Desde las condiciones laborales que ha impuesto el nuevo coronavirus, los investigadores de la UCLV continúan ejerciendo su profesión, tal es el caso de Joaquín Alonso Freyre, Secretario de la Filial de la Academia de Ciencias de Cuba en Villa Clara, quien aborda sobre esta pandemia desde la Sociología.

¿Qué posibilidades investigativas aporta para la Sociología el actual escenario de la Covid-19?

La Covid-19 pone al desnudo lo que una sociedad es, ya que muestra con mucha claridad sus fortalezas y debilidades en todos los campos de relación social. Aporta para la sociología infinidad de evidencias, datos difíciles de obtener en otras circunstancias.

Ejemplo, el debate en torno al neoliberalismo nunca tuvo evidencias tan contundentes en su contra como ahora; tampoco la diferencia entre gobiernos q trabajan para su pueblo y los que sirven a intereses mezquinos; la opresión de género ha mostrado en varios países de América Latina un incremento en la tasa de feminicidios, demostrando la gravedad del asunto y la urgencia de su afrontamiento; en EEUU la mortalidad por la pandemia es muy superior en la población negra que el resto.

Nuestro medio muestra la superioridad del sistema socialista y la consagración de nuestros gobernantes al trabajo por salvar vidas y por la sostenibilidad de la economía en las condiciones actuales; sin embargo, en los resultados se aprecian diferencias entre municipios; ejemplo, los municipios con tasa cero de morbilidad, adelantaron al resto, en medidas de aislamiento y protección de su población.

¿Existe algún enfoque desde la Sociología para la identificación y tratamiento de la población de riesgo?

Sí. Se ha venido trabajando bajo un concepto de población de riesgo proveniente de la medicina que ha identificado a la comorbilidad como factor decisivo en el desenlace de la enfermedad; la epidemiología trabaja en torno a la posibilidad física de que se produzca el contagio, lo cual redunda sobre el número de casos infestados. La sociología de la salud incorpora los determinantes sociales de la salud, concepto de la OMS planteado en 2004, para identificar las causas sociales que determinan la morbilidad y la mortalidad a partir de la distribución de la riqueza social.

La justicia social alcanzada en Cuba pone al país en mejores condiciones que muchos otros en términos de salud, lo cual se demuestra ante la pandemia, sin embargo, subsiste un segmento de población, que no tiene aún las condiciones a que aspira el país, por lo es posible encontrar para ese segmento situaciones de pobreza, hacinamiento y otras que es necesario considerar y atender como población de riesgo, tanto para su contagio, como para la propagación de la enfermedad.

¿Eso tiene alguna implicación en términos comunicacionales?

Esto es algo a considerar en términos comunicacionales. El mensaje “quédate en casa” no tiene el mismo significado para las personas que viven en hacinamiento donde el espacio vital cotidiano no se reduce a cuatro paredes; tampoco para las personas, que un día tras otro, deben salir a buscar recursos de vida que no pueden adquirir para muchos días, por no disponer de demanda solvente.

La sociedad necesita que ellos se cuiden y resulta preferible destinarles mensajes centrados en la idea de protegerse. También para los que, en condiciones de pandemia, tienen el encargo de seguir trabajando porque el país lo necesita para su consagración en los hospitales, para la producción de bienes materiales o servicios, los que cumplen tareas de orden público y seguridad, etc.

Es frecuente que las personas no teman correr riesgos cuando piensan en sí mismos, pero si se coloca a la familia, a los seres queridos y entrañables, como los necesitados de protección, se entenderá que es imprescindible hacerlo. De ahí la necesidad de incorporar “protege a tu familia” en nuestras estrategias comunicacionales.

¿Algo más desde la Sociología?

Se trata de la lectura de lo ausente: con frecuencia tenemos delante una imagen visible de la sociedad, como si miráramos una vidriera que te muestra un estado de lo que hay dentro. Si no haces la lectura de lo ausente, o sea, de lo que no se muestra a la vista, tienes una imagen distorsionada de la realidad, pues no ves en el espacio público al que está en su casa cuidándose, al que está consagrado al trabajo en instituciones médicas, desde el médico, la enfermera y el laboratorista hasta el resto del personal de apoyo en las zonas de distinto color; al que trabaja en la agricultura, la industria y servicios que no pueden quedarse en casa, o sea, todo un pueblo.

En otras palabras, si juzgas por el que no se cuida, el que se amontona en las colas o anda aparentemente circulando por ahí, estarás ignorando a millones de personas que con su aporte tienen al país ganando la batalla a la pandemia.

Con información de CMHW