1-El jardín de las dudas es una novela del intelectual español Fernando Savater, publicada en 1993 y finalista del Premio Planeta ese mismo año.

2-La novela es una recreación mediante cartas de la vida del filósofo francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire (1694-1778), y el intercambio que este establece con la francesa Carolina de Beauregard, condesa de Montoro.

3-Savater se basa para la escritura de esta obra en su amplio conocimiento del filósofo parisino, y sobre todo, en elementos directos tomados de textos del grande ilustrado como Edipo, Cartas inglesas o filosóficas, Cándido o el optimismo y su inmenso epistolario, especialmente, estos dos últimos recursos.

4-El contexto es la Europa ilustrada del siglo XVIII. Ella, mujer madura pero joven y bonita, casada con un noble español y radicada en Madrid; él, anciano, muy enfermo, casi en el ocaso de su vida, exiliado en el pueblo de Ferney, Ginebra. El período histórico es entre 1775 y 1778, atendiendo a que el filósofo radicó en el poblado fronterizo con Francia a partir de 1775 y muere en 1778, ya que Savater no especifica el año exacto.

5-El intercambio epistolar comienza con un pretexto, el supuesto encuentro hacía 20 años atrás entre la noble dama y el ilustre pensador. El libro abre con la misiva que le escribe la condesa a Voltaire —excelsa seguidora de sus escritos y gran admiradora de su personalidad— solicitándole intercambio escrito. A partir de aquí transcurre la trama de la novela postal. Al principio las cartas presentan igualdad en el volumen y solo se debaten en preguntas de la honorable señora y contestaciones del filósofo. Hacia la mitad del texto Voltaire toma protagonismo y no solo aumenta sus escritos con respecto a la dama, sino que comenzará a contarle sobre otras cuestiones que la condesa no interroga. En la última parte del libro se encuentra más el filósofo y humanista que el escritor.

6-Solo dos personajes le bastan a Savater para desarrollar la trama. Tal parece que es el propio Voltaire quien “habla”. El autor se introduce en la subjetividad del ilustrado y desarrolla un lenguaje, sino igual, muy similar al francés. Esto lo podrán constatar quienes hayan leído previamente a Voltaire y se aventuren a leer la novela.

7-Abunda un rico lenguaje literario pero con el discurso directo, como caracterizaba elaborar sus textos el francés. Voltaire, ora filósofo, ora ilustrado, ora intelectual, ora académico, ora enciclopedista… destacó especialmente como escritor, y sus obras además de tratados filosóficos son verdaderas piezas literarias.

8-La idea del título viene de aquella sentencia del intelectual rumano Emil Cioran, donde exponía, “los salones del XVIII fueron jardines de dudas”, haciendo clara referencia a la Ilustración, en el sentido de que todo fue creación y belleza nunca antes vista pero a partir de la incertidumbre, del dudar la realidad existente.

9-El libro además de recrear aquellos iluminados tiempos, ofrece una magnífica biografía de Voltaire y responde interrogantes como ¿quién fue este hombre?, ¿cómo se desarrolló? y ¿por qué llegó a ser lo que fue? También facilita un profundo recorrido por los principales protagonistas históricos de ese siglo, habla de sus pueblos, su cultura y gobiernos, ilustra las guerras y batallas, esclarece dudas con respecto a dramaturgos, poetas, filósofos, pensadores, científicos, artistas, intelectuales, escritores, dioses, religiones, etc.

10-Por supuesto, la disputa Rousseau vs. Voltaire se encuentra a lo largo de toda la novela. En el caso personal, simpatizamos más con el ginebrino que con el parisino; aquel más comunitario con sus teorías del contrato social y las tesis educativas de Emilio; este más ilustrado e irónico, individual y subjetivo… aunque, parafraseando al propio Voltaire, el ser humano debe sentir orgullo de sí mismo, de igual forma que siente orgullo de sus miembros reproductores, ahora eso sí, debe tenerlo cubierto.

Por Haylen Martín Reyes Martín, profesor del Departamento de Marxismo.

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