Se cierne sobre Cuba otro cercano mes de octubre y en la identidad universitaria se respiran aires de caminata. Han pasado dos terribles años de pandemia desde que la #UCLVnuestra desfiló por las calles de Santa Clara, poniendo en alto aquella consigna, su máxima revolucionaria, de pintarse de negro, de mulato, de obrero y de campesino.
Una vez más, este radiante mausoleo de Marta y el Che nos increpa con un sonido ensordecedor «Es hora de levantarse y andar». Pero en esta ocasión, más que una caminata, más que un simple paso andariego desde las entrañas universitarias hasta el corazón santaclareño, nuestros instintos pueriles —ávidos de crecerse en medio de las dificultades— claman un nuevo tipo de paso. Exigimos caminar al ritmo de Cuba, por todos nosotros, por el tiempo de la pausa, por aquellos quijotes que no veremos a nuestro lado, por todos los que han marchado, y los que marcharán junto a nosotros, codo con codo.
Nos motiva el aniversario 55 de la caída en combate del Guerrillero Heroico y los 25 años del regreso de sus restos a Santa Clara. Nos mueve el aniversario 70 de nuestra Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, el 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas y el Centenario de la FEU; pero también nos impulsa esa promesa de andar, que le hiciéramos a quienes han abierto el sendero hasta aquí; les debemos el homenaje de esta caminata.
Como cada año, el parqueo de la facultad de Ciencias Sociales se erguirá como el punto de reencuentro, desde las tempranas horas de la media tarde, para juntos salir al paso de una de las más icónicas tradiciones universitarias. Marchamos sobre la memoria del Che, andamos las calles en honor a Marta, nos hacemos sentir en una isla que nos llama y clama: Nos debemos una marcha.
