Hoy Gerardo Hernández Nordelo no es el mismo hombre de 18 años atrás, cuando el aire libre que respiraba se convirtió en una atmósfera hostil entre las rejas que no merecía. Hoy es un Héroe de la República de Cuba que les aseguró a los jóvenes de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas que «a cada revolucionario se le presenta en la vida su Moncada, su Granma, su Sierra».

A más de dos años de su regreso a suelo cubano, Gerardo cuenta emocionado las razones por las que, junto a sus cuatro hermanos, resistió 16 años en cárceles de máxima seguridad. «No traicionen a la Revolución…, que Fidel nunca los abandonará», de la boca de un preso que salió de Cuba cuando el Mariel, fue una de las frases que recordaron durante el encierro. La añoranza de ser recibidos al regreso por el Comandante Fidel, su abrazo y la entrega de una medalla de sus propias manos, persistió en todo ese tiempo cuya duración era difícil de descifrar.

«Yo estaba allí por una causa, que era defender mi pueblo. Hubo momentos muy difíciles. Podía llegar a viejo en prisión o morir, pero siempre pensé en que si eso pasaba no iba a ser el único que daría su vida por la patria», declaró Gerardo y aclaró que aun así, siempre se mantuvo con el mismo optimismo con el que hoy apuesta por las jóvenes generaciones de cubanos. Él es un héroe de estos tiempos. Su batalla no fue con machete, ni fusil. Su batalla contra el enemigo fue de convicciones, de postura, de pensamiento.

En la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas hizo reír y llorar con sus anécdotas a todo el auditorio, que ayer y hoy asistió al encuentro. Más que eso, logró que cada uno se identificara con su ejemplo de resistencia. La comunidad universitaria vio más allá de su estirpe de Héroe, disfrutó de un hombre sencillo, natural y carismático, que describió momentos cumbres dentro de la prisión, el retorno a Cuba, el encuentro con Fidel, la concepción de Gema, el futuro del país, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la confianza en la juventud, entre otros temas generados por la curiosidad del público.

«Si a mí la vida me cambió tanto fue precisamente por la ayuda de ustedes», manifestó Gerardo y dijo que esa medalla no es suya, que es fruto de las muestras de resistencia y patriotismo por siglos de este pueblo.