Fidel en obra del pintor Ernesto Rancaño. (Foto: Tomada de Internet)

Cincuenta y ocho años han tenido que pasar para que José Reinerio Rey Morales se decida a contar esta historia. La historia de una presencia, la historia de una de las visitas de Fidel a la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV).

José Reinerio ingresó a la UCLV en el año 1961 con el primer grupo de becados y se graduó como Ingeniero Mecánico en 1967. Como estudiante, fue electo vicepresidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en el período de 1966-1967 y fue miembro del Grupo de Artillería que se formó durante la Crisis de Octubre (1962).

«Me decidí a escribir estas notas a mis 78 años de edad y 58 de los acontecimientos. Y es que al caer en mis manos un escrito sobre las visitas de Fidel a la Universidad, veo que este hecho no aparecía.

»Realmente es que no fue público ni planificado, y participaron muy pocas personas.

»Decidí hacerlo público para que quede registrado y no llevármelo sólo para la tumba», confiesa, Rey Morales.

Y añade:

«Fue la única ocasión en mi vida que pude estar tan cerca de Fidel e intercambiar durante unos minutos algunas palabras. Pude sentir su magnetismo personal impresionante y sólo lamento mi mala memoria que no me permite recordar a los demás compañeros que participaron en aquel acontecimiento y que no fueron más de diez o doce, bajo aquella lluvia pertinaz».

José Rey, Fidel y la UCLV

«Corrían los primeros días de octubre de 1963 y la provincia de Oriente estaba bajo el azote del enorme y terrible huracán Flora, en la zona de Santa Clara también llovía fuerte y algunos alumnos pertenecientes al grupo de Artillería, fuimos movilizados para preparar las aulas del edificio de La Facultad de Humanidades, con el objetivo de recibir evacuados de la zona.

» El día anterior, en la clase de Física y aprovechando la ocasión, el profesor Villar, conocedor y amante del tema de los ciclones, en el pizarrón y con tizas en colores nos dio una clase magistral sobre la mecánica de los ciclones, con letras y trazos a mano, con una precisión que envidiarían las computadoras actuales.

» Caminando por el pasillo de Humanidades con otro compañero, del cual no recuerdo el nombre, rumbo a la cafetería, al llegar al final del pasillo, llegan uno o dos jeep rusos de cuatro puertas y descienden dos o tres soldados y, ¡qué sorpresa! Teníamos delante de nosotros, a dos metros de distancia, a Fidel.

» En ese momento nos pregunta:

-¿Dónde está el Observatorio de la Universidad?

-Bueno aquí cerca hay un aula.

 » Y, a pasos largos, lo guiamos hasta el segundo piso donde estaba el aula observatorio. Allí existían varios equipos, entre ellos, un barómetro donde tratamos de apreciar la situación de la presión atmosférica producto del ciclón.

» En ese momento recuerdo la clase de Física y le digo:

-Aquí hay un profesor que sabe mucho de Ciclones.

-Bueno pues tráiganlo.

» Inmediatamente sale un compañero a buscar al profesor Villar, que por suerte estaba localizable. Fidel pregunta por un teléfono y pide una llamada a La Habana y el compañero miliciano que está de guardia en la pizarra telefónica, a la entrada de la Universidad, Ángel Colcho, se pone nervioso y le tumba la llamada a Fidel.

» Resuelto el problema, comienza a hablar, a mi parecer con Celia y le comunica que el Río Mayarí está desbordado y que la gente está protegiéndose encima de la placa del cuartel. Él dice:

-Yo conozco ese lugar y si eso es así aquello es muy grave, mira, que manden las rastras con comida para la entrada de Holguín, movilicen los Anfibios y que me esperen ahí.

» Terminó de dar otras órdenes y preguntó por el profesor. Villar le explicó las lecturas del barómetro y la física de los ciclones. Nosotros salimos y cerramos la puerta para que no los interrumpieran y se quedaron ahí un buen rato.

» Al final nos explicó la gravedad de la situación en Oriente y que iba para allá. Días después, por televisión explicando los acontecimientos del ciclón, Fidel dio al pueblo una explicación con los detalles que el profesor Villar le había enseñado.

» Por eso me gusta decir que por una hora Fidel fue alumno de la UCLV».

Para finalizar, José Reinerio Rey Morales, me aclara que dadas las circunstancias, en esta visita, Fidel estuvo acompañado solo de dos o tres guardias, y no de dirigentes provinciales o universitarios.

Ya en este punto, solo nos queda agradecerle, por la bondad de compartir su memoria.