Noble es la tarea de ayudar al prójimo. Digno es de respeto todo aquel que lo hace. Si bien, digno es de respeto el que ayuda al prójimo, lo es de alabanzas el que salva vidas.
Y es precisamente lo que son todos esos donantes anónimos de sangre que andan por nuestras calles: salvavidas. Alabanzas para ellos. ¿Cuántas vidas desconocidas habrán salvado? ¿Cuántos llantos y lamentos habrán evitado?
No es el dinero, ni el prestigio lo que los incita a esta noble tarea, solo la humanidad y la satisfacción personal lo hacen.
Solo alabanzas, no se pide más, para los estudiantes de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas que donarán sangre durante los días 3, 4 y 5 de marzo en el Banco de Sangre santaclareño.
Melany Rodríguez Felipe, estudiante de Educación Artística de la sede pedagógica “Félix Varela” de la UCLV, afirma con gran sencillez y, sospecho, sin entender la magnitud de sus acciones: <<Formamos parte del contingente universitario, compuesto por estudiantes y profesores, que ha desempeñado diversas tareas de impacto en apoyo a la situación epidemiológica convulsa en la que está sumida el país>>
Estos muchachos han estado en el frente de batalla contra la COVID-19, en la zona roja. Y ahora, se convertirán en donantes de sangre. Otro calificativo que no sea el de héroes, parece no hacerle justicia.