Nuevamente, la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV) rememora otro aniversario de la desaparición física de uno de los más emblemáticos cineastas de la pantalla grande cubana: Tomás Gutiérrez Alea. En esta ocasión, la cuna del arte universitario del centro de Cuba, hace un pequeño repaso reflexivo sobre una de las obras cumbres de Titón: Fresa y Chocolate.

La hora de romper con el estereotipo

En el año 1994, el periodista de Aceprensa, José María Aresté, comentaba en una de sus reseñas cinematográficas que, si bien, «el cine cubano no suele ocupar muchas páginas en los periódicos», con Fresa y Chocolate, tanto Gutiérrez Alea como Juan Carlos Tabío, lograron desatar la sutil alianza entre contrariedad y clarividencia.

Un filme que, per se, aglutina la característica crítica de la cinematografía cubana a la realidad circundante de la nación, convino a dar el traste entre tres ideas (hoy universales) contradictorias para su momento: política, amistad y homosexualidad.

La danza visible entre ideología, idealismos, anhelos, confusión y amor

De una forma u otra, Tomás Gutiérrez Alea logró recrear el cuento de Senel Paz, El lobo, el bosque y el hombre nuevo, convertido en guion por él mismo. Con una magistral efusividad en el arco de sus personajes, Titón (y luego Tabío) construyeron un filme sólido que apunta en diversas direcciones.

(…) la película no está tratando directamente el tema de la intolerancia frente a un homosexual, en realidad de lo que está hablando es de una intolerancia mucho más amplia. Está centrada en el homosexual, pero se puede entender como un problema que va más allá, trasciende el problema del homosexual y se convierte en un problema mucho más general. Entonces, ¿con quién dialogo? Pues con la gente que de alguna manera tiene que ver con esta situación, que son responsables de esa situación, de la intolerancia, de la marginación del que es diferente, de la no aceptación del que piensa con su cabeza.

(Tomás Gutiérrez Alea, En Chanan, 1996: 73)

Si bien, su tema principal escava el sustrato de la amistad, logrando que sea el epicentro de la profundización de los sentimientos; también explora otros tantos temas circundantes al estado social de su tiempo. De aquí que la defensa de la homosexualidad y el sentido de aceptación humana, en el discurso de Diego (Jorge Perugorría), aflore como un recurso en favor de la diferencia.

En el aniversario del fallecimiento de Tomás Gutiérrez Alea (Titón), la casa de altos estudios más multidisciplinaria de Cuba te invita a disfrutar de este filme, exponente preclaro de la calidad cinematográfica de la Mayor de Las Antillas.


Texto citado:

Chanan, Michael (1996), “Estamos perdiendo todos los valores. Tomas Gutiérrez Aleaentrevistado por Michael Chanan”, Encuentro de la cultura cubana, N°1.


Para descargar la película ► http://visuales.uclv.cu/Peliculas/Cubanas/1993_Fresa%20Chocolate/

Para visualizarla online ► https://youtu.be/Qrz37EyJ1oE

Más sobre el análisis fílmico-especializado de la obra ► Las paradojas de Fresa y Chocolate de Tomás Gutiérrez Alea