Los debates en torno a la muerte de Carlos Manuel de Céspedes no han cesado. Si bien se conoce que cayó combatiendo contra una tropa enemiga que atacó el campamento donde se encontraba, no puede asegurarse a ciencia cierta cómo se descubrió su escondite ni quién manejaba los hilos de dicha operación.

La más reciente entrega literaria de Hugo Chinea, Los últimos ocho días del presidente (Editorial Capitán San Luis, 2018), defiende la tesis de que el Iniciador de las luchas independentistas en Cuba fue víctima de una conspiración pensada por la mismísima Cámara de Representantes, que poco tiempo antes lo había depuesto ilegalmente de su cargo.

Válido resulta aclarar que, amén de la posible veracidad de este supuesto, la obra de Chinea no es más que una ficción sostenida por una cuantiosa y rica documentación histórica, pero ficción al fin.

Escultura de Céspedes Plaza de Armas Habana Bandera Cubana

Así, quien se introduzca en las páginas de esta novela podrá asistir a las postreras jornadas de la vida del Padre de la Patria, abandonado a su suerte en las serranías orientales, casi sin escolta ni ayudantes y víctima del desdén de quienes en ese momento ocupaban las más altas magistraturas de la República.

La intimidad del personaje que se materializa en las poco más de doscientas páginas del libro es arrasadora. Fragmentos de su último diario se intercalan a cada momento y sirven de apoyo, si no mera introducción, a los diferentes capítulos, verdaderos ejemplos de creatividad literaria.

El Céspedes que sale a la luz es el padre dolido por la muerte del hijo, el hombre que se cuestiona la valía de su acto fecundante en el momento de la transgresión sublime (como llamara Martí a los sucesos del diez de octubre); es el Céspedes de rudo carácter que juzga sin eufemismos a sus declarados enemigos: el héroe que, sabiéndose pobre y desdichado, reconoce y acepta la superioridad de su vida actual, libre, al fin, del dominio español.

Aun cuando Los últimos ocho días… no posea la riqueza prosística ni la caracterización epocal de la más reciente novela biográfica sobre Carlos Manuel, El camino de la desobediencia (Ediciones Boloña, 2018), del escritor Evelio Traba, sí debe reconocérsele el acierto de no tergiversar el pensar de la figura y de mostrarla en los fatales días en que la soledad y el dolor caracterizaron su existencia.