de la memoria y reúne a las máximas autoridades universitarias y a los estudiantes, y a la que se suman los pioneros de la comunidad.
Las flores de niños, jóvenes y veteranos trabajadores caen desde el puente sobre el río que atraviesa a este recinto de educación superior, e inician un recorrido hasta el mar: símbolo del perpetuo homenaje al querido Comandante del Pueblo.

Fotos: Archivo UCLV
Con información de la Dirección de Patrimonio y Ceremonial de la UCLV
