Un beso en la carta

Recuerdo aquella noche. Fue difícil, parecíamos niños. Qué penoso resultó juntar los labios. Qué placentero acercar tanto nuestros ojos y poder notar que por dentro los dos nos sentíamos igual. La piel como si tuviera frío y la respiración demostrando lo contrario.

Cuando todo esto termine pienso correr y gritar por las calles, celebrar la vida con conocidos y desconocidos. Darle los abrazos que he guardado a todos mis familiares. Quizá rompa contigo ese récord de 58 horas ininterrumpidas que hicieron del 13 de abril el Día Internacional del Beso.

Hoy no podemos celebrar como se debe. Pero que la distancia no impida la cercanía. Encuentra en aquel «buenos días», en el emoticón romántico, entre estas líneas, la pasión de cada noche.

Del realmente más universal de los idiomas, hemos tenido que prescindir.Ya llegará el día de la fiesta grande, y el padre bendecirá a su hijo juntando frente con frente, y las mejillas serán el repositorio de un «hola», y los abrazos más que unas manos abiertas a dos metros de distancia, y cuando finalmente dejemos caer los nasobucos volarán los besos retenidos.

Que todo lo dicho en un roce lo exprese esta vez la mirada.

Cuídate mucho, quiero volverte a ver. Aún quedan muchos abrazos por dar y un 13 de abril esperando a multiplicarse por 365.

Por: Miguel Denis Duardo