Productores, técnicos e investigadores villaclareños intercambiaron experiencias en el Taller Provincial de Semillas que sesionó del 16 al 18 de junio. Una iniciativa coordinada por el Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV) y el Proyecto de Innovación Agropecuaria Local (PIAL) en su Fase IV.
El programa incluyó el tratamiento de temáticas de gran interés. Los procedimientos para la contratación y comercialización, así como las condiciones para la certificación de las semillas, fueron algunas de ellas.
Ing. Gladys Águila Yanez, Especialista en la Dirección Provincial de Recursos Fitogenéticos y Semillas de Villa Clara, se refirió a los requisitos para el registro de productores y a la necesidad de desarrollar acciones de capacitación que contemplen a toda la cadena productiva.
«Nuestro sistema tiene como prioridades garantizar semillas de calidad para sustituir importaciones y la diversificación de la producción de vitroplantas a partir de la modernización tecnológica y la recuperación constructiva de las biofábricas», aseguró, Águila Yanez.
Por su parte, Ing. Ivonny Hernández Chaviano, Directora del Laboratorio Provincial de Ensayos de Semillas de Villa Clara, explicó las condiciones básicas de la toma de muestras para evaluar la calidad de las semillas y las causas de descalificación de los cultivos.
«La calidad de las semillas garantiza un mayor rendimiento agrícola y, aunque esta se logra en el campo, se puede perder en cualquiera de las otras etapas: la cosecha, postcosecha y la conservación», aseguró.
En el taller los productores conocieron las bondades y los peligros de la siembra de variedades transgénicas, las potencialidades del uso del bioproducto CBQ-AgroG en la producción de semillas de frijol común y los avances en el cultivo de trigo en el país.
Un intercambio fructífero caracterizó ambas jornadas y las opiniones de los productores ilustraron la situación real en el campo. Los criterios giraron en torno a los precios de las semillas, el déficit de insumos para la producción, la necesidad de usar biopreparados y de agilizar los mecanismos para la certificación.
Los participantes coincidieron en la importancia de encuentros de este tipo que permiten el aprendizaje colectivo y la retroalimentación a partir de las experiencias. Además del diálogo que se establece entre los investigadores, las empresas estatales y aquellos que trabajan directamente la tierra.