La nueva Carta Magna cubana ha reconocido de forma explícita el principio de pluralidad familiar y por ello, el anteproyecto de ley del nuevo Código de las Familias, desde los afectos, es el Código en el que estén reflejadas las familias de todos los cubanos y cubanas, con disfunciones, contrariedades, pero también armonía y afecto.

Este anteproyecto pretende, con un sentido inclusivo, el amparo de los derechos de todas las personas en situación de vulnerabilidad, niños, niñas y adolescentes, personas adultas mayores, personas en situación de discapacidad, personas que sufren violencia familiar y violencia de género en todas sus formas.

Es el Código de mujeres, hombres, niños, niñas, ancianos, ancianas, que han construido la nación cubana y que siguen apostando por ella. La Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas es parte de este proceso, y sobre él conversamos con miembros de nuestra comunidad.

Alejandro Gavilanes, profesor del Departamento de la Carrera de Periodismo

«El Código de las Familias es un documento perfectamente ajustado a las normas constitucionales vigentes, en tanto contiene el espíritu inclusivo de la Constitución cubana de 2019. Además, no regula lo socialmente inexistente, todo lo contrario, ajusta la norma a una realidad previamente existente y legitimada por la práctica social.

»Es un documento que da derechos a quienes no los tienen –y los merecen como seres humanos–; sin restarle derechos a quienes de antemano gozaban de ellos. Defiendo el código en tanto se acerca a las realidades de muchos cubanos y cubanas, regulariza su situación; y les permite a las futuras generaciones contar con una gama de derechos más amplia.

»No solo regula la situación legal de los diferentes tipos de familia existentes en Cuba hace años –y las problemáticas relacionadas con ellas–; sino que aborda temáticas relativas a la niñez, los adultos mayores, la función educativa de las familias –más allá de la hiperbolizada función económica–.

»Ahora bien, una cuestión peliaguda referente al código es la decisión de llevarlo a consulta popular y luego a referendo. Más allá de este dilema, lo cierto es que la norma ha de ajustarse a los preceptos constitucionales. Y la constitución defiende la pluralidad y la no discriminación. Otra cosa sería una incongruencia jurídica, alejada de los ideales defendidos hoy por el proyecto social cubano».

Dianely Lecha Aguilera, estudiante de 3er año de Letras, presidenta de la FEU en la Facultad de Humanidades

«Considero necesaria la aprobación del Nuevo Código de Familia, pues este trae un conjunto de normas y leyes que no se contemplaban en el anterior y que están más a tono con la sociedad actual. Por ejemplo, la unió no formalizada.

»En Cuba es muy común que parejas no decidan casarse y sin embargo construyen una familia, establecen un hogar en común, tienen hijos, pero las leyes dado el caso de separación no eran equitativas ni igualitarias, la mayoría de los casos la mujer, incluso los hijos resultaban perjudicados. Entonces es bueno que en este sentido se les reconozca y se amplíen las leyes al respecto.

»Semejante sucede con el matrimonio igualitario, hace años, ya que parejas homosexuales, por solo mencionar un caso, han establecido negocios, hogares y querido construir una familia, sin embargo carecían de mecanismos legales que los protegieran y defendieran. Por lo que es bueno que se creen y faciliten estos para proteger este y puedan estar también a la par en las actuales circunstancias, teniendo en cuenta además que es un hecho en muchos países del mundo».

Youry Pantoja, Jefe del Departamento Administrativo de Extensión Universitaria, profesor de Cultura Cubana y Director del Conjunto Danzario “5 de Diciembre”

«El nuevo Código de Familias está muy ajustado a la realidad de la sociedad cubana actual y muy a tono con el desarrollo social del mundo moderno. Tiene como objetivo fundamental: fortalecer las familias, y para ello, eleva el respeto a la dignidad humana y defiende la igualdad para todos los miembros de una familia.

»Este proyecto de ley brinda una protección a personas que anteriormente se hallaban vulnerables en materia jurídica y muchos legales; personas que habiendo formado una familia durante mucho tiempo no eran reconocidas ante la ley. Ahora, gracias a este nuevo Código estas personas ya cuentan con un amparo legal.

»Este anteproyecto no pierde de vista las cuestiones de género e identidad de género de las que tanto y por las que tanto hemos abogado. Reconoce legalmente el matrimonio entre dos personas del mismo sexo y nos reconoce nuestros derechos como seres humanos; nos brinda la oportunidad de crear legalmente nuestra propia familia, nos fortalece la responsabilidad familiar.

»Es un Código que pone al amor, los valores y los sentimientos cómo lo primordial dentro de una familia. Creo que es un Código para la Cuba de hoy, una Cuba inclusiva… Como dijo nuestro Martí: “con todos y para el bien de todos”».

Cristian Alejandro Acosta Hirola, estudiante de 4to año de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia, presidente de la FEU

»Este anteproyecto en su versión número 22 es un texto revolucionario, innovador, atemperado a nuestro tiempo. Sus artículos protegen a las familias. Ha sido modificado 22 veces y ello evidencia cuánto se ha trabajo en esta norma.

»La Constitución de Cuba ampara el proceso de creación, consulta y aprobación popular de este anteproyecto. Sugiero a todos los cubanos que lean el texto, porque le ofrece derechos a todos, y también porque será sometido a la aprobación de la mayoría.

»El Código evidencia una gran pluralidad, donde prima la igualdad por encima de la discriminación. Entre sus principales proyecciones se hallan la diversidad familiar, el afecto, el tratamiento a la violencia en espacios familiares, la mediación familiar, y la creación de una defensoría. En materia de adopción de hijos es un documento revolucionario, que en su esencia protege la niñez abandonada.

»El respeto, el equilibrio entre el orden público y familiar, la autonomía y la solidaridad se cuentan entre sus principios, los cuales se ajustan a los legitimados por la Carta Magna de nuestra nación. Es un texto amplio, pero que abarca asuntos específicos de vital importancia dentro de la realidad del país».

Dr. C. Erlena Cruz Hernández, Jefa del Departamento de Educación Preescolar en la Facultad de Educación Infantil

«Los profesionales de la Primera Infancia, somos defensores constantes de los derechos de las niñas y los niños. Nuestra labor está enfocada a cumplir con el fin de la Educación Preescolar en Cuba, que se concentra en alcanzar el máximo desarrollo integral posible de todos los niños y niñas desde su nacimiento hasta los 6 años de vida.

»Esta meta solo se logra si los infantes crecen en una sociedad justa, con accesos a una educación inclusiva, con garantías de satisfacción de todas las necesidades humanas básicas y posibilidades de recibir las influencias sociales adecuadas para alcanzar un desarrollo integral.

»Todos estos elementos están ilustrados con palabras en el nuevo Código de Familia».

Ms.C. Yohandy Calderón González, profesor y editor de la Dirección de Comunicación Institucional

El Anteproyecto del nuevo Código de las Familias regula los derechos reconocidos en la Constitución de la República, con especial interés en que toda persona sin importar diferencias pueda construir una familia.

Debemos observar numerosos puntos con detenimiento en este nuevo Código de las Familias. Existe preocupación en los sectores más conservadores de la sociedad cubana con respecto al matrimonio igualitario y a las distintas formas de organización de las familias, sin embargo, otros aspectos esenciales contenidos en la propuesta que impactan y afectan a las familias cubanas, deberían ser observados también con detenimiento:

  • El derecho de toda persona en el ámbito familiar a que se respete el libre desarrollo de su personalidad, la intimidad y su proyecto de vida personal y familiar.
  • La educación sobre reproducción y planificación familiar.
  • Una vida familiar libre de violencia en cualquiera de sus manifestaciones.
  • Las personas adultas mayores y aquellas en situación de discapacidad deben tener igualdad de oportunidades en la vida familiar.
  • La violencia familiar en todas sus manifestaciones.

Por cuestiones culturales y de moralismo arraigado, propio de nuestra sociedad patriarcal existen reservas sobre la posibilidad de que en Cuba se apruebe el matrimonio igualitario.  Nuestro proceso político y, por ende, cultural desde el 1 de enero de 1959 se ha centrado en la igual del hombre y la justicia en materia de derecho y oportunidades para todos, por lo que tiene que hacer valer su esencia humanista cuando a derechos de género se refiere.

Quedan pendientes los resultados de la consulta popular que debe sucederle a este Anteproyecto; no obstante, aprobar este nuevo Código de las Familias sería una prueba de dignidad y justicia social, postura que define el alma cubana. Es fundamental que la ley sea coherente con lo que en  la vida cotidiana se proclama, en autenticidad con la justicia colectiva.  Creo que la felicidad que pueda traer con quién decidimos compartir en pareja, hacia dónde nos dirigimos en la vida sexual responsablemente, no debe constituir preocupación para el destino de un país.  La dignidad ha sido uno de los valores  más genuinos de esta sociedad, donde también en el ejercicio cotidiano de vivir en armonía y respeto entre todos se puede respiarar.  Con amor en nuestros corazones podemos acercarnos a los sitios más insospechados, y una vez allí el camino hacia la comprensión de cualquier fenómeno se hace más saludable.

Neilán Vera, estudiante de 4to año de la carrera de Periodismo

«Sin dudas, la aprobación del nuevo Código de las Familias sería un importante paso de avance en el camino del respeto a la diversidad sexual, la protección de la niñez y la tercera edad, y la normalización de experiencias de vida más aterrizadas en los tiempos contemporáneos. Representaría una medida de marcado contenido revolucionario, en tanto transformaría (para bien) el panorama social cubano y lo situaría en materia de derechos sexuales y reproductivos a la vanguardia del mundo.

»Sin embargo, el hecho de que el Código de las Familias sea llevado a referendo (cuando otras legislaciones y medidas relacionadas con asuntos económicos, jurídicos y electorales no fueron consultadas con la población) sitúa a esta ley en medio de la cuerda floja. Si los sectores más conservadores de la sociedad heteropatriarcal cubana, los fundamentalistas religiosos y todo el segmento poblacional que pueda ser arrastrado por estos, supera en cantidad de votantes a quienes defienden el derecho de cada cubano a ser feliz con la pareja y el tipo de familia que desee, el Estado tendría que elegir entre infringir el orden constitucional o aceptar un statu quo que sería, en esencia, contrarrevolucionario (en el amplio sentido de la palabra). En esa encrucijada en la que nos metimos nosotros mismos, la justicia social y la legalidad pueden llegar a contradecirse irremediablemente.

»Ahora solo nos queda crear conciencia entre la mayor cantidad posible de personas sobre la necesidad de aprobar una legislación tan avanzada, renovadora y emancipadora como el nuevo Código.

»Comunidad LGBTIQ, comunistas, feministas, martianos, revolucionarios, patriotas… hacen falta todas las manos posibles para lograr que las familias cubanas sean tan diversas en la ley como lo son en la realidad».

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