Hoy es 14 de febrero y, como en cada fecha especial, te proponemos diez motivos para sumergirte en la lectura de un clásico de la literatura francesa del siglo XVIII: Las amistades peligrosas, de Pierre Choderlos de Laclos.

1. Es una novela epistolar. A lo mejor algún romántico rezagado añora la época en que se mandaban cartas en lugar de SMS, y muchas de estas cartas son expresamente para encantar y enamorar, por lo que pueden funcionar de inspiración o molde para una hipotética declaración en esta jornada.

2. El ambiente cortesano es un encanto reseñable de la novela. El autor pinta de una manera fascinante la sociedad parisina y aristocrática, portadora de títulos nobiliarios del siglo XVIII, y así nos sumergimos en un escenario de vizcondes, preciosas marquesas, duquesas.

3. La intriga, el suspenso, las historias sórdidas y sensuales se bifurcan y entretejen la trama del libro.

4. La novela resulta de la correspondencia postal más íntima entre los personajes. El peso argumental y escritural recae sobre cuatro de ellos, los que pudiéramos catalogar de protagonistas, entonces su lectura tiene el atractivo culpable del husmear y escudriñar un diario personal.

5. La estructura epistolar permite al lector adentrarse en la psicología de los personajes, los cuales pueden ser oscuros en varios pasajes, pícaros, estrategas del amor, licenciosos o incluso enfermizos.

6. Se crea una poética de las «relaciones tóxicas», precisamente por estos rasgos que configuran a los personajes, sobre todo en la relación entre la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont, quienes invierten la dinámica de su relación y pasan de ser amantes cómplices a establecer una guerra encarnada.

7. El erotismo, la exploración y expresión de las relaciones amorosas, el cómo se construyen o incluso el cómo se pueden construir, cómo se pueden manipular determinados sentimientos, son motivos que permean la novela. ¿Serán el Vizconde Valmont y la condesa una proyección sensual y libertina de Cupido?

8. Se asocian en el libro este tipo de vínculos a las relaciones de poder en una dimensión casi filosófica, precisamente por la urdimbre de premisas psicológicas, de extorsión y dominación que se ponen a actuar en el momento de acercarse a «la víctima», la idea del «plan para conquistar» es totalmente chodelorosniana.

9. El disimulo, la máscara para enamorar, la imagen que construimos para ser dignos de amor son actitudes literaturizadas y poetizadas en la novela.

10. La ausencia de narrador, la disposición de las cartas, solo anotadas en algunas ocasiones por el editor, también ayuda a un acercamiento más inmediato y desprejuiciado de las mismas.

Por Amanda Rodríguez e Isabela Rivero, estudiantes de Letras