«Una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia y la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio» (Rigoberta Menchú).

La participación femenina ocupa un papel fundamental y decisivo en el azaroso camino de su emancipación. Disímiles nombres de mujeres quedaron tallados por su contribución activa en los diferentes momentos históricos de Cuba en la lucha por su independencia. Allí han estado desde la Cuba Colonial hasta nuestros días.

Haciendo un recorrido en la Historia encontramos figuras extraordinarias como Carlota, esclava de origen Lucumí quien se sublevó el 5 de noviembre de 1843, ella dirigió la rebelión que logró extenderse por la provincia de Matanzas llegando hasta numerosos ingenios, cafetales y fincas ganaderas. Muere combatiendo cuando intentaba liberar a otros esclavos, que al igual que ella, sufrían el maltrato y los abusos de los esclavistas. La misión internacionalista de Cuba en la República Popular de Angola lleva el nombre de Operación Carlota, en homenaje a esta mujer de sangre africana.

Luego más tarde figura la comandante Mercedes Sirven Pérez, organizadora de un sistema de suministro de medicamentos a los mambises, alcanzó los más altos grados dentro del Ejército Libertador; Ana Betancourt de Mora, seleccionada para dirigir a los principales jefes de la Guerra independentista y que expresara:

«Ciudadanos: la mujer cubana en el rincón oscuro y tranquilo del hogar esperaba paciente y resignada esta hora sublime en que una revolución justa rompe el yugo y le desata las alas. Aquí todo era esclavo, la cuna, el color y el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna peleando hasta morir. Habéis destruido la esclavitud del color emancipando al siervo. ¡Llegó el momento de libertar a la mujer!».

Mariana Grajales, la madre de los Maceos, valerosa en la educación a sus hijos en los ideales de independencia y lucha contra el dominio español en la Isla.

Con sus esposos en fiel acompañamiento donde afrontaron graves peligros para ellas y sus hijos: María Cabrales, Amalia Simoni y Bernarda Toro.

En las cargas al machete, la esclava negra, Rosa, La Bayamesa; Emilia Casanova, fundadoras de clubes patrióticos, en la emigración atesoraba cartas escritas por Giuseppe Garibaldi en las que este habla de su apoyo en las luchas por la libertad de Cuba.

En la etapa de 1953 se destacan también por sus determinantes acciones patrióticas las siguientes mujeres:

Melba Hernández y Haydée Santamaría, participaron en los asaltos a los cuarteles militares Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Gracias a la paciente y rigurosa tarea de ambas el pueblo cubano pudo conocer el extenso discurso de autodefensa de Fidel Castro: La historia me absolverá. El propio Fidel de forma ingeniosa les hizo llegar el histórico alegato. Ellas rescataron, línea a línea, el texto y en particular Melba Hernández tuvo la tarea de mecanografiarlo y garantizar su impresión y distribución. Haydée Santamaría, dirigió la Casa de las Américas desde su fundación hasta 1880, año en que fallece.

Celia Sánchez Manduley, organizó la recepción de los expedicionarios y su traslado a la Sierra Maestra. Primera mujer que ocupó la posición de soldado combatiente en las filas del Ejército Rebelde.  El 4 de septiembre de 1958, promueve la creación en La Plata, el pelotón Mariana Grajales, formado por mujeres que tenían la decisión de incorporarse como combatientes, la brigadier general y guerrillera Teté Puebla fue la segunda jefa. En 1962, Celia es nombrada Secretaria de la Presidencia del Consejo de Ministros de Cuba. También figuró entre las colaboradoras más cercanas a Fidel Castro desde 1957 hasta su muerte.

Vilma Espín, María Antonia Figueroa, Asela de los Santos y Gloria Cuadras también participan en el asalto al Cuartel Moncada. Vilma y Celia llegaron a la Sierra Maestra el 16 de febrero para participar en la primera reunión nacional entre los dirigentes de la Sierra y el Llano. Celia y Haydée se incorporan a las contiendas en la montaña, aquí cumplen misiones de alto riesgo. De manera progresiva aumenta el número que eligen permanecer todo el tiempo en la guerrilla.

Como vemos la valía de muchas mujeres en el proceso de independencia de Cuba fue alcanzado por su incorporación activa en esas tareas que para su tiempo debían ser realizadas por hombres.  En la propia práctica iban demostrando sus capacidades y de cómo eran capaces de aportar a la lucha.

También destacan féminas en el campo de la medicina y el pensamiento progresista desde la creación artística.

Hombres líderes en la historia fueron acompañados por mujeres tenaces y fieles a su vocación de libertad e independencia cultural y política; sin ellas ese camino no hubiese sido igual. Mirar la vida desde cualquier postura es imposible sin la imagen de la mujer.

Es por ello que era necesario agrupar en una organización que las representara desde sus derechos y les diera participación en los proyectos de construcción social que se venían gestando desde el 1 de enero de 1959 en Cuba.

La decisión de su creación fue planteada por Vilma Espín a Fidel Castro. A solo un año y medio del triunfo de la revolución cubana, el 23 de agosto de 1960 se funda la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).  Ellas necesitaban seguir luchando por su propia liberación dentro de la Revolución y esto justifica la creación e dicha organización.

Cada 5 años la FMC organiza y celebra su congreso, órgano máximo de dirección en el que se discuten los resultados del trabajo, se adoptan nuevas estrategias y programas. Hasta su muerte el 18 de junio de 2007 Vilma Espín Guillois asumió la presidencia de la organización.

Nuestra situación actual en comparación con la realidad antes del triunfo de la Revolución los avances son enormes.  No por ello podemos negar ni asustarnos ante la idea de que aún subsisten desigualdades de la mujer en el seno de la sociedad cubana, producto de una vieja cultura, de viejos hábitos, de viejas mentalidades y prejuicios. Esto nos da la medida como genuinos revolucionarios que la tarea de la Revolución no está concluida. Y esta batalla sigue siendo una tarea de todos.

Siempre que se le ha dado una tarea por el Partido Comunista de Cuba y la máxima dirección de Estado a la FMC ha dado buenos frutos

Dentro de la Revolución cubana la mujer irrumpe en todos los campos de la vida: el mundo laboral, educacional, científico, económico, político y social en igualdad de condiciones. La intensidad de los cambios en la vida de esta en las últimas décadas, ha sido tan impresionante que no es casual que la temática femenina en Cuba despierte el interés entre los historiadores, sociólogos, periodistas, narradores y público en general de todo el mundo.

Hoy llevan la misma voluntad de lucha, abnegación, insuperable sentido de responsabilidad, capacidad política y humana que aquellas iniciadas en los campos de batalla desde la época colonial.

Lo mismo dirigiendo una universidad que un centro científico; en una cooperativa de producción agrícola que en la creación de cultura en sus diversas manifestaciones. En obras constructivas de inmuebles como en la difícil tarea de sanar vidas. También en las tareas relacionadas con la defensa de la patria, la profundización de los valores políticos e ideológicos.

Todas suman, todas cuentan cada día más en la vida cotidiana; nombres reconocidos existen cientos y también miles que son heroínas en el silencio de sus trabajos hogareños o en centros donde laboran.  Nada sería posible para el acabado de esa pieza final sin la integración de múltiples partículas con nombres de mujeres.

Sirvan estas palabras y las del eterno líder Fidel Castro Ruz de reconocimiento y motivo para seguir aportando en la gran obra que es la Revolución Socialista.

«Trabajar, a organizar y a poner en actividad el espíritu creador, el entusiasmo de la mujer cubana, para que la mujer cubana, en esta etapa revolucionaria haga desaparecer hasta el último vestigio de discriminación; y tenga, la mujer cubana, por sus virtudes y por sus méritos, el lugar que le corresponde en la historia de la patria». (Fidel Castro Ruz, Discurso pronunciado en el acto de difusión de todas las organizaciones femeninas revolucionarias en el Salón-teatro de la CTC, el 23 de agosto de 1060).