Aún faltan dos horas para que el sol despunte sobre las becas de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV) cuando un rostro de mujer recorre presurosa la pista de carreras del SEDER deportivo.
Son apenas las 5:00 a.m. y la jornada de la MSc. Tania Díaz Iglesias ha comenzado. Para la actual directora de la Residencia Estudiantil Universitaria cada mañana es una vuelta constante a unas aulas diferentes a las demás: las becas universitarias.
Edificio 900, una de las mayores residencias estudiantiles en la UCLV.
Raíces profundas y el abrazo de un «batey»
«Yo soy natural de Sancti Spíritus, pero mi infancia entera transcurrió en Villa Clara, en un pequeño batey del Central “José María Pérez”. Tal vez de esa vida rural en la que todo el mundo se conoce y nos tratamos desde la familiaridad ha devenido mi forma de ser y de actuar.
» Mi primer encuentro con las dinámicas de una beca fue en el IPVCE. En aquel entonces yo estudiaba en un grupo bastante pequeño y por ello, mientras los demás hacían jornadas productivas en el campo, a nosotros nos correspondía el autoservicio de los comedores, como parte del trabajo socialmente útil».
Equipo de la UJC, la FEU y la Dirección de la Residencia Estudiantil se prepara para el recibimiento de los estudiantes de primer año.
Un primer vistazo a la vida universitaria
«Cuando pedí la carrera de Ingeniería industrial siempre tuve en mente aquel central alrededor del cual se agrupaban los bateyes de mi infancia. Poco a poco me fui enamorando de la carrera por lo que realmente era.
» Siempre fui dirigente estudiantil. En aquellos años las facultades de Ingeniería industrial y Economía estaban unidas en lo que se conocía como la Indeco. De ahí mi pasión por la Facultad de Economía; mis recuerdos de estudiantes están grabados en las memorias de ese edificio: sus aulas, sus pizarras».
Proceso de elecciones de la FEU 2023 en las residencias estudiantiles.
Reuniones para organizar reuniones
«Recuerdo que cuando me gradué, mi primera impresión con la vida laboral fue al ser destinada a uno de los grupos de estudios cooperativos de la UCLV (como reserva científica), específicamente al que dirigía Víctor Figueroa.
» Aquel primer día de trabajo, Víctor me dijo ‹nos reunimos mañana para ver el día que nos vamos a reunir›. Desde ese entonces le tengo animadversión a las reuniones —sonríe—».
Estudiantes de años continuantes arriban a la UCLV rumbo a las residencias universitarias.
De investigadora a docente: el cambio hacia la academia
«Yo era alumna ayudante, pero cuando comienzo a impartir docencia lo hago en los cursos por encuentros. La mayoría de mis alumnos, a veces, me doblaban la edad.
» Es complejo aprender a enseñar. Los recién graduados no cambian de un día para otro su morfología psicológica ni su forma de actuar. Es un proceso lento y enriquecedor».
Arribo de estudiantes a las residencias universitarias de la UCLV.
Un ajiaco guajiro en las organizaciones
«Después de mis años de dirigente estudiantil, me mantuve, siendo ya profesora, como la secretaria de la UJC de la Facultad de Economía. De ahí al Comité universitario de la UJC.
» No sabría decir en qué momento sucedió el cambio, pero pasé de la UJC de la UCLV a ser la secretaria del sindicato en la facultad, de allí al Buró Universitario Sindical (BUS), y luego fueron dos intensos cursos como secretaria general del BUS».
Las “cenas de beca” constituyen uno de los principales espacios emulativos de las actividades de las residencias estudiantiles.
De vicedecana a directora de la DRE
«Hubo un momento en la universidad en que se dieron varios movimientos de cuadros, porque algunos compañeros saldrían del país a cumplir misiones internacionalistas. En ese entonces era la vicedecana de extensión de la Facultad de Economía e impartía docencia en varias carreras.
» Ahí fue cuando me dieron la tarea de liderar la Dirección de la Residencia Estudiantil (DRE). Decir que la DRE no es estresante es mentirse a uno mismo. Existe una tremenda diferencia entre ser cuadro de una facultad, donde todo transcurre en el día a día de la docencia, a dirigir a un grupo de trabajo muy diverso y tener a miles de estudiante bajo mi responsabilidad».
Las relaciones FEU-DRE son la calve para el funcionamiento de los procesos en las residencias estudiantiles, declaró la MSc. Tania Díaz Iglesias.
El alma de una residencia
«Yo creo que, más allá de los esquemas de trabajo y de organización que deben existir en nuestras residencias universitarias, el factor clave es la relación entre los estudiantes y la institución.
» El instructor educativo está llamado a dejar de ser la clásica persona de “la escoba y el trapeador” y reivindicarse como un verdadero actor educativo necesario para transformar, contribuir y cambiar la realidad de la beca.
Aún en los tiempos difíciles de la pos-pandemia, las actividades del Consejo de la Residencia Estudiantil Universitaria cobraban bríos gracias a su equipo organizador.
» El otro factor clave son nuestros estudiantes. El joven universitario de la UCLV —me atrevo a decir— es lo mejor de la juventud villaclareña y —¿por qué no?— también cubana. Y entre ellos la diversidad es riquísima: tenemos desde los que no se preocupan por nada de sus becas, hasta los que parecen directores de las residencias.
» Y ahí está la clave del éxito: en el diagnóstico que realizan los instructores educativos, en el estudio de las individualidades, ver las particularidades del comportamiento y sus orígenes. Detrás de cada joven pervive un sinfín de contextos y en esta visión integral se basa nuestra labor.
» Es imposible que las estructuras de la residencia funcionen si no se da una expresión de unión entre la institución y las organizaciones que representan a los estudiantes. En ese convivir es donde ganamos la batalla».
En las actividades comunes al servicio de los estudiantes no caben diferencias, todos somos servidores.
Retos complejos del día a día
«La beca nunca descansa. Nosotros no tenemos horarios de trabajo, nuestra vida es el horario en sí. Cuando va cayendo la tarde y las actividades docentes en la UCLV concluyen, las residencias comienzan a vivir en sus estudiantes.
» Nuestro trabajo se basa en la máxima del servidor público: ‹quien no vive para servir, no sirve para vivir›. Sabemos que existimos no solo para nosotros mismos. Quien no sea capaz, al finalizar su día, de ver hacia atrás y contar los momentos en los que fue útil, no debería irse, aún, a dormir».
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Una sonrisa caribeña escapa prófuga tras un escritorio. Toca con el dedo índice su reloj dando la señal de que el tiempo apremia. Se levanta y toma un casco, monta sobre la conocidísima “motorina de la beca” (que lleva años siendo medio de transporte, auto de carga y equipo de respuesta rápida) y se aleja presurosa, pues ya son las 5:00 p.m., y la beca nunca descansa.
MSc. Tania Díaz Iglesias, directora de la DRE.
