Ni ceros, ni unos

Si escuchamos la palabra binario inmediatamente pensamos en ceros y unos, en un código para alguna contraseña, pero en temas de género el término binario adquiere otra significación. La identidad de género es una construcción de cada individuo, donde intervienen factores sociales, que median en el proceso de desarrollo de cada ente, por lo cual se construye, varía y se modifica con el tiempo.

Desde hace siglos la concepción de la identidad de cada persona se imponía con las características de mujeres y hombres transmitidas de generación en generación con mecanismos como los mitos, leyendas, proverbios, costumbres, normas y religiones, con roles designados a mujeres y hombres.

Para el investigador Rodríguez Ojeda (2007) el género es «la categoría que posibilita designar el orden sociocultural configurado sobre la base de la sexualidad (…)». Consecuentemente, el término de la transexualidad surge como un llamado al reconocimiento de la diversidad sexual, la aceptación de las diferencias y el reconocimiento social de las personas trans en el contexto en que viven y se desarrollan.

Lo cual, junto con el binarismo simbólico, pone en debate las concepciones sociales preestablecidas de hombres solo masculinos y mujeres solo femeninas, en ambos casos heterosexuales.

Cuando alguien se identifica como transexual, surge el reconocimiento de su identidad de género, que nada tiene que ver con una enfermedad psicológica o una desviación sexual como nos hacen ver las concepciones sociales que llevan a la transfobia.

Como todo ser humano, las personas transexuales y binarias tienen derecho a ser aceptadas socialmente. Los cuerpos pueden ser constitutivos de género diverso y no restringidos al marco binario, por lo cual surgen clasificaciones de género que rebasan las fronteras y los límites culturales.

El enfoque binario socialmente normado establece dos identidades de género: femenino y masculino, cuando existen otras como los transgénero, los transexuales, que demuestran que las etiquetas sociales solo favorecen las jerarquías de poder, así lo enfatiza la investigadora de la UCLV, Marisleinis Almeida Suarez.

¿Pero qué es el binarismo?

Cuando una persona no se identifica con los géneros masculino o femenino socialmente estipulados, o simplemente se considera fuera de las etiquetas, se autonombra binario.

Lo cual desmitifica el estatus de hombre o mujer, transexual, bisexual, heterosexual, transgénero, para convertirse en una clasificación que rompe con las etiquetas de especificar la identidad de género de una persona. Este tema de las clasificaciones por la identidad de género invita a reflexionar sobre el verdadero sentido en tantas caracterizaciones. Se trata de ver géneros diversos, no restringido a un marco de femenino o masculino.

La negación del binarismo de género potencia la visibilización de géneros que transgredan las barreras de los límites culturales tradicionales para dar voz y voto a las personas y sus vivencias. Priorizar el ¿cómo me veo? al ¿cómo me ven?, y ¿el cómo me siento? al ¿cómo debería sentirme?

género binario

Textos Consultados

Rodríguez Ojeda, Miriam (2007). Presupuestos teóricos de la educación con perspectiva de género. En: Hernández Carmen, Nora (2007). Género. Selección de lecturas. La Habana: Editorial Caminos; p. 45-55.

Almeida Suárez, Marislienis (2014). Influencia del ámbito laboral en los procesos de integración – desintegración social de las personas transexuales en Cuba (Trabajo de Diploma, Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas). Repositorio Institucional de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba.