La vida del profesor Msc. Alberto Casiano Averhoff Casamayor ha estado ligada a la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas por más de cincuenta años. Desde su llegada como estudiante a la UCLV en 1963 sintió que sus días iban a estar ligados a esta Casa de Altos estudios.

“Yo trabajaba como contador en el Ministerio de la Construcción y entonces llego a la Universidad en 1963 en el encuentro por la noche cursando la carrera de Contador Público. No estuve mucho tiempo en eso, porque a los pocos meses llegaron becas estudiantiles para el extranjero. Un buen día el presidente de la FEU comenzó a proponer estudiantes para que fueran a estudiar a Rusia. De ahí salimos como 15 compañeros seleccionados, después, con el tiempo nos fuimos dos nada más a estudiar Ingeniería Industrial a Checoslovaquia, el compañero Víctor Figueroa y yo”, comenta.

“Luego, por interés de nuestros representantes allá, comenzamos a estudiar Planificación de la Economía Nacional hasta 1967. Al mismo tiempo trabajábamos y me dieron la plaza de Jefe Económico de la Oficina Comercial de Cuba en Praga. Éramos los dos en la misma plaza pero con un solo sueldo por lo que había que dividirlo. Ahí estuvimos hasta que se decidió que debíamos regresar debido a la situación en que se encontraba Europa del Este.

“Al llegar a Cuba fui para el Instituto de Economía de La Universidad de La Habana a terminar la carrera. En el año 1970 me gradué.  A partir de ese momento vine para acá porque una compañera que trabajaba aquí estaba accidentada, entonces me reubicaron en la UCLV que era donde en realidad yo quería estar porque mi ubicación había llegado para la marina militar.

“Llego a la Facultad de Economía de la UCLV el 1 de marzo de 1971. Al entrar por la puerta un profesor nuestro dice de manera jocosa «miren por ahí viene el secretario del sindicato de nosotros» y de ahí para acá no ha escampado más nunca”, alega.

Además, el profe Averhoff ha tenido responsabilidades administrativas, fue Jefe de Departamento y Secretario del núcleo del Partido. Pero lo que más le apasiona es entrar a un aula a enseñar a sus discípulos para quienes el consejo oportuno nunca faltará. “Lo primero que deben tener presente es el estudio, lo demás, el interés y hacer las cosas porque hay que hacerlas sin que nadie tenga que decírselas”.

Este Profesor Auxiliar de la Facultad de Economía recibió recientemente la categoría docente especial de Profesor Emérito de la Universidad debido a su trayectoria y labor en la formación de futuros profesionales. Confiesa que nunca buscó los premios. Solo trabajó con responsabilidad e hizo en cada momento lo que le tocaba.

 “Cuando yo entré aquí nunca me pasó por la cabeza que iba a ser profesor Emérito. Siempre la meta fue trabajar y trabajar desinteresadamente. Es una gran satisfacción el que yo desinteresadamente haya llegado a ser merecedor de ese reconocimiento por haber dado lo mejor de mí bajo cualquier circunstancia”, afirma orgulloso.

¿Cuánto le ha aportado usted a la UCLV y cuánto ha recibido de ella?

– A veces la gente me dice cosas bonitas y yo no lo identifico, sin embargo sé que por ahí pasé, ayudé, y aporté lo más que pude. También he recibido mucho, pero cuando más recibo es al ver a esos que fueron mis alumnos siendo buenos profesionales, responsables y sobre todo, siendo humanos.

¿Qué momentos de su vida recuerda con mayor pasión?

-Nunca voy a olvidar mis años iniciales de trabajos, donde existía una hermandad y confidencialidad entre los trabajadores. Era increíble, eso nunca lo olvidaré porque lamentablemente hoy se ha perdido. Fueron momentos muy hermosos.

¿Qué es para usted educar?

– En la medida que tú le estás dando mayores conocimientos a tus estudiantes, le estás dando mayores posibilidades de que triunfe. Dar cada día mejor clases, dar cada día lo mejor que uno tiene y dar al traste con lo que se quiere. Eso es educar entregarlo todo para la óptima formación del estudiante.

¿Ha pensado en el momento que tenga que abandonar definitivamente la UCLV?

– Yo no he pensado como tal eso, pero por ley de la vida sé que algún día tiene que suceder, los años pesan, por ejemplo, cada vez se me hace más difícil llegar a la Universidad sobre todo por el tema del transporte, últimamente coger algo para acá es una «jeringa». Pero trabajaré hasta que pueda dando lo más que pueda.

¿Cómo le gustaría que lo recordaran en la UCLV?

– A mí me gustaría que me recordaran como una persona muy desinteresada que siempre trató de dar lo más que pudo buscando la manera de aportar siempre a la Revolución. Hablo así porque soy una persona muy castigada por el sistema anterior, para mí ha habido un salta tremendo, evidentemente que si no hubiera existido revolución no estuviéramos sentados aquí ahora. Gracias a la Revolución soy quien soy.