Usted que me lee no creerá lo que le voy a decir, nunca he visto a mi entrevistada. Y es que coincidimos gracias a los cambios de planes que impone la vida.
Hoy el encuentro debía ser con otra persona, y todo estaba todo previsto, pero —como decimos en el gremio— se cayó la entrevista.
Ni cortos ni perezosos, hicimos una lluvia de ideas y rápidamente salió su nombre. Yo, en China. No la conocía, pero me dieron las mejores referencias.
Para rematar, ella no trabaja en la sede central de la UCLV, pero una llamada telefónica acortó todas las distancias.
«¿Una entrevista a mí? ¡Qué honor!», me contestó emocionada y todo lo demás fluyó vía WhatsApp.
Su nombre es Erlena Cruz Hernández y esta es su historia.
«Mi inclinación por las carreras de perfil pedagógico, surgió desde bien pequeña, con el juego. Sin embargo, lo que comenzó como un sueño de niña, se fue fortaleciendo hasta que se convirtió en realidad.
«Decidir entre tantas carreras pedagógicas fue difícil, pero no me equivoqué al seleccionar la Licenciatura en Educación Preescolar, porque los niños agradecen cada gesto, cada abrazo y cada minuto donde aprenden cosas nuevas. A los niños los convences con un cuento, los duermes con una canción y los alegras con el juguete más pequeño, y solo tienen esta oportunidad las educadoras de la Primera Infancia».
Sin embargo, iniciar los estudios en el entonces Instituto Superior Pedagógico “Félix Varela” en el año 2000, transformó sus aspiraciones.
«Durante los cinco años de la carrera, fui muy activa como estudiante tanto en la Unión de Jóvenes Comunistas como en la Federación Estudiantil Universitaria. En el segundo año de la carrera participé en el 8vo Proyecto Internacional Juventud Canadá Mundo y esta constituyó la mejor experiencia, que haya vivido, en todos los años de estudiante. Al terminar los estudios de pregrado fui Título de Oro y Mejor Graduada a Nivel de Instituto como Reserva Especial Pedagógica».
Vida profesional
Una trayectoria que le permitió incorporarse al claustro de Docentes del Departamento de Educación Preescolar.
«Ellos me habían visto crecer como estudiante y me recibían como una docente más. Este salto profesional me exigió elevar mi preparación, pues quienes habían sido mis profesoras y continúan siendo hoy mis compañeras de trabajo, gozan de un elevado prestigio en el entorno de la Educación Preescolar en Cuba.
«Cambiaba entonces la educación a los niños por la preparación integral de los futuros profesionales de la Educación Preescolar. Pero mantuve el principio, de que a los niños hay que educarlos con amor y así se los transmito a mis alumnas.
«A partir de ese momento comenzó el inagotable camino de la superación. Realicé la Maestría en Ciencias de la Educación. Mención Educación Preescolar y mi Tutora la Doctora Clara Luz Cruz Cruz, a quien agradezco todo mi crecimiento profesional, consideró que podía comenzar los estudios doctorales y matriculé en el Programa de Formación de Doctores en Ciencias Pedagógicas, defendiendo mi Tesis de Doctorado, en el año 2017.
«Ese año fue intenso para mí. Mi esposo fue a cumplir misión internacionalista a Venezuela por dos años, tenía que defender el doctorado, atender a mis dos hijos y dirigir el departamento; pero con la ayuda de la familia y mis compañeras de trabajo vencí esa otra etapa de aprendizajes.
«Hoy, aquel claustro de docentes, que primero me vio crecer como estudiante y que tengo el orgullo de dirigir como su Jefa de Departamento, me acompaña en la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones de profesionales de la Primera Infancia.
Lo apasionante de su vida profesional casi me aleja del verdadero motivo de esta entrevista: contar unas de las muchas historias de madres trabajadores de nuestra UCLV. Por eso insisto en conocer los vínculos entre su vida laboral y como madre de dos hijos.
«El magisterio es una profesión que enseña de todo un poco, pero otorga especiales herramientas para asumir con mejor preparación la más difícil profesión, que es ser madre. Estudiar una carrera pedagógica me ayuda a comprender mejor las características de las etapas del desarrollo de mis hijos, me permite ayudarlos a resolver una tarea y a estimular en ellos el estudio.
«Alguien me dijo un día: si sabes dirigir una familia, sabes dirigir mucho más. Creo que combino lo que voy aprendiendo de dirección con mi carácter y continúo preparándome para poder representar y dirigir al colectivo de docentes que represento.
«Ellos siguen recordándome que aun con el crecimiento profesional que he alcanzado, soy como aquella estudiante inquieta, activa, cariñosa y responsable, que llegó a la carrera Lic. en Educación Preescolar para quedarse, porque algo sí puedo asegurar, no lograría sentirme mejor en otro lugar».
Esta es de esas historias que llegan por azar, y Erlena el tipo de entrevistadas que todo periodista agradece. Su mérito no es ser excelente madre o abnegada profesional, sino el amor con que se entrega a cada nueva sorpresa que le regala la vida.