Con su libro en mano lo cuenta todo. Es un material con un grosor, solo comparado con la extensa historia de uno de los centros de investigación más reconocidos en la UCLV, el Centro de Bioactivos Químicos.

Orgulloso de haber sido su primer director durante más de 20 años, el Doctor en Ciencias Nilo Castañeda Cancio no titubeó frente al Comandante en Jefe Fidel Castro al hacerle la petición de constituir el centro, quizás por su estirpe de líder, probada en cuanto cargo político y administrativo asumió.

«Actualmente estoy jubilado, pero sigo trabajando en el CBQ en un contrato parcial. Llegué a la UCLV por asignación y aun así creo que es lo mejor que me ha pasado en la vida profesional. Me gradué en Alemania y mi boleta llegó en el CENIC, mientras que la de un compañero mío de La Habana llegó aquí. Decidimos intercambiar para tener cercanía y desde ese momento me he quedado para siempre en Santa Clara», aclaró Nilo.

¿Cuándo y cómo fue su comienzo?

Comencé el 1 de diciembre de 1970 y cuando llegué la primera tarea que asumí fue dirigir alrededor de tres meses la Juventud de la Facultad de Ciencias, porque después dirigí el Sindicato de Química, trabajo que en aquellos momentos era muy fuerte, había una emulación activa entre las diferentes escuelas, había saltos de una sección sindical a otra, juegos deportivos, en fin, todo era muy dinámico.

Cuando ya tenían más o menos 11 meses me dieron la posibilidad de dirigir la Escuela de Química, que en aquel momento era la segunda en tamaño en la universidad, tenía 120 trabajadores en ese entorno. Una semana después de ser director comenzó la docencia- producción, siendo Benito, Rector, y Eustaquio Remedios, Vicerrector Docente. Con ellos tuve discusiones muy fuertes. Esa responsabilidad duró hasta 1976.

Esta tarea fue de gran complejidad ya que había estudiado en el extranjero, tenía solo 21 años y comenzaron a desarrollarse tareas nuevas como la vinculación docencia-producción y la Dirección de la Comisión Nacional de Planes de Estudio en Química.

Fue difícil porque yo era muy joven y mi subdirector docente tenía 62. Allí realicé un trabajo arduo hasta que se eliminaron las estructuras de Escuelas en el 1976 y en esa etapa incursioné en labores administrativas como Jefe de departamento y Vicedecano.

Cumplió misión como profesor en Nicaragua

En 1985 cumplí misión durante dos años como profesor en Nicaragua. Eso siempre lo había anhelado, pues me había formado en pre y posgrado en el extranjero, en la RDA, gracias a la Revolución y quería hacer una contribución también aportando desinteresadamente mis conocimientos en el extranjero.

Cuando regresé de la misión ocupé durante un tiempo responsabilidades administrativas, también pertenecí el BUS, allí atendí Protección e Higiene en el tiempo en que Luis Gómez era Rector.

Como parte del BUS…

Trabajé en el frente de Protección e Higiene del Trabajo, labor para la que mi formación de químico sirvió de mucho. Uno de los aspectos a los que le tuve que dedicar más tiempo fue a la seguridad de los almacenes, surgiendo de mis opiniones el almacén de reactivos explosivos e inflamables con sus 32 pararrayos para evitar los rayos. De forma adicional atendía los comedores y transportes. Esto me sirvió para conocer mejor la vida universitaria.

¿Cuál fue el germen del posterior surgimiento del CBQ?

Del 77 al 80 hice el Doctorado en la Universidad de Roston, Alemania, y a mi regreso me vinculé a la parte de investigaciones, tratando de desarrollar productos a partir de los desechos de la cosecha de caña de azúcar. Entonces en el 81 creamos el Grupo Multidisciplinario de Aplicación de Bioactivos Furánicos, que tenía profesionales de la Facultad de Ciencias, es decir, de Química, de Ciencias Agrícolas, de Ciencia Animal, y colaboradores de la Universidad de Santiago, de la Facultad de Medicina de Ciego de Ávila, del Pedagógico de Manzanillo y del Pedagógico Varona de La Habana.

Todo eso confluyó en que pudimos hacer un grupo de investigaciones bastante amplias, pero no suficientes. No eran comprendidas por todos los niveles. Esos no eran resultados que se obtenían de hoy para mañana y se quería que tuvieran un resultado rápido. En esa batalla tuvimos acceso a través del Doctor Gustavo Sierra y Concepción Campa al Comandante en Jefe.

Gustavo en una etapa anterior era mi secretario del Partido y yo fui su jefe de colectivo y después durante 10 años no nos vimos hasta que en los primeros meses del 90 contacté con él para los preparativos del centro, él estaba de segundo del Instituto Finlay. Enseguida nos mandó a buscar el 6 de noviembre del 90 y ya el 4 de diciembre nos mandó a buscar Fidel.

¿Cómo fue ese momento de contacto directo con el Comandante?

A Fidel llevé, no como condición sino como posición, que nosotros queríamos que el centro se desarrollara en la UCLV, no en La Habana. Nuestra Universidad tenía posibilidades materiales y humanas para desarrollarlo. Fidel allí dijo que este era el polo 21 de la Industria Médico-Farmacéutica en Cuba, 20 en La Habana y uno en la UCLV. Todavía hoy la única planta productora de nuevos medicamentos por síntesis química es la que tenemos nosotros.

Fuimos el grupo que formaba parte de la dirección. Éramos siete y nos reunimos con los siete de la otra parte de la mesa, una reunión histórica para nosotros. Fue muy fuerte. Me tocó a mí estar parado las cuatro horas discutiendo muy seriamente sobre las investigaciones, pero sobre todo la idea de hacer el centro. Queríamos apoyo y lo convencimos, de ahí salieron un grupo de exigencias de que el trabajo tenía que ser a ciclo completo, es decir, la investigación llevaría la producción y la comercialización. Eso sirvió para lo que hoy tenemos como centro.

Aunque he mantenido excelentes relaciones con todas las personas, he sido conflictivo al punto de defender a capa y espada una opinión como la que terminé defendiendo ante Fidel, y de decirle: Comandante, no estoy de acuerdo con lo que está planteando. Al final él me pasó el brazo por arriba y me dijo: Tú sabes que tiene la razón.

Recuerdo que Gustavo me dijo: Oye pasaste la prueba de la autoclave, ahí hay Ministros que se han «cagado», dijo textualmente.

Entonces, ¿cuándo surgió exactamente?

Surgió el 4 de diciembre del 90, 20 años después de mi entrada a la UCLV. Ya en el 2010 el centro se estableció como una unidad presupuestada diferenciada, tiene un presupuesto diferente a la UCLV, algunos aspectos comunes.

El CBQ no existía, solo tenía una silla de 1970. Cuando nos reunimos con Fidel se prioriza la construcción de la fábrica en la zona de potreros. Lo que se hizo fue una remodelación del edificio de ciencias. Ahí era donde estaba el laboratorio inicial nuestro de síntesis, en el que se hacían esos productos, no había más nada, pero fue extendiéndose hasta tener todo el segundo piso.

En la parte de Ciencias Agropecuarias, en el edificio del CIAP, teníamos el laboratorio de microbiología pequeño y un laboratorio en la planta baja. Todo eso se remodeló y la segunda planta y una parte de la planta baja era para nuestro centro. Tenemos un triángulo. Aquí el área de dirección y química farmacéutica, allá el área biológica y el área productiva. Tuvimos que hacer un número de obras inducidas para no afectar las diferentes facultades y por eso hay tres lugares hoy.

Quizás de ese sacrificio salió el título del libro que publiqué con Zenaida sobre la historia del centro, Sueños convertidos en realidad. Cuando aquello era un sueño, éramos inexpertos, no teníamos la suficiente formación integral para poder tener lo que hoy tenemos. Hubo que estudiar mucho, hubo que trabajar mucho, hubo que integrase, hubo que colaborar.

El hecho de que nuestra universidad fuera la más multidisciplinaria del país nos ayudó en gran medida, prácticamente tuvimos relaciones con todas las facultades, con especialistas, e incluso, estudiantes. En el primer quinquenio tuvimos casi 200 trabajos de diploma, de los 407 que hemos dirigido, lo cual fue un tesoro enorme. Ya hoy el centro está consolidado.

Lo más relevante del CBQ…

El desarrollo de un producto con características antibióticas que no reconoce resistencia a las bacterias, que son un flagelo para la humanidad. Se logró por el ciclo completo tener tres registros farmacéuticos. Se logró la planta de producción que tiene hoy una licencia de producción por cinco años, una de las pocas en el país que tiene este tipo de licencia y eso se ha debido a un trabajo muy coordinado de todos los trabajadores, de todas las organizaciones del centro.

Yo salí hace seis años de director del centro con una labor ininterrumpida desde su fundación y ha seguido funcionando. Desde el 2010 con Zenaida, alumna mía cuando terminé el doctorado en el 80, ahí seguimos vinculados por amistad familiar, formación política y de masas como secretaria del sindicato, del PCC, perteneció al Comité del PCC, fue subdirectora mía y directora. Fue natural asumir la dirección del centro, pues no fue algo forzado, ella conocía perfectamente el centro. Trabajamos muy ligados. Esa es una de las razones que me han mantenido vinculado al centro por contratos determinados.

Todo lo que ha hecho el centro es un agradecimiento a Fidel como decisor en su creación

Al extremo de que el 4 de diciembre del año antes pasado cuando se cumplió el aniversario 25, sacamos cuatro versiones en formato grande del libro que cuenta la historia del CBQ. Uno para él, uno para Gustavo Sierra, que fue el que le llevó la idea, y uno para cada autor. Gustavo fue el que escribió el prólogo, hizo la presentación en el aniversario y estableció el compromiso con el colectivo de entregárselo personalmente.

Han sido un conjunto de años muy tensionados pero muy bonitos, porque uno ha podido aportar a la sociedad. Esto le ha dado lauros a la Universidad igual que el CBQ, reconocimientos internacionales, un número de publicaciones de corriente principal muy grande, la Medalla de Oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que fue en esos momentos la segunda del país, después de la de Finlay con la vacuna antimeningocóccica.

Aquí te muestro el documento que llevaba y con el que tuve que discutir la fundamentación de la fábrica en papel recuperado y confeccionado en el viaje para La Habana. Tuvimos que explicarle taller por taller qué hacía falta. Ya cuando él se convenció, después de un ablandamiento, se sintió con confianza, entonces abordó la idea con fuerza y nos dejó detrás. Por ejemplo, yo iba con un gran miedo para pedirle una fábrica y cuando acabe me dijo que una no, cinco. Y hoy del SEDER para allá en el área perimetral del CBQ de la planta de producción, está la primera fábrica con su infraestructura necesaria, pero está la de cuatro fábricas más. Está toda la microlocalización y todos los cables eléctricos y tuberías de agua para otras cuatro plantas. Esa fue la indicación, pues no era amigo de grandes fábricas sino de la multiplicación de pequeñas fábricas.

Como el nivel de conversión del producto es tan grande con un poquito de polvo amarillo sale cualquier cantidad de G-1, producto principal del cual sale el Dermofural, el Keratofural, el Bitrofural. Ese producto fue con el que nosotros empezamos en los años 70. Un papel importante lo tuvo Goizueta, de ahí sale la G, él fue el primero que comenzó los trabajaos con el producto, cuando aquello todavía el producto era verde, echaba humo, hoy tiene una pureza por encima del 99%. Se ha estudiado en los Estados Unidos, Canadá, Europa y Cuba y ha recibido muchos premios.

Pero el camino no ha sido fácil

Para nada. El registro humano lo vinimos a tener en el 2007 y los primeros tratamientos de los primeros pacientes en el primer ensayo los llevé al Congreso del PCC en el 91. Con las fotos de los pacientes tuve que explicar durante media hora al lado de Fidel al pleno del Congreso y vino a registrarse en el 2007. Yo me había reunido con él en el 90. El tema de los medicamentos es complicado. Eso tuvo una repercusión tan grande que Balaguer, entonces Ministro de Salud, indicó que el registro se le entregara al centro en acto público solemne y la participación de directivos del país, la provincia y la UCLV. Lo hicimos en la planta.

No obstante, puedo decir que se ha mantenido en el tiempo la secuencia de trabajo. La entrega del batón fue en el momento oportuno, fue asumido por personas que han sabido mantener la continuidad. Hoy los tiempos del apoyo a la ciencia no son como cuando comencé.

A pesar del éxodo de profesionales se ha fortalecido el grupo de trabajadores que tienen que ver con la formación económica en el centro. Se ha solidificado y se ha ganado un merecido prestigio, por lo que hemos tenido que ampliar el diapasón. Se han desarrollado otros campos interesantes y promisorios en los servicios científico-técnicos, productos naturales, cosmecéuticas, materiales de la construcción con productos biológicos, enorme esfuerzo por mantenerse como centro puntero como siempre ha sido.

El centro no está en una burbuja. La máxima dirección del país nos creó para resolver problemas nacionales y exportarlos. El Bitrofural es el 1-2 a nivel mundial en su campo, hay artículos publicados que dicen que es mejor que el americano, se ha exportado desde el 2000 por parte de un gran número de fábricas.

Desde la UCLV hacia afuera…

Tuve una vida política muy fuerte, estuve un tiempo en el Comité Provincial del Partido, fui fundador del Comité del Sindicato de la Ciencia en la provincia, fui coordinador del grupo de fármacos del polo cuando se fundó en Villa Clara, pertenecí en tres mandatos a la asamblea nacional, pertenecí a la academia de ciencias desde que era comisión de la academia, después académico titular y académico de mérito. Quedó poco tiempo porque adicionalmente hice todo eso con mi tarea principal de dirigir el CBQ. Dentro del mismo trabajo del parlamento está el trabajo en las comisiones, un territorio que atender ya fuera en Santa Clara o Ranchuelo, que fue donde me eligieron. Ha sido muy tenso haber podido mantener la familia en esas condiciones.

En la Asamblea Nacional

Fui diputado académico y, por tanto, he sido un fruto de la Revolución donde la universidad ha tenido un papel importante en mi formación integral. Permanecí en la primera legislatura a la Comisión de Salud y en las dos restantes a la Comisión de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente. Esto lo considero un gran reconocimiento y me fue de gran utilidad para mi trabajo al frente del CBQ. Tuve el privilegio de ser uno de los primeros diputados de la UCLV hasta ese momento.

¿Su salida de la UCLV fue determinada o indeterminada?

Pedí la liberación porque mi esposa me necesitaba, cuando ya había mejorado coyunturalmente apareció una solicitud de Mozambique, me aprobaron que fuera y cuando terminé el primer año regresé enfermo, me traté y volví a la misión para terminarla. Cuando cumplí los 65 pedí la jubilación, cuando regresé pedí ya la salida, que fue determinada no indeterminada y me he mantenido vinculado al centro, sobre todo, la parte del trabajo científico.

¿Qué ha sido la UCLV para usted?

Para mí ha sido todo, aquí conocí a mi esposa, aquí me he visto realizado como docente e investigador. También me dieron la categoría de Profesor de Mérito de la UCLV, paralelo con ello el Académico de Mérito de la República de Cuba.

Aquí estudiaron mis hijos, incluso, mi hija trabaja en el CBQ. En definitiva, ha sido lo máximo desde el punto de vista profesional, personal y revolucionario. No solo he sido trabajador de filas, menos la Federación y los Pioneros he dirigido todo.

¿Cómo ve la universidad hoy con respecto a etapas anteriores?

La universidad ha tenido un vuelco muy grande en la docencia y las investigaciones. Se ha considerado que está entre las tres primeras y eso es la visibilidad científica y tecnológica, con los centros que han surgido, las investigaciones realizadas. Hay temáticas en las que somos líderes nacionales, en las que se escribe mucho internacionalmente de nosotros, en materiales, tecnologías.

Evidentemente hoy la situación universitaria es compleja. Está en riesgo la estabilidad de los profesores y formar un universitario cuesta dinero y tiempo. Igual ocurre para formar un doctor, y ese es un gran reto que tenemos a nivel de país y de universidad. Por lo tanto, la UCLV tiene un plan de formación acelerada para recuperar los doctores.

Nilo no abarca en sus respuestas toda la obra que ha realizado. Su lenguaje claro y directo, el mismo con el que le habló a Fidel, no admite edulcoradas descripciones como sí innegables méritos que lo hacen grande, tanto dentro como fuera del centro, ese que escogió para entregar su vida.