Aunque el arte se ha encargado de romantizar las adicciones a las drogas y a muchos más que la curiosidad les pica la moda, el consumo de drogas representa un problema social complejo y multifactorial que continúa mostrando una tendencia al incremento. Desde el punto de vista social constituye una contrariedad debido, no solo al impacto en la salud física y mental del individuo, sino por el deterioro social que sufre la persona adicta y las tensiones que genera en su entorno.
El consumo de drogas da lugar en muchas ocasiones a otros problemas sociales como el vandalismo, el tráfico ilegal de estas sustancias, la transmisión de ITS, la prostitución, además de aumentar los problemas psicosociales que como consecuencia del consumo sufren los sujetos.
Veamos qué opina al respecto la psicóloga Dr. C. Evelyn Fernández, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.
¿Qué factores sociales, emocionales y psicologicos pueden llevar a una persona a la adicción?
La dependencia es la prueba de la fragilidad humana. Mientras nos creemos capaces de burlar a la suerte, el camino nos conduce a convertirnos en títeres de nuestra propia flaqueza.
«Los motivos por los cuales una persona puede volverse adicta son múltiples. En los contextos donde las drogas son legales es normal el consumo social de las mismas por lo que las personas no lo identifican como un problema social y consumen sin advertir que caen en la dependencia.
»En otros contextos puede deberse a problemas o situaciones que desbordan sus recursos personológicos y superan su capacidad para enfrentarlas. El individuo se refugiá entonces en el consumo de una determinada sustancia como forma de evasión. El medio para salir de los problemas, es la causa más común.
»Generalmente estos problemas al ser evadidos en lugar de afrontados crean un círculo vicioso: las complicaciones lejos de desaparecer se multiplican y el paciente se vuelve cada vez más dependiente y se vale de cualquier pretexto para consumir.
»Una de de las causas más habituales que llevan al consumo es la inclusión social; la persona busca la aceptación de un grupo o lograr determinado estatus dentro del mismo. Esta conducta es muy común entre los jóvenes, que muchas veces acuden a las drogas buscando popularidad y experimentar emociones fuertes.
»Posteriormente, lo que comenzó como un incentivo a la diversión o una estratega de admisión, muchas veces se sale de control y termina en el rechazo del mismo grupo y la enajenación del individuo. En lugar de identificar a los efectos de las drogas como los causantes de su situación, el adicto achaca todos sus problemas a su naturaleza o carácter y en consecuencia aumenta el consumo.
»Otra situación puede darse por la adicción a sustancias que mejoran el rendimiento en determinada esfera como el estudio o el deporte. La persona comienza a consumir buscando una superación personal, este consumo se vuelve más frecuente hasta ser imprescindible para el logro del éxito. La gama de situaciones que desembocan en la adicción es amplia y varía según la persona y el ambiente en el que se desarrolla. Un elemento que une todas las historias son las consecuencias graves y, muchas veces, contrarias al propio motivo del inicio del consumo».
¿Cuáles son estas consecuencias para el individuo?
El precio a pagar por los instantes de euforia es más prolongado y fatal. La deuda que comienza sutil termina, no pocas veces, con la vida.
«Todo consumo de sustancias tiene repercusiones para el sistema nervioso central, genera insomnios, dolores de cabeza, temblores, convulsiones, depresión, conductas suicidas, alucinaciones, por solo mencionar algunas. En el aparato digestivo las consecuencias pueden ser desde inflamaciones en la lengua, esófago y estómago, diarreas, ulcera, hasta cáncer gástrico de la boca y el esófago, lesiones sobre hígado y páncreas. Las afectaciones cardiovasculares tampoco son despreciables, causa trastornos serios de las funciones sexuales tanto en el consumo agudo como crónico.
»Las consecuencias físicas aunque son muy graves, en ocasiones son superadas por las consecuencias psicológicas y sociales. El uso abusivo de sustancias produce irritabilidad y agresividad por lo que las relaciones sociales del consumidor se deterioran, comienza el recazo por parte de los amigos y la familia que muchas veces entra en conflicto al no saber manejar las situaciones.
»El consumo puede impulsar al individuo a incurrir en conductas antisociales, vandalismo, violencia o autolesiones, generalmente impulsadas por la misma búsqueda de las sustancias. Sucede que la falta de crítica acerca de la problemática en cuestión lleva al adicto a buscar justificaciones y no soluciones. La persona entra en un bucle de situaciones que no puede controlar y termina alejándose de todo aquello que le resultaba agradable y sacrificando sus relaciones interpersonales por mantener el consumo.
»Otras consecuencias de la que se tiene poco conocimiento y muchas veces es tergiversada por creencias sociales son las que atañe el consumo para la vida sexual. La cocaína, por ejemplo, es considerada un estimulante sexual; sin embargo, tiene un efecto pasajero. El consumo habitual de cocaína disminuye el deseo sexual y ocasiona problemas de erección y eyaculación en los varones, pudiendo llegar a producir impotencia e infertilidad. Añadir que en estos casos la mayoría de los consumidores no reconocen que estas son consecuencias de las drogas y culpan a otras personas o buscan las causas de sus problemas en creencias erróneas».
¿Qué hace de los jóvenes el grupo social más vulnerable a las adicciones?
Te buscas y en el intento de alcanzar la máxima autenticidad quedas vagando en la mente de un ser que ya no eres tú y ha destruido tu vida.
«La adolescencia y la juventud son etapas del desarrollo individual en las cuales se da en el individuo una serie de cambios importantes que forman las características de su personalidad. En estas etapas se experimentan muchas situaciones que son nuevas para el sujeto y aumenta el deseo de conocer más del mundo y probar nuevas experiencias. También en el caso de la adolescencia es una etapa en la que transcurre un período de crisis y contradicciones psicológicas, en la que el grupo social es muy importante y lo que sea popular dentro del grupo es un patrón a seguir.
»Todas estas cuestiones hacen de los adolescentes y los jóvenes un blanco fácil para las drogas, además del desconocimiento que muchas veces se tiene en estas edades de las consecuencias negativas del consumo de las mismas. También es importante el entorno social en el que se está desarrollando el adolescente o el joven, la accesibilidad al consumo y la reacción social ante este.
»Es válido mencionar que las costumbres y tradiciones imprimen unas características que diferencian a unas culturas de otras y, por tanto, afectan la conducta del individuo. Las drogas son un espejismo; la falsa promesa de la felicidad instantánea, el éxito inminente, el refugio. Somos humanos y aunque siempre optamos por la salida fácil, el camino más corto y la emoción más fuerte, también somos capaces de rectificar, analizar y decidir».
En la UCLV se desarrolla el Programa Nacional de prevencion del Uso Indebido de Drogas con más de 10 años de experiencia en el tema. Jornadas universitarias, conferencias especializadas, paneles de expertos, jornadas de promoción de salud y muchas otras actividades realizan los estudiantes y profesores de la carrera de Psicología en pos de educar y acompañar a la comunidad universitaria en la prevención de adicciones. El Centro de Bienestar Universitario (CBU) es el sitio idóneo al que todos podemos asistir en busca de ayuda o información.