Lejos estarían mis intenciones de recomendar en esta sección alguna obra de difícil acceso. Por este motivo, casi siempre me decanto por alguna que otra publicación exhibida en las más recientes Ferias del Libro por editoriales cubanas. Sin más, les ofrezco mis diez razones para leer Las intermitencias de la muerte de José Saramago, publicada por la Editorial Arte y Literatura.
1-El portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura en el año 1998, resulta uno de los más grandes escritores de los últimos tiempos. Entre sus textos de mayor renombre se encuentran Historia del cerco en Lisboa (1989), El evangelio según Jesucristo (1991) y Ensayo sobre la ceguera (1996).
2-Los sucesos que se desarrollan en Las intermitencias de la muerte (2005) parecen encausados a incentivar la reflexión de los lectores sobre uno de los temas más controvertidos, temidos y evadidos por la humanidad: el miedo a perder la vida.
3-En una primera parte de la historia, la trama se centra en un país indeterminado donde los habitantes, de manera repentina, dejan de morir, hecho que da lugar a una sucesión de conflictos y retos tanto para las propias víctimas de esta “plaga de inmortalidad” como para el propio narrador.
4-Instituciones como los negocios funerarios, la iglesia, las compañías de seguro, los asilos, hospitales, el gobierno, entre otras, se ven obligadas a reformar sus políticas y buscar nuevas estrategias para enfrentar tan catastrófica situación.
5-En medio de la crisis, el crimen organizado intenta sacar provecho, demostrando la habilidad con que cuenta dicha agrupación delictiva para colocarse un paso por delante de los que, supuestamente, dirigen al país.
6-Las actuales circunstancias le sirven de pretexto al portugués para desenmascarar a la sociedad moderna, la cual se empeña en ocultar su verdadera naturaleza en medio de incontables formalismos y actitudes hipócritas.
7-La segunda parte se centra en la muerte como personaje. A diferencia de la idea de Marcel Proust, Saramago no la imagina como una mujer gorda vestida de blanco, sino como una calavera que vive en un salón lleno de archivos. Así mismo, plantea la hipótesis de la existencia de muertes múltiples que se organizan mediante jerarquías, todas al servicio de la Muerte, con mayúscula, esa que un día pondrá término a Todo.
8-Saramago, previendo posibles preguntas, transforma el intercambio narrador-lector en una especie de diálogo, donde el propio personaje que nos está contando los hechos se contradice, se interroga y, finalmente, ofrece respuestas que pueden ser convincentes o no.
9-El Premio Nobel emplea un método de escritura diferente, anárquico en apariencia, pero solo en apariencia. Así que no se sorprenda el lector si no encuentra puntos finales donde los debe haber, o los dos puntos y guiones que anteceden al diálogo, o las mayúsculas en los nombres propios.
10-No obstante, es solo cuestión de adaptarse a los códigos a través de los cuales se comunica con nosotros el autor, para que podamos disfrutar de una interesante y muy entretenida novela.
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Por Miguel Angel Castiñeira García, estudiante de Periodismo