Cuando José Martí desencadenó la Guerra Necesaria, convirtió el 24 de Febrero de 1895 en un símbolo para todos los cubanos.

Desde entonces, esa fecha tiene tanta significación como el 10 de Octubre de 1868, cuando iniciaron nuestras gestas libertarias, y otros muchos acontecimientos han sido realizados el propio día 24 como muestra de veneración patriótica.

En 1905, el día fue escogido para inaugurar el monumento a José Martí en el Parque Central de La Habana, con la presencia de Máximo Gómez. Una estatua tallada en mármol de Carrara por el escultor cubano José Vilalta de Saavedra.

A las 9:00 de la mañana de ese 24 de febrero, se izó «la bandera nacional por el ilustre caudillo general Máximo Gómez, a los acordes de la Marcha de la Invasión» y, después de una breve alocución del propio Gómez, se descorrió el velo del monumento. Al acto asistieron Leonor Pérez, la madre del Apóstol; su viuda, Carmen Zayas Bazán, y su hermana Amelia Martí. A las 3:30 de la tarde cientos de niños desfilaron frente a la estatua y por la noche una banda de música concluyó la jornada con una retreta.

Luego, otro día 24, pero del año 1928, una ceiba sembrada en San Antonio de los Baños el 20 de mayo de 1902, fecha de instauración de la República, fue trasladada a la recién creada Plaza de la Fraternidad Americana, en la ciudad de La Habana.

Entonces, la capital cubana acogía la Sexta Conferencia Panamericana, y la siembra del árbol se abonó con tierra y agua de los ríos de las más de 20 naciones americanas que participaban en el evento. Se mezcló la tierra de la casa natal de Simón Bolívar con la del sitio panameño donde el Libertador convocó al Primer Congreso Anfictiónico, con la de las faldas del Pichincha, en Ecuador, y la de la Villa Imperial del Potosí, en Bolivia.

A estas y otras tierras americanas, Cuba sumó una muestra del ingenio Demajagua, donde Carlos Manuel de Céspedes dio la libertad a sus esclavos para comenzar la guerra por la definitiva independencia contra el colonialismo español.

Pasarían varios años hasta el 24 de febrero de 1957, cuando se publicó en el diario The New York Times la famosa entrevista de Fidel con el periodista norteamericano Herbert Matthews, que sirvió para ponerle fin a la campaña de mentiras de la tiranía de Fulgencio Batista.

Ese día se pudo leer en la portada del influyente diario norteamericano: «Fidel Castro, el jefe de la juventud cubana, está vivo y peleando duro y exitosamente en los inhóspitos y casi impenetrables parajes de la Sierra Maestra, al extremo sur de la isla. […] Esta es la primera noticia segura de que Fidel Castro está todavía vivo y todavía en Cuba. Nadie relacionado con el mundo exterior, y mucho menos con la prensa, ha visitado al señor Castro, excepto este periodista».

Exactamente un año después, en 1958, nacía Radio Rebelde, la emisora de la Revolución. Una idea de Fidel y del Che que daba continuidad al periódico Patria, de José Martí, y rendía tributo, desde su propio nacimiento, a quien años después, el propio Comandante en Jefe, calificaría como «el más genial y universal de los políticos cubanos».

En su inicial salida al aire se escucharon las notas del Himno Nacional, el primer parte de guerra del combate de Pino del Agua y otras acciones de la Columna del Che. Además, el capitán Luis Orlando Rodríguez (director) leyó un editorial sobre el notable acontecimiento y la creación de la valerosa estación, que permitió, igualmente, la comunicación inmediata entre las diferentes columnas de combatientes alzados por la libertad de la patria.

Triunfada la Revolución cubana, la conmemoración recobró nuevos bríos y la efeméride ha sido escogida para momentos trascendentes.

Resalta, entre los tantos 24 de febrero celebrados después de 1959, el del año 1976. Ese día, en acto solemne celebrado en el teatro Karl Marx, fue proclamada la Constitución Socialista de la República de Cuba, con el voto favorable del 97,7 % de los cubanos mayores de 16 años participantes en aquel histórico primer referendo constitucional.

Raúl Castro afirmó: «Jamás en toda la historia de nuestra Patria y de nuestro continente ha sido aprobada una Constitución de contenido tan revolucionario y progresista; que responda a tan alto grado a los intereses de la Patria y del pueblo; que consagre y garantice con tal amplitud y en tal correspondencia con la realidad económico-social de la que se deriva y a la que norma jurídicamente, los principios de igualdad y justicia social y los derechos del individuo en correspondencia con los intereses de toda la sociedad».

Con información de Cubahora