Por: Vladimir Hernández Meneses, Secretario General del Comité Universitario de la UJC

Hace tan solo 4 días iniciaba el ajetreo cotidiano en nuestros campus y compartíamos las tantas razones para celebrar que nos trae este reencuentro: las nuevas amistades, el 33 aniversario de nuestro multipremiado Conjunto Danzario “5 de diciembre”, los aniversarios de los natalicios de Marta Abreu y Félix Varela, la celebración desde la nueva normalidad del Día del estudiante, el compromiso eterno desde nuestro homenaje al comandante en Jefe, el aniversario de nuestra universidad, y se suma ahora el recibimiento de la Distinción “Centro Joven por la Vida”, otorgada por el Comité Nacional de la UJC, distinción que recibimos con mucha satisfacción pero sobre todas las cosas con el reto de superar en cada jornada nuestros resultados de trabajo.

Nuetros jóvenes han protagonizado y escrito páginas imborrables de nuestra historia, como lo hicieron aquéllos en el Moncada, en la Sierra, el llano, en la Campaña de Alfabetización, Girón y otros tantos momentos. Hacía falta un colosal acontecimiento para demostrar el valor, compromiso, y sentido del deber, de una juventud que sabe cumplir con el llamado de la Patria y cumplir con el legado político del comandante plasmado en su concepto de revolución cuando decía y cito:

«es sentido del momento histórico, modestia, desinterés, patriotismo»

El reconocimiento eterno para nuestros estudiantes, jóvenes trabajadores y a esos no tan jóvenes que con la humildad y firmeza revolucionaria que les caracteriza fueron ejemplo de abnegación, y también para esos héroes anónimos que desde su puesto de trabajo, en una cocina, al lado de una turbina, transportando o mejorando nuestra infraestructura, nuestro reconocimiento y fuerte aplauso.

Muchos de los jóvenes que hoy recibieron su título de graduados en el Diplomado de Formación Básica de Profesores Universitarios, llevaron al unísono su desarrollo profesional y la disposición de salvar vidas.

Ese es el hombre nuevo del que habló el Che, y nuestra universidad comprometida siempre con su pensamiento, supo quitarse la toga para vestir su mejor traje de campaña.

La distinción que hoy recibimos es resultado de esa unidad inquebrantable entre el partido, el sindicato, la dirección institucional, la FEU y nuestra UJC. Y sobre todas las cosas resultado del trabajo político ideológico y esa formación integral que recibimos quienes transitamos por esta institución de pueblo, pintada de negro, obrero, mulato, blanco y campesino.

Por esta institución que cercana a sus 69 años se siente joven por la alegría y dinamismo de su comunidad, una casa de altos estudios que supo y sabrá siempre dar su aporte si se trata de salvar vidas, una universidad que cercana  a sus 70 años, en vísperas del 60 aniversario de la UJC y rumbo al centenario de la FEU continúa orgullosa de su pasado, comprometida con el presente y abierta hacia el futuro.

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