Aquel día de matrícula en la universidad, hace casi siete años, un joven que cargaba al mismo tiempo los ariques de Sitiecito -donde nacieron él y Víctor Mesa, como le gusta decir- y de las llanadas arroceras de Encrucijada; tocó a mi madre por el hombro y le espetó: «¿Ustedes son los últimos para Periodismo?».

Lejos estaba de imaginar entonces que el “puntualito y comedido guajirito” camuflado tras aquellos espejuelos intelectuales se convertiría poco a poco (como su ritmo de los días iniciales de la carrera), en un amigo leal con el que he compartido «las verdes, las maduras y las podridas», y capaz, como pocos, de olfatear mis pasos próximos y en consonancia impulsarme o apartarme del peligro.

Los años me han permitido conocerlo en todas sus facetas: la del estudiante de Periodismo ensañado con la calidad del transporte urbano en Santa Clara, la de dirigente de la FEU tratando de fundar y hacer a contracorriente en tiempos de “no importa”, la del hijo y hermano protector encarnizado, la de uno de los profesionales más trabajadores que conozco y más reciente, la de un dirigente juvenil que cada día lucha por renovarse y renovar en una lucha campal contra lo encartonado.

También lo he podido llamar por su nombre y todos sus epítetos, los que le ponen por cariño o por maldad; sí, porque Giovany Peñate Cruz ha cosechado muchos amigos y también, hombre de batallas al fin, no pocos enemigos: Gío, Giova, GP, Petate, «Hacedor de etiquetas».

Como el amigo en cuestión es hermano de muchos, nos permitimos este pequeño homenaje a varias manos.

Dr. C Aleida Suárez Ramírez, Directora de Comunicación Institucional de la UCLV

«Conozco a Giovany hace varios años, desde su época de estudiante. Pero no fue hasta que inicié mis responsabilidades frente a la Dirección de Comunicación que reconocí la gran persona que es. Giovany es un joven extraordinario, un trabajador entregado a la tarea. Trabaja con convicción y eso lo hace intachable. Él es resultado de una formación sistemática y consciente. Nunca dice nada de lo que no esté convencido.

En los tiempos más intensos de Covid siempre pudimos contar con él. Tiene un alto sentido del deber y la responsabilidad y por sobre todo ama a la universidad. Su vida no es nada sencilla, me conmueve la forma en que cuida a su mamá y a su hermano, con una discapacidad visual. Giovany es imprescindible, un joven abnegado al que hay que recurrir si de comunicación pertinente se trata.

Él es el resultado de su auto preparación, de su amor y respeto por la profesión. Agradezco conocerlo y que sea nuestro, aunque tenga que compartirlo con todas las actividades juveniles a las que se entrega con la pasión que lo caracteriza. En mí no tiene a una jefa, sino a una madre, una amiga que lo admira y lo respeta».

Dr. C José Antonio Marimon Carrazana, Vicerrector de Informatización, Extensión y Comunicación de la UCLV

«Hace siete años y unos meses la vida y el trabajo me unieron a un grupo de jóvenes estudiantes de Periodismo, que en ese momento cursaban su primer año, todos llenos de inquietudes y mucha valentía, defendiendo lo que pensaban y piensan, hecho que me confirmó la tesis del maestro Varela cuando expresó: «(…) los jóvenes suelen ser los primeros defensores de la razón contra lo que el tiempo llega a autorizar entre los hombres, sin más fundamento que la propia antigüedad».

«Entre esos jóvenes estaba Giovany Peñate, quien siempre me ha acompañado en cuanta actividad política y cultural se ha desarrollado en la universidad y con el tiempo se convirtió en mi principal asesor en los asuntos de la comunicación desde la academia.

«En Giovany siempre he encontrado la incondicionalidad política con la Revolución, el profundo amor por su universidad, capaz de darlo todo por las cuatro letras (UCLV), su responsabilidad en todas las tareas asignadas, la solidaridad, su apego a la familia y un espíritu de superación profesional y personal a toda prueba.

Hoy 4 de abril lo felicito, porque es un ejemplo de joven de estos tiempos, de los muchos que necesitamos, de los que dan forma a la idea de Varela, cuando expresó en Cartas a Elpidio: la juventud cubana es «la dulce esperanza de la patria».

Por Javiel Fernández Pérez