Por: Dr. Yunier Valeriano Medina

Querido profesor José Rafael Abreu García,

estimados miembros de la presidencia,

profesores, trabajadores, estudiantes e invitados:

Transcurría la década del 30 del pasado siglo, la situación económica, social y política de Cuba no eran favorables. Detrás quedaba el intento insurreccional que la historia recoge como Revolución del 30. Con su fracaso, los sueños y aspiraciones de verdadera independencia quedaron una vez más postergados. En esas difíciles condiciones, el 10 de julio de 1938, en una zona rural conocida como Vega Alta, actualmente perteneciente al municipio de Camajuaní, el matrimonio integrado por Justo Abreu y Gertrudis García recibía la feliz noticia del nacimiento de su sexto hijo, a quien decidieron nombrar José Rafael.

A la edad de diez años, la familia decide mudarse a Santa Clara, para facilitar el acceso al estudio de todos sus hijos. En la misma medida que el niño Abreu desarrollaba sus actividades como estudiante, comenzaba a trabajar para contribuir con la economía familiar. Primeramente debió realizar labores agrícolas, luego vino el aprendizaje del oficio de zapatero y por último trabajó en una farmacia. Nunca más ha dejado de vincular el estudio con el trabajo. En aquella primera etapa por necesidad y luego por convicción.

Difícil era imaginar para aquella humilde familia, que su hijo se convertiría en un reconocido profesor universitario, formador de múltiples generaciones de profesionales y en un revolucionario cabal. Los padres se esforzaban por lograr que todos sus hijos fuesen hombres de bien, que los caracterizara la decencia y la honradez. Pero el niño José Rafael rebasó la aspiración familiar, creció, se forjó en un escenario social matizado por la liberación de todo un país, hasta alcanzar ese paradigma de hombre nuevo que el Che definiera allá por el año 1965 1.

Santa Clara se rebelaba y sus hijos se preparaban para apoyar a unos guerrilleros que venían por toda Cuba, como rabo de nube luminoso, barredor de tristezas de un pueblo que no se conformaba con un régimen tiránico. Era la Revolución, a la cual Abreu apoyó participando en huelgas estudiantiles, suministrando medicamentos y ropas a los combatientes.

El 30 de noviembre de 1959 inicia sus estudios universitarios en la Facultad de Ingeniería Eléctrica (FIE), la misma que por estos días celebra 60 años de historia, y que ha sido cómplice de toda su obra. La llegada a la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV) se produce el mismo año del triunfo revolucionario y en medio de todo el proceso de cambios que estaban teniendo lugar. Según sus propias palabras, cito: “Los tiempos eran muy convulsos. Las divisiones y la lucha de clases resultaban intensas, porque la burguesía y sus prejuicios comandaban a lo interno los procesos universitarios, pero la clase revolucionaria luchaba intensamente por cambiar dicha situación” 2. Fin de la Cita.

Eran momentos de definiciones y grandes transformaciones, momentos en los que el Che, al otorgársele en esta Universidad el Título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Pedagógicas, acontecimiento del cual celebraremos próximamente el 60 Aniversario, hacía el siguiente llamado a los jóvenes estudiantes. Cito: “ … quiere este médico, comandante, presidente y profesor de Pedagogía, que se prepare la juventud estudiosa del país, para que cada uno en el futuro inmediato, tome el puesto que le sea asignado, y lo tome sin vacilaciones y sin necesidad de aprender por el camino, pero también quiere este profesor que está aquí, hijo del pueblo, creado por el pueblo, que sea este mismo pueblo el que tenga derecho también a los beneficios de la enseñanza, que se rompan los muros de la enseñanza, que no sea la enseñanza simplemente el privilegio de los que tienen algún dinero, para poder hacer que sus hijos estudien, que la enseñanza sea el pan de todos los días del pueblo de Cuba” 3. Fin de la cita.

La respuesta de la juventud universitaria no se hizo esperar. Y como parte de esa juventud, desempeñando un papel protagónico estuvo Abreu. Se preparó de manera intensa y consiente hasta graduarse como Ingeniero Electricista en la primera mitad de la década del 60. Impartió clases como instructor no graduado, incluso a los alumnos de su mismo grupo. Para sus compañeros fue de una ayuda inestimable. En las sesiones de estudio colectivo que realizaban, siempre los ayudaba, sobre todo a interpretar la bibliografía en idioma inglés que era indispensable para vencer los objetivos de la carrera. Cuando hizo falta defender la Revolución, estuvo en la creación de las Milicias Universitarias Ramón Pando Ferrer. Durante la invasión por Playa Girón formó parte de quienes cuidaron a sospechosos que podían apoyar a los mercenarios, y durante cuatro meses participó en la lucha contra bandidos en el Escambray. Dialogó, estudió y profundizó en el pensamiento de Marx y de Lenin, luego se convirtió en un fidelista convencido. En esa sólida formación ideológica, forjada en medio de la lucha por sostener a la Revolución, tuvieron mucho que ver los destacados pedagogos cubanos Gaspar Jorge García Galló y Juan Mier Febles.

A decir de Martí, “los hombres van en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen”. Abreu pertenece al bando de los que aman y fundan. Al estudiar su trayectoria como profesor y revolucionario, encontramos su presencia en momentos fundacionales de organizaciones y obras que han perdurado al paso del tiempo. Además de formar parte del grupo estudiantil que inició estudios en la Facultad de Ingeniería Eléctrica, fue el primer Presidente de la FEU que tuvo nuestra facultad. Es fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias en la universidad, así como de la Junta de Acreditación Nacional.

La labor como profesor ha marcado su vida, basada en un inagotable espíritu de superación y compromiso. Desde su graduación comenzó a impartir docencia, primero como Profesor Auxiliar Especial y a partir de 1976 como Profesor Titular. Ninguna generación de especialistas formados en el área de la automática, se ha marchado sin el placer de recibir una clase del profesor Abreu. Cuando el país necesitó incrementar la producción de azúcar, en la zafra de los diez millones, allí estuvo Abreu al frente de grupos estudiantiles. Sus conocimientos como experto han sido de mucha utilidad en la definición y análisis de los planes de estudio a nivel de país. Ha realizado estancias como profesor invitado en prestigiosas universidades latinoamericanas durante distintos periodos.

Pudiera pensarse que con tanto ya hecho, luego de ocho décadas de vida y más de 50 años dedicados a la educación superior cubana, es momento de descansar, pero de eso nada. Cada mañana Abreu se levanta con tanto por hacer y viene a su querida universidad a materializar los sueños. Es admirable la voluntad y pasión que le impone a cada tarea. Conocedor de la importancia que tiene la automatización de los procesos para el desarrollo del país, en ocasiones me dice, “tenemos que hacer más”. Yo trato de convencerlo, recordándole cuanto estamos haciendo, pero no lo consigo. Esa frase más que un deseo marca su filosofía de vida.

Es por ello que no asombra que en la actualidad lidere un proyecto, que tiene como objetivo estudiar las nuevas tecnologías de aprendizaje para comenzar su aplicación en la carrera de Ingeniería en Automática. La idea surge por su preocupación ante la disminución de los niveles de estudio de nuestros estudiantes y como una forma de hacer que los conocimientos lleguen a ellos de una manera mucho más cercana y contemporánea, que puedan motivarlos a que se interesen por aprender. Ha logrado aglutinar a un grupo de expertos de distintas áreas de la universidad, que todos los meses acuden a su convocatoria para debatir y profundizar sobre aula invertida, aprendizaje basado en pensamiento, basado en proyecto, entre otras muchas técnicas. Ya son palpables los primeros resultados y en el centro de todo el proyecto están los estudiantes. Esta última idea nos demuestra que la obra de Abreu no es posible medirla en función de lo que ha hecho, porque es que nunca se ha detenido, continúa haciendo, aportando cada día en favor de su universidad.

Cada semestre, cuando inicia un nuevo curso de las asignaturas que imparte, se propone mantener un record que es bien difícil de igualar, no haberse ausentado nunca a una actividad docente programada. Sus compañeros nunca olvidamos que en pleno proceso de recuperación, ingresado en el hospital luego de sufrir una enfermedad cardiovascular, con ayuda de su esposa Olguita, se dedicó a preparar un examen que sus estudiantes de cuarto año debían realizar. ¿Podrá existir una muestra más grande de amor y consagración al magisterio?

Junto al profesor se desarrolló el científico. Estancias en instituciones científicas de reconocido prestigio internacional y la participación en eventos en varias ciudades europeas, avivaron los sueños que más adelante se hicieron realidad. Luego de la creación del Departamento de Control Automático en el año 1970, comienza a trabajar en la automatización de la industria azucarera. Los avances obtenidos en esa esfera le permitieron defender con éxito su doctorado en 1981. Para tener una idea del esfuerzo realizado por él para conseguir el título de Doctor en Ciencia Técnicas, sin abandonar sus responsabilidades como profesor, dirigente y revolucionario integrante de una obra que a pasos acelerados transformaba al país, resulta necesario reflejar en estas palabras la siguiente anécdota. Cito: “Cuando el asesor soviético llegó a la UCLV, después de revisar todas mis investigaciones, me pidió, para la futura tesis, que cada noche escribiera una página, porque sabía que estaba complicado. Así, cada martes a las 9:00 a.m. le tenía que llevar siete páginas escritas. Yo, realmente, las escribía el domingo por la noche” 2. Fin de la cita. Las investigaciones realizadas por el Doctor Abreu y varios de sus colegas del departamento, contribuyeron a modernizar un sector que por mucho tiempo constituyó la principal fuente de ingresos de nuestro país. Consciente de lo importante que resulta compartir el conocimiento que se ha podido adquirir, el profesor Abreu ha participado en distintos programas de formación de masters y doctores, además de ser autor de un número importante de publicaciones científicas.

Numerosas son las tareas de dirección desarrolladas durante más de cincuenta años. Imposible resulta detallarlas todas, pero por la impronta que dejaron y los resultados alcanzados no puedo dejar de referirme a algunas de ellas, Jefe de Departamento de Electrotecnia Básica y posteriormente Director de la Escuela de Ingeniería Eléctrica. Nunca abandonó su formación como docente, ni dejó de dedicarle tiempo a su auto-preparación, lo cual hizo que se convirtiera en un referente para todos los profesores que tuvo como subordinados. Mención especial merece su consagración a las tareas del Partido Comunista de Cuba. Desde 1969 milita en la filas de esta organización. Sus compañeros siempre lo han visto como un orientador político. Sus agudos análisis han servido de preparación para enfrentar situaciones complejas y entender difíciles medidas que se han debido adoptar durante el proceso revolucionario. Por espacio de 19 años integró el buró ejecutivo del Comité Universitario del Partido en la UCLV. Delegado directo al segundo y quinto congreso del Partido y a varias de sus asambleas municipales y provinciales. Por más de dos años formó parte de la Comisión de Cuadros del Comité Provincial del Partido en la provincia de Villa Clara. En mi memoria permanece imborrable una frase que me hizo entender su lealtad y posición de principios hacia la organización. Se realizaba en nuestro núcleo un análisis político complejo y Abreu formaba parte de una comisión que debía rendir cuentas. Ante un cuestionamiento que se produce respecto al trabajo de la comisión, su respuesta fue contundente: “Mi único compromiso es con el partido”.

Numerosas son las distinciones que se le han otorgado. Destacan por su envergadura la Distinción por la Educación Cubana y la Rafael María de Mendive, así como la Orden Frank País de segundo y primer grado. Ostenta además la medalla José Tey y en varios momentos de su encumbrada trayectoria ha sido seleccionado Vanguardia Nacional del sector educacional. Desde el año 2008 es Profesor de Mérito de nuestra universidad.

La universidad no solo le ha aportado éxitos en lo profesional. En ella conoció a quien lo acompaña como esposa y compañera de la vida desde hace ya 35 años. Olguita, la mujer que ha estado junto a él en las buenas y en las no tan buenas, tuvo la inteligencia suficiente para comprender la grandeza y bondad que acompañaba a aquel hombre maduro, que un día del mes de marzo de 1984 se decidió a conquistarla. Están también sus cuatro hijos, orgullosos todos del padre que les ha brindado una guía y un ejemplo difícil de igualar, pero fácil de seguir.

Cuando se estudia la obra del Doctor Abreu es que puede entenderse el verdadero significado de los versos con los que el poeta Miguel Barnet finaliza su poema “Empujando un país” 4.

 “Así que perdonen si no escucho

Las quejas de mis contemporáneos

Yo no puedo hacer otra cosa que seguir empujando un país.

Abreu es de esos hombres que lo han dado todo por impulsar nuestro país. No se ha cansado y sigue empujando. Con la responsabilidad adicional, que lo empuja desde donde le nace el relevo a la Patria, desde el aula, donde los jóvenes se hacen hombres y mujeres de bien, y deciden el camino que van a seguir.

La universidad es su vida. Conoce toda su historia y también sus leyendas, constantemente hace anécdotas de sus más distintivos personajes y rememora hechos que han marcado las distintas etapas por las que ha transitado esta casa de altos estudios. No es de extrañar entonces que cuando se le pregunta qué significa para él la universidad, su respuesta sea una muestra infinita de agradecimiento: “Llegué sin conocer prácticamente nada de la vida, y la universidad me lo dio todo, desde los más elementales conocimientos hasta mi carrera profesional” 2. Igualmente, conmueven sus palabras cuando se le pregunta como desea ser recordado.  “Quisiera que cuando se mencione mi nombre se haga para ejemplificarme como un buen profesor, que siempre entendió a los jóvenes y los apoyó. Y que hizo todo lo posible por ennoblecer a su universidad” 2.

En el día de hoy la Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas le confiere al profesor José Rafael Abreu García el Título de Doctor Honoris Causa, convirtiéndose en el primer miembro activo de su claustro en recibir tan alta distinción en la especialidad de Ciencias Técnicas. En esta ocasión la propuesta nació desde la sección sindical de Automática, cuando un buen día sus alumnos, hoy compañeros de trabajo, nos propusimos reconocer a quien ha sido ejemplo para tantas generaciones, y lo ha dado todo por su profesión de maestro y por su universidad. Enseguida la propuesta recibió el apoyo de los estudiantes, el colectivo de la facultad y fue aprobada por la dirección universitaria. Es esencialmente una propuesta que proviene de los jóvenes. Esos que continuamos aspirando poder algún día acercarnos a lo hecho por nuestro profesor.

Martí nos enseñó que “las palabras pomposas son innecesarias para hablar de los hombres sublimes”. Más que palabras se necesitan hechos para homenajear la obra realizada por el profesor Abreu. Cuando hoy, uno de los más queridos e ilustres graduados de nuestra FIE, desde su responsabilidad de Presidente de la República de Cuba nos invita a “Pensar como País” y a ser continuidad, sencillamente nos está llamando a que no permitamos que tanto bien hecho por la Patria se pierda. En nuestro caso, se trata de continuar formando desde las aulas profesionales cada vez mejor preparados y comprometidos con el país que los vio nacer, y que a pesar de tantas presiones no renuncia a ser soberano.   Ese precisamente es el reto que tiene ante sí la nueva generación de estudiantes y profesores de la Facultad de Ingeniería Eléctrica. Si lo cumplimos, estaremos también cumpliendo con Abreu.

Muchas gracias.

Bibliografía

  1. Guevara de la Serna, Ernesto. “El socialismo y el hombre en Cuba”. Habana: Ed. Editora Política, 1988.
  2. Gavilanes Pérez, Alejandro. “Llegué sin conocer nada de la vida. Ella me lo ha dado todo”. Entrevista con el profesor José Rafael Abreu García. Diciembre 2018, https://www.uclv.edu.cu/llegue-sin-conocer-nada-la-vida-me-lo-ha-dado/.
  3. Guevara de la Serna, Ernesto. “Discurso pronunciado al recibir el Título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Pedagógicas”. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Santa Clara, 1959.
  4. Barnet, Miguel. “Poema Empujando un país”. Habana, 2007.