«Se ha ido muy rápido el tiempo en Cuba», espeta a la vuelta de cinco años de estudio en la isla y cuando restan apenas meses para concluir su carrera de Arquitectura en la Facultad de Construcciones de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.

Entonces su mirada lo lleva al muchacho de 20 años que hace un lustro dejó atrás la barriada de Prenda, en Luanda, la capital angolana, para viajar al Caribe a una beca de estudios ganada con mucho esfuerzo personal y la suerte del auxilio que no todas las familias pueden dar a sus bisoños.

«Prenda es una perifería, como decimos en portugués, un barrio de Luanda donde ves sus luces y sombras, gracias a Dios tuve la mejor educación que pude recibir. Todo lo que allí he pasado es bienvenido a mi vida, enseña para vivir. Lo que más se extraña es la familia, sentarse a comer juntos los fines de semana, escuchar las canciones típicas, que acá en Cuba escuchamos en un ambiente creado por nosotros para recordar los viejos tiempos de allá.

«Nosotros tenemos la obligación de regresar cuando terminamos el estudio, me gustaría quedarme a realizar una Maestría si me dan la oportunidad, pero está prevista nuestra culminación de estudio en agosto».

Lo más difícil y lo más grato de Cuba…

Lo más difícil fue la adaptación al principio, la alimentación, entrar a una cultura diferente que poco a poco fuimos asimilando y no me arrepiento. Cuba me está formando en el área académica y me ha formado para la vida.

Digo que Cuba, como todos los países tiene sus virtudes y sus debilidades, pero sabemos que es un país buenísimo para vivir. He pasado de todo en Cuba, ciclones, momentos de dificultades económicas en que falta esto aquello; pero en esos momentos difíciles es cuando se ve quién sabe sobrevivir, quién sabe salir adelante, ahí es donde conocemos a los verdaderos compatriotas de nosotros. La solidaridad de Cuba hacia el mundo, el humanismo, estar en Cuba es de lo mejor que me ha pasado en la vida. Aquí he aprendido a luchar, despacio se llega lejos, Cuba me enseñó que hay que estar listo para siempre vencer.

¿Qué extrañarás de Cuba y cómo es la Angola por la que quieres trabajar?

De Cuba la gente que se saluda por la calle a veces sin conocerse, el callejeo cubano, la naturalidad. El ejemplo de salir adelante en la vida. El cubano que tiene su casa y en el patio siempre tiene algo sembrado para su alimentación. Me gustaría llevar eso a la realidad de Angola, el ejemplo de vida y solidaridad de Cuba, el sacrificio de su pueblo.

Hay mucho de África en Cuba…

La familiaridad, eso de reunirse y celebrar en familia, compartir, hacer cuentos, joder. Algunas religiones también, la Yoruba, que no es muy fuerte en Angola pero sí en otros países.

¿Cómo ha sido tu labor como presidente de la Brigada de solidaridad?

Estoy al frente de la Brigada postpandemia, hemos participado en muchas actividades en la UCLV y en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), es la forma de que todos los estudiantes extranjeros demos el paso de agradecimiento a Cuba. Este 25 de mayo, Día de África, haremos una actividad que va de desfile con trajes típicos del continente y un debate sobre nuestras culturas.