«Querido Juan: Si me pidieran escribir sobre un gran hombre, yo escribiría la novela de su vida porque más que grande, usted es infinito; porque a diferencia de otros hombres notables, usted nunca ha dejado de ser niño».

Así concluía la Dr. C. Ana Iris Díaz las palabras de elogio al Dr. C.  Juan Virgilio López Palacios, en el acto que lo convertía en Doctor Honoris Causa de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, a propuesta de la Facultad de Humanidades.

Ciertamente, López Palacios es un hombre infinito,  profundamente pedagogo y maestros de maestros, con una inmensa capacidad de oratoria y una  obra imperecedera.

La comunidad universitaria  felicita, en sus 87 años, al maestro, al amigo, al profesor universitario, al Doctor Honoris Causa, al Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

Toda una vida al servicio de la educación 

Juan Virgilio es Profesor Emérito de esta Universidad, en reconocimiento a una vida consagrada a la enaltecedora labor de maestro. Además, posee un notable currículo de actividades docentes e investigativas desempeñadas en la educación superior cubana y goza de un gran prestigio   nacional e internacional por su labor.

Un hombre para todos los tiempos

Es reconocido como  un paradigma de docente y educador en la formación de varias generaciones de alumnos de pregrado y postgrado, como un hombre de verbo encendido, que lo convierte en excelente comunicador y en maestro de maestros.

López cumple años, pero no envejece. Su físico ha cambiado pero su corazón y su mente no. Siempre está  dispuesto al diálogo, al intercambio de verdades y tiene absoluta fe en la educación y en los jóvenes.

«(…) siempre he encontrado las fuerzas y el optimismo necesarios para actuar y crear, porque he sentido muy de cerca a nuestro José Martí, pues “la enseñanza, ¿quién no lo sabe?, es ante todo una obra de infinito amor” y ese amor, me ha hecho sentir más pleno como ser humano, como maestro y como revolucionario».

Querido Juan, admirado y respetado: Sus hijos le están agradecidos, sepa que cada clase, mirada comprensiva o alerta necesaria, ha sido un aprendizaje. Sepa que usted  hace grande a la universidad y que sus enseñanzas son muy necesarias para seguir cultivando  hombres infinitos con alma de niños. Larga vida, maestro.