Este 1ro de junio se celebra en nuestro país el Día Internacional de la Infancia. Día instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1956, consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero. Para ese día, la ONU acordó que cada país debería promover actividades que involucrasen de manera directa a los más pequeños de cada casa.
Historia
En la Conferencia Internacional en Defensa de la Niñez la ONU acordó que cada país tendría que instituir en su calendario el Día Internacional de la Infancia o del Niño y en la fecha que quisiera cada estado. Muchos países han mantenido la fecha que en un principio se acordó, el 1 de junio, pero en muchos otros, se modificó, celebrándose el 20 de noviembre.
El Papa Juan Pablo II, durante el Año Internacional para la Familia en 1994, escribió una significativa carta a los niños. En ella se refiere a los pequeños como la principal fuente de alegría y esperanza de la sociedad. También denunciaba los sufrimientos y atentados de los que son víctimas:
«[…] padecen hambre, miseria, son abandonados por sus padres y soportan muchas formas de violencia y abuso por parte de los adultos […].»
En septiembre de 2000, durante la Cumbre del Milenio, los líderes mundiales establecieron los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), 6 de los cuales incumben de forma directa a la infancia, y los otros dos también contribuirían a mejorar las vidas de los niños y niñas.
En 2013, UNICEF respondió a las necesidades humanitarias de millones de niños afectados por 289 situaciones de emergencia en 83 países. La acción humanitaria de UNICEF en 2013 consiguió, entre otros, los siguientes resultados:
- El tratamiento contra la desnutrición aguda grave de 2,4 millones de niños.
- El acceso a agua, higiene y saneamiento de calidad para 24,3 millones de niños.
- La vacunación de 35,9 millones de niños contra el sarampión.
- El acceso de 1,6 millones de mujeres embarazadas a servicios de prevención, atención y tratamiento en relación con el VIH.
- El acceso a una mejor educación, tanto formal como informal, para 3,6 millones de niños.
- La reunificación de 13.500 menores separados de sus padres o tutores con sus familias, cuidadores o comunidades.
- El acceso seguro de 2,5 millones de niños a espacios amigos de la Infancia para socializarse, jugar y aprender.
Objetivo
El objetivo del Día Internacional de la Infancia es recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y por tanto que más sufre las crisis y los problemas del mundo.
Este día internacional recuerda que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que haya nacido.
Dedicar un día internacional a la infancia también sirve para hacer un llamado sobre las necesidades de los más pequeños y para reconocer la labor de las personas que cada día trabajan para que los niños y niñas tengan un futuro mejor.
Principales derechos
Los derechos de la infancia se basan en cuatro principios fundamentales:
- La no discriminación: todos los niños tienen los mismos derechos. Esto significa: todos los niños y todas las niñas, en todo caso, en todo momento y sin excepciones. No importa su raza, su religión, su procedencia o las ideas de sus padres. Ningún niño debe recibir un trato injusto bajo ningún concepto.
- El interés superior del niño: cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para los niños y niñas. Cuando los adultos tomen decisiones tienen que pensar en cómo pueden afectar a los niños.
- El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a vivir, a desarrollarse y a alcanzar su máximo potencial en la vida. Esto incluye tener derecho a cosas como una alimentación y alojamientos adecuados, al agua potable, a la educación, a la atención sanitaria, al juego y el descanso, a actividades culturales y a información sobre sus derechos.
- La participación: los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a que sus opiniones sean tomadas en cuenta. Esto no significa que los niños puedan mandar sobre sus padres ni decirles qué tienen que hacer. La participación debe ir aumentando conforme a la edad y es importante para que los niños y jóvenes alcancen la madurez.
Día de la Infancia en Cuba
En Cuba se llevan a cabo varios programas para el amplio empleo de la televisión con fines educativos, el estudio masivo de la computación y la más completa cobertura con docentes integralmente preparados.
Las 440 escuelas especiales cubren todas las necesidades educacionales de los niños con discapacidades, instituciones con una matrícula superior a los 56 mil alumnos.
La Revolución ha creado todo un cuerpo legislativo dedicado a garantizar la supervivencia, desarrollo, protección y participación de la población más joven. Así, existen los Códigos de la Familia, del Trabajo y de la Niñez y la Juventud. También la ley de la maternidad, con extraordinarias ventajas para la madre.
Educación en edades tempranas
En el 2002 la UNICEF, “Reconoció a nivel global la experiencia cubana en la atención educativa en edades tempranas, a través del programa Educa a tu Hijo, y de los Círculos Infantiles.”
Este proyecto cuenta en la Mayor de las Antillas con cerca de 25 mil promotores, más de 80 mil educadores y con el apoyo de varias instituciones sociales y gubernamentales.
Muy pocos son los países que superan el 30 por ciento de atención en los primeros años de vida, atendiendose en locales preparados por diferentes instituciones a partir del quinto y sexto años. En Cuba, con una población infantil entre cero y seis años, superior a los 875 mil, tal cobertura asciende al 99,5 por ciento.
Cuidado de los niños cubanos
Existen en la Isla varias regiones rurales en las que no se han producido muertes de niños ni maternas en los últimos 20 años. La mortalidad infantil nacional fue en 2002 de 6,5 por ciento, 10 veces menos de las registradas en el país hace cuatro décadas, entonces con una población mucho menor.
Esos indicadores no son casuales: cada infante cubano está protegido contra 13 dolencias, algunas de las cuales constituyen flagelos en muchos países de América Latina y África, por ejemplo:
- Poliomielitis
- Tuberculosis
- Difteria
- Tétanos
- Tos ferina
- Sarampión
- Hepatitis, entre otras.
Las defunciones por enfermedades diarreicas agudas, numerosas en este el continente, se producen en la Ínsula solo como excepción. Fenómenos como la prostitución, el trabajo forzado y los llamados niños de la calle, constituyen categorías inexistentes para los cubanos.
Tomado de Ecured.