La Cátedra «José Martí» de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, la primera de su tipo en Cuba, cumple este 19 de mayo 38 años de fundada. Desde su inauguración oficial y hasta nuestros días promueve la obra martiana y desarrolla entre los estudiantes, profesores y trabajadores de esta institución la motivación por el estudio, la comprensión y el compromiso con el legado martiano.

En todos estos años, la obra de la Cátedra ha hallado su sustendo esencial en la labor entregada e incansable de hombres y mujeres que han amado al Apóstol como a sí mismos; y han dedicado la mayor parte de sus vidas y su lucidez al estudio y la enseñanza de la obra martiana.

Aunque otros pueden ser también nombrados, con indudable merecimiento, quienes a continución se hallan, sencillamente, no pueden faltar cuando se habla de la Cátedra Martiana de la UCLV: el Dr. C. Israel Ordenel Heredia Rojas, fundador y primer presidente de la Cátedra; la MSc. Clara Rosa Niebla Cuello, miembro de la misma, y la Dr. C. Ana Iris Díaz Martínez, actual presidenta.

Las historias de su dedicación a la ennoblecedora labor formativa de la Cátedra Martiana de nuestra Universidad, constituyen el mejor tributo a la huella imborrable del Apóstol.

La decisión de consagrarse al estudio de Martí

Clara Rosa Niebla: «La decisión de dedicar parte de mi existencia al estudio de la vida y obra de José Martí estuvo motivadada por causas diveras. En mi infancia, estuvo el hecho de que mis padres y maestros me inculcaron el respeto y la admiración por las personas de conducta ética intachable, el amor a la patria, la vocación de servicio y el amor a la literatura, a la historia y a la poesía, todas encarnadas por el Apóstol. En mi adolescencia, al triunfar la Revolución cubana, sus ideales de justicia social me llevaron nuevamente a Martí. En mi juventud y adultez, como profesosa de Historia de Cuba y de Literatura Cubana, en mis clases volvía a Martí; y desde 1997 decidí impartir clases de postgrado sobre su vida y obra, con el objetivo de formar valores en las nuevas generaciones. Martí siempre ha estado en mi vida. Cuando mis hijos, que son médicos los dos, se fueron a cumplir misiones internacionalistas, yo les escribí en una hojita la frase del Apóstol: “Cuando se tienen los ojos fijos en lo alto, ni zarzas ni guijarros distraen al viajador en su camino”, para que los acompañara, los mantuviera firmes en el lugar donde estaban y los enriqueciera espiritualmente».

Ana Iris Díaz: «El estudio de la obra martiana forma parte de mis prioridades en el ámbito profesional, aunque no es la única. Su aporte a mi desempeño profesional y a mi vida personal es considerable, y en este sentido ha iluminado otras zonas de la investigación en las que me he enrolado. Estudiar a Martí es aportador para cualquier sujeto y es precisamente la universalidad de su pensamiento lo que sorprende y seduce al lector, así como el atractivo de su obra completa, presidida siempre de una indiscutible literariedad. Así, en la obra martiana convergen la verdad histórica, la crónica social, la creación literaria, el juicio cultural y la valoración estética, entre otras cuestiones. Por lo tanto, posee el más grande de los cubanos la capacidad creadora de reunir lo útil y lo bello desde la más raigal cubanidad, con una elegancia discursiva única. Todas estas, por supuesto, son razones suficientes para su estudio».

Israel Ordenel Heredia: «En este asunto algo tuvo que ver mi maestra de 4to grado. Aunque sea feo decirlo, la enseñanza media y los estudios universitaris poco añaden a esa pueril iniciación. Me explico. Personalidades como Medardo y Cintio Vitier, Gaspar Jorge García Galló, Antonio Núñez Jiménez, intelectuales de probada vocación martiana prestigiaron el claustro profesional de la antigua Escuela de Letras antes del triunfo de la Revolución. Sin duda, fueron modelos. Su magisterio ejemplar dejaba buen saldo en nuestra formación. Sin embargo, a ellos les resultó imposible poner a disposición del alumnado el caudal martiano que poseían. Debido a la concepción eurocéntrica de la carrera, los planes y programas curriculares no daban cabida a este tipo de licencia. Para asombro, el estudio de Martí no estaba incluido de esta, temiéndose que fuera conocido su potencial revolucionario. Considero que no había otra razón. Tal omisión académica era una enorme laguna en lo que se suponía debía ser la formación filogógica en nuestro país. Así pues, en pleno ejercicio profesional, me sentí obligado a llenar este vacío. Comencé a dar traspiés, a leer incansablemente, a abrire camino y transitar universos que hasta aquel momento desconocía. Comprendí que mi responsabilidad era dotar a mis estudiantes de esas herramientas. Por ello, se lleva a la Comisión de Plan Nacional de Planes y Programas la propuesta de incluir en la carrera de Letras las asignaturas Seminario Martiano y Estudio Martiano. Así nació el espacio cultural Lunes de la Liga y el Aula Especializada “José Martí”  —luego Cátedra Martiana—, todo integrando un mismo proyecto».

La Cátedra «José Martí»

Israel Ordenel Heredia: «En 1983, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, llevamos a cabo la iniciativa de crear un Aula Especializada dedicada fundamentalmente al estudio, conocimiento y divulgación del ejemplo, la vida y el pensamiento revolucionario de nuestro Héroe Nacional. Para satisfacer los fines documentales e investigativos se fomentan los fondos bibliográficos y hemerográficoscon valiosas fuentes documentales y publicaciones de actualidad requeridos; y se elaboran materiales didácticos, inonografía, ficheros bibliográficos y analíticos, todos estos recursos a disposición de los interesados. Para satisfacer los fines de ampliación cultural del estudianteado universitario surgen espacios para presentaciones de libros y revistas, charlas, conferencias y programas musicales; eventos y acontecimientos académicos del centro, requeridos de un entorno idóneo.

»El Aula, dotada de una ambientación adecuada, queda inugurada en acto oficial y solemne en homenaje a la efeméride del 19 de mayo, en un nuevo aniversario de la caída de José Martí en combate y devino propiamente Cátedra Martiana, cuando el Ministerio de Educación Superior establece el sistema de cátedras honoríficas de la enseñanza unievrsitaria, a los efectos de alcanzar incrementos cualitativos en la formación científica, ideológica y cultural de los estudiangtes y futuros profesionales del país. Aunque la Cátedra abrió nuevas perspetivas, desde el punto de vista académico, los lineamientos mantuvieron su esencia y finalidad original».

Los años dedicados al trabajo en la Cátedra

Israel Ordenel Heredia: «Fueron 30 felices años al frente de la Cátedra, o sea, desde 1983 hasta 2013, año de mi jubilación. Fructíferas etapas de atención directa a decenas y decenas de interesados y beneficiados, tanto del grado como del postgrado, ampliadas mediante la promoción y socialización del saber martiano en instancias de la enseñama primaria, media y media superior y en sectores industriales y agrícolas que recavaban el auspicio de la Cátedra. Nos cabe la satisfacción de que la actual directora del Centro de Estudios Martianos, Dr.C. Marlene Vázquez Pérez, destacada alumna de la Licencitura de Letras, haya encontrado su orientación en nuestra Cátedra, como muchos otros jóvenes».

Clara Rosa Niebla: «La Cátedra martiana de la UCLV significó mucho para mí. Mi labor en ella, entre 1990 y 2000, año de mi jubilación, me permitió disponer de una amplísima bibliografía, las obras completas del Apóstol, su epistolario, sus obras escogidas. Además, diversas biografías y una extensa bibliografía crítica contenida en los anuarios martianos de la Biblioteca Nacional y del Centro de Estudios Martianos, entre otras obras. Todo eso me enriqueció mucho desde el punto de vista personal y también, amplió mis conocimientos y mi acercamiento a Martí, a su literatura y a su ética».

Ana Iris Díaz: «La promoción y orientación de la obra martiana en el ámbito universitario es el encargo fundamental de la Cátedra, que este 19 de mayo cumple 38 años de fundada por el Dr.C. Heredia. Como lo expresó Martí: “De luz se han de hacer los hombres, y deben dar luz”. Múltiples actividades académicas y promocionales nos han ocupado a lo largo de estos 16 años, pero nada ha suplido el placer del diálogo con los jóvenes».

¿Qué ha significado la Cátedra?

Clara Rosa Niebla: «Haber trabajado en la Cátedra, junto al profesor Ordenel, una figura de referencia en Cuba, en el conocimiento de la vida y obra del Apóstol, su guía y su asesoramiento metodológico, hicieron de esta una etapa muy provechosa para mí. La labor de la Cátedra es importantísima para la formación de las nuevas generaciones, porque contribuye a formar graduados universitarios éticamente mejores. Los jóvenes al acercarse a la literatura martiana, además de ampliar su cultura, se nutren de ideas que los enseñan a sentir orgullo de ser cubanos, para contribuir desde su labor futura al engrandecimiento de la Patria».

Ana Iris Díaz: «En estos años de trabajo he sentido la alegría de la identificación sincera de un grupo de estudiantes y profesores universitarios con la obra martiana, considero que esa ha sido la mayor satisfacción. Mi primer gran compromiso es con el pensamiento martiano, por lo que me toca seguir profundizando en él para su divulgación y la demostración de que estamos ante una obra viva, actual, joven, a la que no le falta el atractivo de lo tácito o misterioso, como aseguró el gran Lezama. De ahí el encanto que pueda despertar en nuestros estudiantes y profesores su descubrimiento y profundización, como me ocurrió cuando en el año 1994 fui premiada con el magisterio martiano del profesor Ordenel Heredia, entonces presidente de la Cátedra».

Israel Ordenel Heredia: «Lo que significa consagrarme a una tarea útil y necesaria; lo que significa un sueño que logra realizarse contra todos los imponderables presentes ante cualquier nuevo proyecto. Aprendimos de Martí y queremos inculcar, contra el desaliento, dos cosas que romen la inercia y empujan hacia adelante. Una de ellas: “Todos los triunfos cuestan sangre de las venas o del alma”; otra, muy similar: “De frailes que le niegan a Colón la posibilidad de descubrir el paso nuevo está lleno el mundo, repleto de frailes. Lo que importa no es sentarse con los frailes, sino embarcarse en las carabelas de Colón”. Eso hicimos, sin envanecimiento ni presunción, de acuerdo con nuestro deber y según nuestras modestas posibilidades».